-Victor Roccas.
Imagino que la intención del Peje al dejar un testamento político se refiere a lo evidente, es decir a lo que el mismo aduce al utilizar las palabras “Testamento Político”, así se puede entender que Testamento es:
1. m. Declaración que de su última voluntad hace alguien, disponiendo de bienes y de asuntos que le atañen para después de su muerte.
2. m. Documento donde consta en forma legal la voluntad del testador.
3. m. Obra en que un autor, en el último período de su actividad, deja expresados los puntos de vista fundamentales de su pensamiento o las principales características de su arte, en forma que él o la posteridad consideran definitiva.
4. m. coloq. Serie de resoluciones que por interés personal dicta una autoridad cuando va a cesar en sus funciones.
Por otra parte Política es:
1. adj. Perteneciente o relativo a la doctrina política.
2. adj. Perteneciente o relativo a la actividad política.
3. f . Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo.
Ahora, establecido que AMLO se refiere sin duda al significado RAE de tales palabras, podemos establecer que evidentemente al tabasqueño le pertenece toda libertad y derecho para resguardar toda su ideología escrita o expresada de otras maneras para heredarla en beneficio de alguien en particular, por ejemplo a su académica e independiente esposa, a sus hijos pletóricos de beneficios neoliberales, a sus nietos nacidos en el primer mundo, a sus nueras fifis, a sus previamente exonerados y despreocupados hermanos, a su familia de viejos y nuevos impunes caciques del suroeste, a sus relucientes huestes de matraqueros mediáticos, a sus leales floreros secretariales, a sus incondicionales busca huesos, a sus lamesuelas, a sus miles de tránsfugas partidistas devotos del presupuesto, a sus cientos de agradecidos militantes corruptos absueltos y perdonados y/o sobre todo a millones de pendejos feligreses que le adoran como el elegido, el santísimo Andrés de Macuspana.
Todo lo anterior no debe causar algún alboroto a nivel nacional, ni social, pues el acervo ideológico de San Andrés está bajo buen resguardo en cientos de miles de reportes periodísticos, en su sacra obra “literaria”, una copiosa y reveladora cantidad de videos y audios que le evidencian como alguien que primero dice una cosa y luego se contrapone a si mismo, e igualmente una considerable trayectoria como gobernante y perpetua como candidato que no deja lugar a dudas, testimonio de una ideología cambiante, transformadora, como sus relaciones con el poder fáctico a veces hacia adelante y otras hacia atrás, vaya pues una ideología que podríamos llamar tropical, de calor, de costa, de mariscos, de cangrejo pues, dos pasitos pa´delante, tres pasitos pa´lado, seis pasitos pa´atrás…
Su obra ideológica podría catalogarse de cíclica, no por estructurarse en ciclos de evolución sino por ser literalmente un círculo, no avanza, solo regresa siempre a un mismo punto creando controversias, puyando, enfrentando datos con sus datos, incendiario, lapidario, acusatorio y luego cordial, pacificador, tolerante, mesurado, de pronto él mismo señala, punitivo, sin pruebas, solo con dichos sustentados en rumores y después pide no adelantar juicios cuando la misma fórmula le afecta a él o a su grey. Recuerda cada minuto el pasado infausto evadiendo el presente desperdiciado y el futuro estéril. Una ideología basada en la promesa, en la fe, su verdad, las mentiras de otros, su titánica labor, la irresponsabilidad de otros, su honestidad, la corrupción ajena, su perdón, la impunidad de otros, su austeridad, la ambición de los demás… Un círculo de avance y retroceso que por supuesto no es su culpa sino de todos los demás, los expresidentes, los gobernadores, los empresarios, los jueces, el INE, el TRIFE, las universidades, los académicos, los investigadores, los panistas, los perredistas, los priistas, los reporteros, los periodistas, los dueños de los medios, las feministas, los ricos, los aspiracionistas, los españoles, los neoliberales, los conservadores, los fifis, los maestros, los alumnos, los doctores, los enfermos, la pandemia, el mercado internacional, la inflación global, el FMI, el BM, la ONU, etc, todos, todos aquellos que no comulgan con sus datos, acciones u opiniones… Excepto los narcos y sus familias a quienes se les han dispensado cualquier cantidad de abrazos como beneficios a los multimillonarios Forbes antes parte de la mafia del poder y hoy protagonistas con maravillosa calidad moral, como la calidad moral de todos aquellos que han alcanzado su divina bendición pasando de ser corruptos, asesinos y violadores al sacerdocio de la 4T. Él solo gobierna para el Narco, los Forbes, el Ejercito, su congregación, sus partidos y sus pobres que cada día son más. Él es un gobernante del pueblo no el administrador de los bienes de la nación y de los ciudadanos.
Por ello, querido lector, el testamento político del Divo de Macuspana es ya un legado nacional como lo han sido los legados de hijos de puta como Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Salinas de Gortari, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto, en algún futuro el juicio de la historia reportará la calidad de este último legado tropical.
Desafortunadamente si la intención de AMLO era dejar un instructivo de que hacer con el país en caso de su ausencia terrenal pues deberá aceptarlo, se le adelantaron hace ya mucho, mucho tiempo cuando a otros personajes de la historia, verdaderos republicanos, humanistas serios y políticos reales plasmaron la Constitución para evitar delirios monárquicos de sucesión dinástica.
El testamento político de López Obrador será pues una intentona tan valiosa o fútil como lo es “Mi Lucha” de Adolfo Hitler, el “Principe” de Maquiavelo, “El vendedor más grande del mundo “ de Og Mandino o ya de perdida “¡Gané! ¿Y ahora qué hago? Manual para gobernar una Alcaldía” de Raul Avilez.
Entre tanto México seguirá su periplo hacia el futuro con o sin el Dedito que todo lo sabe, y lo hará todavía bajo un blindaje muy destartalado, remendado y balaceado por esos arrogantes que ayer, hoy, y mañana se erigen editores y censores de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Lo siento Presidente, faltan muchos, muchos años y más capacidad realmente política, diplomática, congruente para anticipar la herencia de un estadista, habrá todavía que superar los otros datos, la demagogia, las promesas, la fe incluso, y aterrizar el cumplimiento, habrá que administrar para todos no solo para los que le aplauden, le glorifican y le lisonjean, habrá que alcanzar la equidad, la justicia y el bienestar social y no solo ostentar las cifras de relumbrón de casas encuestadoras que nos dicen gracias a una muestra demográfica marginal que somos inmensamente felices o creer que la moral cristiana, católica o religiosa es la piedra angular de la sociedad, mucho menos segregar, marginar y denostar a la ciudadanía en facciones de alabadores y detractores para mantener distracción ante la falta de respuestas y resultados demandados inmediatamente.
Y sí, el testamento político de San Peje se ha estado escribiendo desde hace ya años… Y hasta el momento parece que solo sirve como manual para brabucones y calientabraguetas.
-V.Roccas.