Horizonte de los eventos.
El esfuerzo del presidente López Obrador, por abolir toda herramienta de rendición de cuentas, incluso de los controles constitucionales al Ejecutivo, incluida la División de Poderes, ha sido detenido únicamente, en gracia del “bloque opositor del Senado de la República”, allí constituido.
Dicho bloque es lo único que ha impedido a Monreal, servir como quisiera al presidente Andrés Manuel. En el resto de las esferas del país, la mayoría morenista ha sido manifiesta contumaz e invencible y la única diferencia del Senado con el resto del país, es que allí ha existido un solo factor diferencial: el Movimiento Ciudadano de Dante Delgado.
En la acción y el debate público, todos hemos estado atentos a evitar que el presidente asuma todos los Poderes de la Unión, políticos, periodistas, críticos de izquierda, organismos empresariales y comerciales, universitarios e incluso, inéditamente, la sociedad civil se ha manifestado hasta en más del 1% de la población -y quizás el 3% de los ciudadanos.
Sin embargo, el único órgano y única instancia legislativa que ha impedido que ahora mismo vivamos un neoporfiriato, ha sido el Senado de la República (sin menoscabo de la trascendente posición del Poder Judicial de la Federación), que ha logrado sumar allí una fuerza multipartidista que en ninguna otra esfera se ha integrado, ha sido, la fracción parlamentaria de Movimiento Ciudadano.
Dante Delgado ha señalado hasta el cansancio que no va a ir electoralmente con los PP que ya han sido rechazados por la ciudadanía. Por ello se le ha acusado de dividir a la oposición y que así beneficia la “reelección” de Morena.
Lo cierto es que por ello, hasta la definición de su candidato presidencial, el gobernador Samuel García, Dante de hecho se convirtió en el fiel de la balanza de la próxima elección federal -y lo sigue siendo.
Sus críticos olvidan precisar que fueron los PP, que le exigen plegarse y someterse, son los mismos que le metieron a la cárcel, incluso vigentes, los actores mismos y/o sus descendientes, siguen en el pandero, mientras los líderes nacionales de esos estamentos, nada hacen por conciliar más cercanía con el anaranjado.
Por el contrario, lo orillan a Morena y construyen el ambiente de linchamiento, para acusarlo de tener vínculos con los defraudadores de Segalmex, cuando los verdaderos responsables son conocidos y el extitular goza de cabal libertad y la nueva titularidad de otro organismo federal.
Se ha señalado a Dante de trabajar en contubernio electoral con AMLO, pero verá usted que no es así, los recientes eventos de Nuevo León, cuyas consecuencias en el escenario nacional, alcanzaron el mayor objeto del deseo del residente de Palacio Nacional:
Al margen de Samuel, su inexperiencia y novatez y el encono exacerbado de sus enemigos neoleoneses, lo cierto es que el PRIAN, al “derrotar” vía obstruccionismo al efímero candidato presidencial de MC, lo que en realidad propiciaron, fue orillar a la ruptura del acuerdo opositor en el Senado, obligando a Dante a separarse y permitir con ello, que pasen por fin las reformas constitucionales que sólo gracias a Dante, fueron hasta hoy contenidas y que nada falta para que el presidente las promueva de nuevo, y a ver si pueden contenerlas otra vez.
Mentirosamente, la oposición se ha esforzado en manifestar que por sobre todas las cosas, priva el principio de unidad para evitar vuelva a triunfar Morena y su candidata presidencial, OJO, para evitar que sean destruida nuestra vida institucional y se propicie la dictadura, el maximato y el totalitarismo.
Y eso es falso: Al sofocarse la calamidad desatada en Nuevo León, vemos lo que generaron claramente y fue, obligar a Dante a romper con el PRIAN el acuerdo opositor del Senado. Salvo que acaso, ellos no lo supieran. O peor aun, que no puedan controlar a sus dirigencias estatales.
Personalmente confirmo que los bandidos que encabezan dichos PP, JUEGAN PARA PERDER. Que también obstruyen todo lo posible a su candidata Xóchitl, en realidad hacen el trabajo sucio de Palacio Nacional y transgreden la desaprobación de sus reformas contra constitucionales.
Mintiendo de paso al electorado nacional pero no a la historia.