La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El desdeñoso confunde la cachaza con tener la conciencia tranquila
El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, repite todos los días que, en la entidad, no pasa nada, afirma que los delitos de alto impacto han disminuido y cuando surge algún problema, o sea, diario, señala que la ‘mafia del poder’ lo magnifica para afectar a su ‘virtuosa’ administración, ya que, les va muy bien en las encuestas.
Así pues, si ejecutan a siete personas en Acultzingo, no es un asunto de inseguridad, sino, un ajuste de cuentas entre bandas rivales del crimen organizado, por lo tanto, pues ni modo, es bronca de ellos.
Si la alcaldesa de Acayucan, Rosalba Rodríguez, pide licencia al cargo, acusando presiones de los malosos, el Cui es omiso ante el fenómeno y reduce todo, a una presunta ineptitud de la edil, no hay de qué preocuparse.
Por otro lado, la sequía asola a todo el territorio estatal (eso de que en el sureste abunda el agua, es una leyenda urbana surgida en el Palacio Nacional) y el ‘góber sabadaba’, no se aplica para encontrar salidas al dilema. Además, por medio del mandatario de Tamaulipas, Américo Villarreal, nos enteramos que hay un proyecto para llevar el elemento a dicho territorio, desde el río Pánuco. eso sí, sin tomar en cuenta a los pobladores de la región.
Se pueden citar más ejemplos, sin embargo, los referidos nos demuestran que hay un Veracruz invisible para Cui y sus contlapaches, sobre todo, porque es más fácil ignorar un problema que intentar resolverlo, en particular, si no tienen la menor idea de cómo hacerlo.