El título de estas líneas, no hace referencia a alguna procesión religiosa asociada a la semana mayor, o a manifestaciones de fervor popular, sino a las acciones draconianas llevadas a cabo por David Byles, presidente de la poderosa asociación “Vecinos del Valle de Atongo” en Tepoztlán, Morelos. El Señor Byles, súbdito británico del cual se desconoce su calidad migratoria en México, ha sido señalado con anterioridad por extralimitarse en las funciones que corresponden a un representante vecinal y suplantar como extranjero funciones que solo competen a la autoridad municipal.
Es del dominio público que la negligencia o falta de pericia en la administración pública han rebasado a David Demesa Barragán, alcalde tepozteco, el caos del pasado carnaval, que pudo derivar en una catástrofe, dio cuenta de ello. Esto evidentemente es un extraordinario caldo de cultivo para que David Byles remplace a la autoridad municipal erigiéndose sin temor a exagerar en el verdadero cacique de Atongo, hermoso paraje tepozteco donde conviven pobladores originarios, avecindados y prestadores de servicios que son un motor vigoroso de la economía local.
El señor Byles, decide quién y cómo se puede circular por las calles de Atongo, contraviniendo lo dispuesto por el artículo 11 constitucional, ordena la realización de obras públicas, ha remozado sin el permiso de la comunidad y el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la icónica Cruz de Atongo, otorga y establece condiciones con respecto a los permisos para llevar a cabo reuniones y eventos sociales, y lo más grave aún, ha llegado al extremo de amagar a prestadores de servicios con el cierre definitivo de sus negocios.
Todo lo anterior sin duda alguna ha derivado en un auténtico viacrucis para prestadores de servicios, vecinos que no son afectos a la influyente organización vecinal o quienes simplemente ejerciendo un elemental Derecho desean transitar por las calles de Atongo. La Asociación justifica su proceder de manera sagaz, aludiendo bregar por el orden urbano y el cuidado del entorno, incluso su slogan es “Por Un Valle Sustentable”, una fachada oportuna, pues en estos tiempos de anarquía urbana y deterioro ambiental, ¿quién no va a estar a favor de un valle sustentable? Lo anterior, sin embargo, no justifica a la Asociación a usurpar funciones que corresponden a la autoridad y mucho menos a coartar Derechos a quienes se ganan el pan de manera honrada y sostienen la economía morelense.
La ultima travesura del señor Byles se consumó el día de hoy, con el inicio de obras de rehabilitación en el Camino a Meztitla en el tramo de la entrada por la Cruz de Atongo, principal vialidad del valle. Previamente la Asociación emitió el pasado 11 de marzo, un comunicado en papel membretado y consignando los datos de contacto de su administradora Alma Ortiz, por medio del cual da a conocer a los vecinos, la realización de la obra mencionada. El comunicado también menciona que se afinaron detalles para el inicio de la obra con el presidente municipal David Demesa Barragán y con la Directora de Desarrollo Urbano, Vivienda y Obra Pública Anabel Hernández Franco.
Es de todos conocido, que la llegada de la primavera y el periodo vacacional de Semana Santa, representan una temporada alta para los sectores turístico y de prestación de servicios en Morelos, es un alivio para la maltrecha economía estatal. Los visitantes se desplazan a la entidad, aledaña a uno de los mercados más grandes mundo, la Ciudad de México, buscando las bondades del clima y aprovechando el calor característico de estos días. Tepoztlán a su vez, es una de las joyas de la corona del turismo morelense, a su oferta turística, gastronómica y cultural se añade la ventaja de ser un destino a tan solo 40 minutos de distancia de la capital y al alcance de todos los bolsillos. Los hoteles y establecimientos del valle de Atongo son muy recurridos en esta época.
Es por ello que resulta altamente sospechoso que se comience, avalada por la Asociación de Vecinos del Valle de Atongo, una obra pública de gran calado, en el principal acceso al valle, justo cuando está por iniciar el periodo vacacional de Semana Santa. No hay que ser muy inteligente para descubrir que esto limitara la afluencia de turistas y que propiciará cancelaciones de reservas. Dado el historial de extralimitaciones que precede a la Asociación y a su presidente, surge la legitima duda de que si las obras en cuestión son una acción más del señor Byles para afectar a los prestadores de servicios en una de sus mejores temporadas en el año.
De ser así, sería muy grave, pues esto no solo legitima y robustece al señor Byles como el cacique de Atongo sino se materializaría un atentado a la economía local, a las familias tepoztecas que viven del turismo y un golpe más a la abollada imagen de Morelos en el escenario nacional.