Por Gilberto Celis
En esto que por eso le llaman política, al amparo oficialista del INE comenzarán la elección 2018, y continuarán el proceso de elección 2018 por donde se guste; solo que ahora y después de 36 años de Modelo Neoliberal ya no sorprenderá que la chimuela masque rieles, el tullido resulte trapecista y el calvo haga lucir bella trenza. Se impondrá la política económica que hoy nos tiene incapaces de levantar la cabeza, tan acostumbrados a los, digamos, alrededor de 18 pesos diarios de ‘65 Y MÁS’, prorrateados en 1 mil 150 pesos cada dos meses que en cada elección da a PROSPERA un inigualable Padrón de cautivos electores. Sin que esto haga menos la despensa que ha transformado al Ciudadano en perros de Peña Pavlov; más atentos a lo que sucede con los niños de Trump que el viacrucis diario de los nuestros sin casa, vestido ni sustento, educación y salud.
— Oiga, eso es sarcasmo.
— Solo metáfora o analógía; pero igual le digo es tan solo la diferencia entre coetáneo y coterráneo, que no es lo mismo estar boca arriba que boca abajo.
VOTE SIN EQUIVOCACIÓN
Si no fuera así, no estaría diciendo lo que digo y voy a contarle. Verá, en los 111 años del Pueblo que fuera origen y destino del Siglo de Oro del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, y más si agrega los años de caserío y después el asentamiento de la Ranchería de Rincón Antonio Nuevo, no se había dado la candidatura cibernética. En las reuniones vecinales domiciliarias asisten solo los priistas del lugar, un personero y un aparato que desde un video proyecta la imagen del candidato municipal priista cibernético con su decir ‘el futuro inicia hoy’ y prometiendo que si el edil priista saliente hizo daño, él dará amor.
— ¡Qué me dice usted, hombre de Dios!
— Oiga, no se ponga así que los priistas no se quejan y en el mejor de los casos, fíjese, acostumbra pedir el voto siempre acompañado de guardia personal.
— ¿Y en el peor?
— Bueno, le hablaré del candidato de MoReNa que todo el tiempo se la ha pasado pregonando las bondades y el voto para ya sabe quién y de él no dice nada; solo que le seguirá los pasos como gobierno.
— Por eso le digo.
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