Por Gilberto Celis
Si uno del común, precisamente por serlo, no anda en remilgos como el cinismo del arreglo político Pacto por México fundado en partidos que rematan saldos de dignidad militante y ofertan despensas por demanda de votos, sabrá que lo único de provecho al cierre de las campañas municipales es el pronunciamiento del Candidato Independiente municipal Artemio Rodríguez Cruz de integrar una Comisión de la Verdad. Y, a través del voto en la urna del domingo 1 de julio, desaparecer los poderes corruptos y la ingobernabilidad propiciatoria de la inseguridad pública que asola a Matías Romero, Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.
En este caso, de la cabecera política del Distrito 11 Local que comprende 13 municipios istmeños, por la vía constitucional se podrá purgar por qué al día de hoy y a pesar de los terremotos del 8 y 19 de septiembre de 2017, el meimportamadrismo del edil bloquea la integración de los Consejos Municipales de Seguridad Pública, de Protección Civil y de Salud y la desaparición del parque vehicular.
— Oiga, entonces continúa el movimiento contra la corrupción municipal del Frente Común de Agentes Municipales, Presidentes de Colonia, sindicatos, organizaciones sociales y ciudadanos que cobijara el hace unos meses asesinado líder de la CTM Local Alfredo Ramos Villalobos.
— Qué fuerte ¿verdad?
VOTO CONSCIENTE AL INDEPENDIENTE
El punto está en la conciencia disuelta y ubicada en el valemadrismo social resultado de seis sexenios neoliberales y que a lo largo de 36 años de PRI y PAN, la riqueza natural convertida en pobreza y magnificada en miseria; porque si el voto favorece al Candidato Independiente Artemio Rodríguez Cruz, en Matías Romero se tendrá una base legal y legítima para canalizar el hartazgo social de más de lo mismo con los mismos y de los mismos.
— Qué podremos esperar del clima de violencia acostumbrado por Nelson Murat Casab para intimidar el voto ciudadano y va en aumento ante la incapacidad del junior mexiquense gobernador de Oaxaca, Alí Murat.
— No cometer una equivocación.
— Lo peor de todo en este bienestar inventado neoliberalmente, es que el único futuro cierto está en la urna del domingo 1 de julio; pero también, como dice el Libro Santo, podrá estar el llanto y el crujir de dientes.
— Por eso le digo.
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