El multimillonario Elon Musk ha demostrado una vez más su influencia en la política estadounidense al utilizar su plataforma de redes sociales, X (anteriormente Twitter), para presionar al Congreso y detener importantes proyectos de ley.
Esta semana, Musk emitió más de 150 mensajes en menos de 24 horas, lo que resultó en la paralización de un proyecto de ley crucial para el financiamiento del gobierno federal.
Un ataque a la legislación
El drama comenzó cuando el Congreso, con los republicanos controlando la Cámara baja y los demócratas dominando el Senado, alcanzó un acuerdo bipartidista para financiar el gobierno.
Sin embargo, Musk lanzó una campaña en X que incluyó afirmaciones engañosas sobre el proyecto de ley, alegando que contenía aumentos salariales excesivos para los legisladores y fondos para «armas biológicas».
Estas publicaciones rápidamente ganaron tracción entre sus 208 millones de seguidores.El presidente electo Donald Trump se unió a Musk, apoyando su oposición al proyecto y advirtiendo a los republicanos que se atrevieran a desafiarlo.
Esto llevó a un ambiente tenso en el Capitolio, donde los legisladores comenzaron a cuestionar no solo la viabilidad del proyecto de ley, sino también su alineación con las opiniones de Musk y Trump.
Cambios en el panorama político
Aunque la Cámara baja logró aprobar una versión reducida del proyecto de gastos federales, la intervención directa de Musk ha cambiado las reglas del juego político. «Ya no somos solo los medios aquí. También somos el gobierno», declaró Don Trump Jr., resaltando cómo los multimillonarios están tomando un papel activo en la política.
La presión ejercida por Musk ha llevado a muchos legisladores a preguntarse no solo si sus ciudadanos apoyan o no las propuestas, sino si estas cuentan con la aprobación del magnate y del expresidente. Esto plantea interrogantes sobre quién realmente tiene el control en Washington.
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