Claudia Rodríguez García
El que el presidente Enrique Peña Nieto, la secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu y otros funcionarios mexicanos más señalen ahora que no intervendrán en el proceso electoral rumbo a la Presidencia de los Estados Unidos, es mera pose.
Es un hecho que funcionarios mexicanos –tarde—. pero sí han tratado de tropezar sobre todo los planes del candidato republicano Donald Trump y en ese intento, hasta ahora, han tenido más de una “caída” de lo que no es políticamente correcto con nuestros vecinos del norte, más allá de Trump y sus ideas antiinmigrantes.
Antes de la reciente salida del profesor Miguel Basañez como embajador de México en Estados Unidos, la titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), la señora Ruiz Massieu, le instruyó a Basañez de un plan para combatir en las mismas urnas del territorio estadounidense a Donald Trump quien aspira a la Presidencia de su país con el respaldo –o no– del Partido Republicano.
Este consistía en iniciar una campaña silenciosa pero efectiva para que un gran número de mexicanos indocumentados en Estados Unidos, pudieran legalizarse y obtener la nacionalidad y por ende acceder a sus beneficios como el voto, con recursos que el Gobierno federal enviaría desde diferentes instancias.
Pero Basañez no entendió que esta campaña de apoyo económica a indocumentados connacionales no podía ser pública, e hizo todo lo contrario. Tampoco otros entendieron que esa medida en la relación bilateral México-Estados Unidos era del todo injerencista e hicieron lo propio. El gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila ofreció un millón de dólares para la causa arriba referida y lo informó repetidamente a la prensa e incluso el que a través de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), propondría a sus homólogos apoyar esa misma acción.
Relaciones Exteriores no optó por la estrategia verbal anti Trump que proponía el Legislativo, sino una que puede salir muy mal, y más cuando al frente de esta empresa o hasta de forma colateral, se advierten inexpertos.
No quiero ni pensar que pasaría si de verdad Trump se adueña de la Presidencia estadounidense, insisto, ya para qué discernir sobre cómo sería una invasión extraterrestre.
Pero aquí, siguen pretendiendo que alguien cree su juego de “no intervenimos” y respetamos la libre elección de sus gobernantes del pueblo de los Estados Unidos. Ajá.
Acta Divina… “México no intervendrá en proceso electoral de Estados Unidos”: Enrique Peña Nieto, presidente de México.
Para advertir… Y hasta ahora sólo el 30 por ciento de los estadounidenses se ocupan del proceso electoral.
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