Yo Campesino / Advertencias
*Miguel A. Rocha Valencia*
Ya sin darle vueltas y de manera abierta, la Confederación Patronal de la República Mexicana advirtió que “con la reforma al Poder Judicial, la eliminación de órganos autónomos y la próxima reforma electoral, están en juego todas las libertades: de expresión, de credo, de inversión, para emprender y de libre tránsito de mercancías”.
Más aún, diríamos que está en riesgo la libertad primaria de dedicarse a la actividad lícita que le plazca a cualquier mexicano como lo establece puntualmente la Constitución que cada día, se ajusta más a un perfil autoritario.
La COPARMEX que agrupa a 36 mil empresas de todo tipo, tamaño y rubro con libre afiliación, advirtió en días pasados y así lo confirmó el Cetro de Estudios Económicos y Sociales del Sector Privado (CEESP) que uno de los principales factores para inhibir la inversión nacional y extranjera en México es la debilidad del marco legal.
Consideró en su análisis que las reforma al Poder Judicial sería un factor determinante para evitar que los empresarios nacionales y extranjeros invirtieran los 300 mil millones de dólares enlistados por la secretaría de Economía como posible colocación de dinero privado en México desde hace más de un año en plena fiebre o expectativa del nearshoring.
A pesar de la advertencia poco antes de la toma de posesión de la president(a) y de la promesa de esta para analizar el tema, se procedió a la reforma heredada por el profeta de la 4T quien para algunos se trató de una revancha contra el poder Judicial, pero que en realidad formaba parte de una estrategia para convertir al titular del Ejecutivo en el dueño de la Constitución siguiendo el manual tantas veces publicado, del populismo y del autoritarismo.
En esa estrategia se establece como primera etapa, alcanzar el Ejecutivo para desde ahí cooptar al Legislativo, someter al Judicial y quemarlas naves colonizando a los organismos electorales o reducirlos a su mínima expresión para que sean brazos del oficialismo. Luego viene el sometimiento a los empresarios ya sea por la vía del chantaje o el “convencimiento” para aterrizar con la supresión en los hechos, de las libertades de información, expresión y asociación civil.
Todo va bien para la 4T, pero en México existen poderes fácticos muy fuertes como el crimen organizado que reclama espacios, organizaciones civiles estructuradas y medios y periodistas con capacidades independientes incluso en lo financiero que hasta hoy se han mantenido independientes.
En ese sentido el poder económico en México también es muy fuerte incluso por sus ligas con corporaciones del exterior, tan es así que el Bank of America advirtió desde el sexenio pasado que el gran freno a la inversión en nuestro país, sería la concentración de poder por parte del Ejecutivo y su capacidad para manipular las leyes, las reglas del juego como lo hizo el mesías tropical y ahora con todo cinismo lo hace la president(a) que ordenó reformas y quienes serían los nuevos integrantes del poder Judicial.
También como era de esperarse, suprimió organismos autónomos que regularon amplios espectros de la economía nacional especialmente en telecomunicaciones, energía y trasparencia además de someter y debilitar a las instituciones electorales mediante colonización primero y con respformas después, con lo cual dejó de existir la posibilidad de una elecciones libres, justas y creíbles.
Ahora Coparmex advierte sin ambages que “las elecciones judiciales se realizaron como una estrategia de captura institucional que rompió con el equilibrio democrático de poderes”. Además de que fueron un fraude descarado a la democracia, la cual según el sindicato patronal vive un “proceso de erosión” en el que se puso en marcha un “proyecto autoritario, lo que puede paralizar las inversiones”.
Y no fue un boletín, sino que de viva voz el presidente d el Coparmex, Juan José Sierra Álvarez dijo con todas sus letras que “no se puede permitir que la justicia en el país quede sujeta al cálculo político. No podemos normalizar la captura institucional”.
En esa misma línea adelantó que la reforma electoral que ahora está en camino “modificará la representación en el Congreso para concentrar poder sin crítica ni competencia, incluso sin representar a todos”.
Desnudó la intención de la 4T por matar a la democracia que “no morirá de un día para otro, pero si lentamente, desde adentro cuando se manipularon las reglas, se desacreditan contrapesos, se persigue a los críticos y se normaliza el abuso del poder”.
Es decir que con base a todas estas reflexiones que son las mismas de millones de mexicanos, no hay confianza en las instituciones lo mismo que en un marco de derecho construido a la medida del proyecto cuatrotero y así, olvidémonos de la inversión privada, de un futuro promisorio y festinemos que México “crecerá” este año 0.3 por ciento en el mejor de los casos. Después, quien sabe.