Claudia Rodríguez
De la corrupción institucional y hasta hace unos meses institucionalizada, ya estamos los mexicanos hasta el copete, a más que hubo un tiempo en el que nos orillaron a pensar que no sería posible acabar con la misma. Creímos por largos mandatos presidenciales que la política se abrevaba de la corrupción, que sin la misma no se explicaba el quehacer de gobernantes, jueces, legisladores y funcionarios públicos.
Andrés Manuel López Obrador, empieza a dar indicios claros, certeros, de que al menos en el Gobierno federal, todo aquél que cometa actos ilícitos con recursos públicos, será relevando y en su caso, sancionado.
En ese terreno del desfalco a la nación a manos de quienes debían provocar el desarrollo y no la pobreza, se empieza a tomar el camino en reversa y ya tiemblan ahora sí, todos aquellos que dispusieron de las dineros de la nación, primero para desviarlo y también para fines políticos en contra de sus adversarios.
Lo que aún tiene un tiempo más largo de espera, es el ataque frontal a la inseguridad y la violencia, pues tras la aprobación de la Guardia Nacional a nivel Congreso de la Unión y de los 32 Congresos locales, todavía hay camino que recorrer para poner en las calles a los elementos que serán parte de este cuerpo de seguridad en todo el país.
La actividad delictiva, empero, es un rubro que debió haber sido combatido lustros atrás, y de lo que se ha hecho mucha política que tras los nulos resultados, queda en politiquería.
En el Estado de México, la figura de “súper delegada” en la persona de la maestra Delfina Gómez -contendiente morenista más que fuerte en las elecciones pasadas, pero que no logró rebasar los votos del el priista Alfredo Del Mazo-, suponía un gran contrapeso al Gobierno del verdadero reducto priista. Pero no, hasta ahora la maestra Delfina prefirió el trabajo político coordinado para lo que acordó en los primeros días del pasado mes de diciembre, trabajar en torno a la seguridad de los mexiquenses con el mismo mandatario.
Es así, que sin disputas partidistas ni de niveles del Ejecutivo, se dieron líneas en el Estado de México para combatir el crimen, que en el terreno ha ido ganando el mismo.
La delincuencia ya ha rebasado todos los niveles. No hay día en el que nos aseche, nos robe el sueño y hasta entre a nuestras vidas.
Delfina también como Del Mazo, es responsable de la ausencia de autoridad que se vive en el Estado de México.
Sí queríamos contrapesos, no conformismos ni derrotados.
Acta Divina… Autoridades federales y mexiquenses, acordaron hace ya tres meses, líneas de trabajo coordinado en materia de seguridad pública.
Para advertir… y así, los pésimos resultados, saltan a la vista.
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