Balconeando a la corrupción
Francisco Rodríguez
Dicen que Zoé Robledo, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, no está metido en actos corruptos… pero sí algunos de quienes lo rodean en su círculo más cercano, conocidos dentro de la institución como El Pichancha Power, ya que varios provienen de Chiapas, entidad en la que su padre fue fugaz gobernador.
El de las mascarillas o cubrebocas es uno de los “bi$nes” que, como dijo AMLO, les cayó “como anillo al dedo”.
Y es que, como le platicaba en la anterior entrega de esta sección, debido al Covid-19, las autoridades responsables en México de contener la pandemia llegaron tarde y, lo peor, aún no tienen la más remota idea de cómo combatirla… por razones de soberbia, imagen, “machismo” como dijo alguien por ahí y, claro, por corrupción.
Organismos internacionales, científicos, personal médico y personalidades conocedoras sobre esta y otras enfermedades se han pronunciado sobre el uso de mascarillas o cubrebocas para contener no sólo al COVID 19, sino a otras enfermedades infecto contagiosas.
Sin embargo, tanto el presidente de México, como el subsecretario Hugo López-Gatell, han hecho caso omiso del uso de ellas y, lo peor, en un inicio de la pandemia no recomendaban su uso, señalando que no era científicamente comprobable que el usarlas previniera o disminuyera el contagio del coronavirus. Todavía ahora, López Gatell dice que las mascarillas son “auxiliares”. ¡Vaya cachaza!
Responsables de la infección y muerte de decenas de médicos
Al mismo tiempo, desde marzo pasado casualmente hubo escasez o nula disponibilidad de máscaras 3M. Tan es así que no había cubrebocas de esa marca, específicamente el modelo 1860, para el personal médico que se encuentra en la primera línea de lucha contra el coronavirus, por lo que muchos resultaron infectados y muchos de ellos, al no contar con la protección adecuada, perdieron la vida.
Todo, también, por la tozudez de la Secretaría de Salud, aparentemente bajo el mando de Jorge Alcocer, pues esta dependencia ha informado en múltiples ocasiones que las únicas mascarillas adecuadas para el personal de salud que atiende en los hospitales las áreas Covid y quirófano son las mascarillas N95 de la marca 3M fabricada en Estados Unidos o maquilada en diversos países.
Estas mascarillas están aprobadas por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH) ya que tiene la capacidad de filtrar el 95 por ciento de las partículas de cualquier ambiente; por ello, están reservadas para uso exclusivo del sector salud, ya que son vitales como equipo de protección personal y su uso es para no exponerlos a contagios y poner en riesgo su vida al estar directamente en contacto con pacientes positivos por coronavirus.
Trae las mascarillas, las reviso y después a ver si te las pago
Ante la escasez y prohibición de venta de este producto en México se presentó un mercado negro de dichas mascarillas a precios exageradamente altos, llegando a pagar hasta 600 pesos por una sola mascarilla o, en el peor de los casos, productos de dudosa procedencia. Ante ello, las siguientes preguntas:
¿Si hay mascarillas 3M a la venta?
¿Quién está impidiendo la venta en México de las mascarillas 3M?
¿Quién está especulando la compra de mascarillas 3M?
Derivado de las quejas públicas de personal médico del Instituto Mexicano del Seguro Social, una empresa mexicana con relación directa con una distribuidora autorizada de 3M, con sede en Nueva York, ofreció al IMSS, cubrebocas a un costo de 1.98 de dólar más IVA. Pero la institución señaló que la forma de adquirir dichas mascaras es que las mismas se encuentren físicamente en el país, es decir en stock, para que personal de dicha institución revise la mercancía y haga las pruebas de laboratorio con el fin de acreditar que se cumplan con las especificaciones de la propia marca 3M.
De cumplir se queda con las máscaras que necesite y treinta o cuarenta días posteriores se liquidan; sin embargo, este esquema genera incertidumbre a los empresarios al no haber un contrato previo de por medio.
Obvio que, merced a un chiapaneco cercano a Robledo, el IMSS las adquiriría con un sobreprecio… pa’ los cuates, pa’ los chescos.
Ojo con las compras en las delegaciones del IMSS en el norte
En el mismo tenor, en aras de ayudar al gremio médico ante la crisis por el coronavirus, una empresa de Nuevo León, ofreció a las delegaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social en Tamaulipas y Coahuila, máscaras chinas KN 95 con todas las certificaciones requeridas a nivel internacional e inclusive por la misma institución de salud, autorizadas por COFEPRIS, a un costo de 38 pesos por cada mascarilla.
¿Y adivine usted lo que pasó? Declinaron la oferta y decidieron comprar las mascarillas KN95 a otra empresa por un sobreprecio de 88 pesos por cada una, lo que evidencia el negocio que están realizando en la propia institución, al comprar a un precio elevado cuando existía una oferta a menor precio.
Así que no hay escasez de mascarillas. Lo que sí hay es un “bi$ne” monumental al amparo de servidores públicos de alto rango en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Están haciendo un negocio muy jugoso, bajo la más absoluta impunidad, ya que tienen el control total para la venta de mascarillas en instituciones de salud.
Total corrupción.
Y mientras, en las “mañaneras” creen que estos “bi$nes” ya no se dan. Ilusos.
Es que la pandemia, repito, les cayó “como anillo al dedo” a los corruptos del IMSS.
Robledo no está metido… pero como si lo estuviera, pues no hay peor ciego que aquél que no quiere ver.
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