* Desde hace años, este grupo de empresarios que han hecho de la política un ventajoso medio para vivir del presupuesto oficial, ha impuesto su ley en los gobiernos municipales en ese importante municipio de la Huasteca; su actual cabeza visible, Raúl Badillo, ha tramitado varios amparos por la serie de irregularidades no subsanadas durante su administración del 2016-2020, pero no obstante no zanjar diversas irregularidades, pretende gobernar a trasmano y sorprender a Morena, utilizando como instrumento a Gabriel Ramos Moguel, hermano del ex alcalde y actual Subsecretario de Gobierno, Marco Antonio Ramos
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
Secuestrada por el “Clan Badillo” desde más de una década, la Huasteca Hidalguense y propiamente el municipio de Huejutla, siguen inmersos en su ancestral atraso social, debido a políticos ambiciosos y sin escrúpulos que han saqueado los recursos municipales, brincando cual hábiles trapecistas de unas siglas políticas a otras, buscando ahora adueñarse de las del partido MORENA, como su nueva franquicia en puerta.
Esta familia que ha colocado incondicionales en diputaciones locales y gobiernos municipales, se compone de los hermanos Darío, Emilio y Raúl todos de apellidos Badillo Ramírez; los dos primeros han sido de manera alterna, diputados federales por el Distrito I. En la LIX Legislatura, Emilio arribó a San Lázaro y en la LXII lo hizo Darío en los tiempos que juraban lealtad y fidelidad al PRI. Raúl, por su parte, logró su objetivo de llegar a la alcaldía de Huejutla, en el periodo 2016-2020, para hacer lo que mejor sabe: lucrar con los recursos públicos.
Su ambición llegó a tal grado que a dos años de abandonar el cargo, en septiembre del 2022, al ex edil se le contabilizaban el haber tramitado cinco amparos ante el temor de ser detenido por el causal de irregularidades dejadas a su paso.
A finales de septiembre del 2020, y a unos días de haber asumido las riendas el Consejo Municipal encabezado por Lucía Bautista Hernández, el Secretario General Interino Municipal, Francisco Fayad Austria, expuso que el ex alcalde había dejado inconclusas diversas obras como la Segunda Etapa del Saneamiento del Relleno Sanitario de la comunidad Chalahuiyapa, donde se reportó un gasto de cinco millones por obras no realizadas.
Días más tarde, el 15 de octubre el Área de Obras Públicas del Ayuntamiento de Huejutla, detectó más obras pagadas pero no realizadas. Tan solo en el ejercicio fiscal 2020 se etiquetaron 144 proyectos de los cuales 90 fueron reportados como concluidos, pero en una revisión a fondo se determinó que 36 de estos fueron pagados sin comprobación, quedando en el limbo la comprobación de 35 millones de pesos.
Un año después, en octubre del 2021, diputados locales solicitaron a la Auditoría Superior del Estado de Hidalgo (ASEH), investigar y sancionar el colapso de un puente en la comunidad de Rancho Viejo, que además de presentar fallas en su construcción, nunca fue reparado y fue presentado en la administración de Raúl Badillo como una obra terminada. Por lo menos dos millones quedaron en el aire y sin comprobación, sin considerar el peligro en que se puso a la vida de cientos de pobladores, ante el peligroso caudal.
A la fecha, el ex alcalde y cabeza visible del “Clan Badillo”, sigue en la mira de las autoridades y duramente cuestionado por los ciudadanos de Huejutla que todavía se arrepienten de haberle otorgado su voto bajo las siglas del efímero Partido Encuentro Social (PES).
Por esta razón es que ante las próximas candidaturas que habrán de definirse para pelear los gobiernos municipales en el 2024, el astuto ex presidente municipal, ha decidido abstenerse de participar prefiriendo echar mano de una candidato fácil de manejar y acorde a sus intereses, como lo es el ex perredista, Gabriel Ramos Moguel, ex candidato perdedor a la alcaldía de Huejutla en 2011 bajo la alianza PAN-PRD, pero ahora por azares del destino y de la mano de su hermano Marco Antonio Ramos Moguel, actual Subsecretario de Gobierno y ex munícipe de Huejutla, reconvertido a morenista, presumiendo entre sus nuevos méritos el “pintar su barda” de guinda y con las siglas de Morena, y ayudar al SNTE a llevar 18 autobuses de simpatizantes de la Huasteca en apoyo a los mítines de Andrés Manuel López Obrador en el Zócalo.
La administración de Marco Antonio Ramos pasó sin pena ni gloria y su desgobierno fue tal que llegó a darse en el 2008, en los antros de Huejutla el delito de prostitución infantil con niñas de 15 y 16 años que eran explotadas por lenones ante la complacencia del alcalde quien en una ocasión al ser entrevistado sobre el grave asunto, se concreto a decir que “esas niñas eran de fuera, de Tampico” y venían a hacer lo del “tubo”.
Huejutla, ha sido gobernada de hecho por casi todas las siglas: lo mismo el PRI que el PAN, PRD, Movimiento Ciudadano y hasta Encuentro Social. Y en todas ellas, ha tenido injerencia el “Clan Badillo”. De hecho, durante la pasada sucesión del 2016, los ahora que ahora buscan pintarse de guinda, operaron en la zona de la Huasteca una alianza política en favor del entonces diputado federal del PRI por el V Distrito, José Antonio Rojo García de Alba.
El asunto no les cuajó pues fue Omar Fayad el favorecido por su partido, pero desde entonces ya jugaban a apoyar a líderes de otros partidos como fue el caso de Alfredo Melo Vargas, líder campesino y operador del PRD, a quien junto con otros líderes más, apoyaron económicamente para desfondar a su propio partido, el PRI, en caso de las cosas no se alinearan a sus intereses. De forma nada clara, Melo Vargas fue asesinado en mayo del 2021 en Huejutla, lo que fortaleció la versión de presuntos roces del dirigente con el poderoso clan, como el probable móvil de su deceso.
Quiénes conocen al “Clan Badillo”, tienen fundadas razones para temerles no solo por su poder económico y político, sino por sus acrecentados métodos en extremo violentos. Un caso que así lo evidenció ante las propias autoridades fue la denuncia presentada ante la Fiscalía General del Estado el 24 de febrero del 2022, por Jaime Redondo Salinas, empresario que por años trabajó como contratista con Raúl Badillo, dándose –de acuerdo a lo expuesto en su querella–, una relación de absoluta confianza que les llevó a realizar negocios de palabra, sin que debiera mediar contratos por escrito, como la venta de un inmueble en Huejutla, que el afectado pactara con el ex alcalde, con un valor de cinco millones de pesos.
En su denuncia de hechos, Redondo Salinas expuso que la mitad del valor de la propiedad le fue pagada a Raúl Badillo mediante obras a su favor, pero de manera inexplicable el 22 de febrero del 2022, el ex alcalde envío a la propiedad ubicada en la Calle Constituyentes S/N de Huejutla, a un grupo de hombres armados, con maquinaria pesada, que entraron por la fuerza a su propiedad, llevándose vehículos, maquinaria, equipos de cómputo, despojándolo de manera ilegal del inmueble, cuya posesión pacífica la tenía desde el 2017.
Al velador de su empresa, los gatilleros del ex alcalde le pusieron un arma en la cabeza para obligarlo a que los comunicara con el empresario Jaime Redondo, a quien Raúl Badillo, con antelación, había amenazado de muerte y con levantarlo si no le pagaba, a pesar de que el afectado le había hecho ver al empresario y político que no había al adeudo y que inclusive, el ex alcalde se había negado tramposamente a acudir ante el Notario a protocolizar el traslado de dominio.
Además de invadir y robarle vehículos y maquinaria del predio en disputa, también le invadió otra propiedad, sustrayendo maquinaria y vehículos. El ex alcalde solo aminoró sus agresiones cuando Jaime Redondo Salinas pidió el auxilio al 911, pero sabedor de lo violento de su ex amigo y de su capacidad para agredir a las personas que no le son gratas o representan un obstáculo a sus intereses, prefirió huir a Pachuca a presentar su denuncia, pues como refiere, realmente sí teme por su vida.
Preocupante sin duda que mientras en febrero del 2022, Raúl Badillo Ramírez se daba a la tarea de agredir con un impresionante despliegue de gatilleros a un fallido socio, en septiembre del 2022, movía cielo, mar y tierra, promoviendo amparos.
Será importante que el actual dirigente de Morena en Hidalgo, Marco Antonio Rico Mercado, ponga en la balanza de los postulados de su partido el no robar, no traicionar y no mentir al pueblo, al pernicioso control político y económico del “Clan Badillo” en La Huasteca y de manera especial en Huejutla.
Entenderá en forma clara el por qué en las encuestas, Gabriel Ramos Moguel no ha logrado despuntar ni el ánimo de la militancia morenista ni en el de la sociedad en su conjunto. Todo saben en Huejutla de Reyes que tanto el aspirante como su hermano, Marco Antonio Ramos, no son más que marionetas de un cacicazgo que tiene como jefe político a un peligroso titiritero que lejos de explicar los quebrantos cometidos en su administración, sigue haciendo de las suyas.
Aunque no debe confiarse porque seguramente que entre las carpetas de investigación del Fiscal Santiago Nieto, el ex edil tiene cuentas pendientes por aclarar.
Y el gobernador Julio Menchaca ya demostró no estar dispuesto a conceder a ningún pillo, sea del partido que sea, patentes de impunidad.