Ricardo Del Muro / Austral
Eddie Palmieri, “genio innovador de la música latina, muere a los 88 años”, señaló la nota del New York Times, el miércoles 6 de agosto, al informar del fallecimiento del este pianista, compositor y director de orquesta cuyas contribuciones a la música afrocaribeña impulsaron el inicio de la época dorada de la salsa en Nueva York y su larga carrera lo consagró como uno de los grandes cerebros musicales del siglo XX.
En la década de 1970 –recordó Giovanni Russonello, periodista del NYT -, Palmieri mezcló la salsa con el jazz, el rock, el funk e incluso la música clásica moderna en una serie de álbumes de gran prestigio, como Vámonos Pa´l Monte y The Sun of Latin Music, así como con el grupo de fusión Harlem River Drive. También formó equipo con músicos de jazz de pura cepa – Carl Tjader, Brian Lynch y Donald Harrison, entre otros – realizando contribuciones esenciales al subgénero del jazz latino.
Ha sido una triste noticia para los amantes de la música latina, la salsa, especialmente, aunque se afirma que a Palmieri nunca le gustó la palabra “salsa”. Recordaba que una vez le preguntaron a Tito Puente: “¿Qué opina de la música salsa?” Y él respondió: “Yo le pongo salsa a los espaguetis, a la pasta…”
Palmieri prefería describir su música haciendo referencia a sus raíces: “Afrocubana”, dijo en una entrevista en 2012 con el Proyecto de Historia Oral del Smithsonian. Afirmó que, gracias a la participación de puertorriqueños y niuyoricans como él, se había convertido en música “afrocaribeña”.
“Para mí –explicó -, ahora es música afromundial. Empezó afrocubana, después afrocaribeña, porque la influencia llegó a Puerto Rico y a Venezuela. Y ahora es mundial. No hay país que haya visitado, en el mundo, donde no adoren la música bailable, bien sea con vocal o latin jazz, y a los instrumentos que le pertenecen a esa música, como la tumbadora, el bongó y el timbal”.
Diremos que se ha apagado uno de los pioneros del jazz latino, como inició su nota Luis Pablo Beauregard, corresponsal del diario El País. Palmieri falleció en su residencia de Nueva Jersey tras una prolongada enfermedad, según confirmó su hija Gabriela. El pianista neoyorquino de raíces puertorriqueñas, llamado “el sol de la música latina”, fue uno de los primeros en incursionar en la fusión entre el jazz, el mambo y el chachá, definiendo un nuevo género que cautivó durante los setenta a la crítica y a los aficionados junto con artistas como Johnny Pacheco, Celia Cruz, Tito Puente, Cheo Feliciano y Ray Barreto.
Palmieri obtuvo en 1976 el primer Grammy a la música latina, por el álbum The Sun of Latin Music con un jovencísimo cantante: Lalo Rodríguez. Sus producciones discográficas, que incluyen 36 títulos, le merecieron siete más de estos premios, además de un Latin Grammy y el Premio a la Excelencia Musical de la Academia Latina de la Grabación.
En este disco, por cierto, se incluye “Una Rosa Española”, una composición de Palmieri que se destacó por ser una reinterpretación de “You Never Give Me Your Money” de los Beatles. Este tema, dice el experto Ricardo Mendivil en sus redes sociales, empieza como un danzón y fusiona la salsa con otros géneros como el jazz latino y se interpreta con violines, por lo que es un ejemplo del estilo innovador de este músico.
Al igual que los Beatles, Palmieri también grabó un Disco Blanco en 1981. Fue un álbum importante, grabado por Fania Records, que reunió a leyendas de la talla de los soneros Ismael Quintana y Cheo Feliciano, y el legendario trombonista Barry Rogers. El disco incluye éxitos como “Páginas de mujer”, “Ritmo Alegre” y “El Día que me quieras”, el clásico tango de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera, pero con arreglos musicales donde la melodía deja de ser triste para convertirse en una animada salsa latina.
Palmieri afirmaba que sus herramientas fundamentales eran los “complejos patrones rítmicos africanos que tienen siglos de antigüedad” y que están en la raíz de la música afrocubana. Al explicar de dónde sacó su habilidad para las armonías densas y disonantes, así como su sentido del ritmo, tan alegre e inconformista, citó como inspiraciones a pianistas de jazz como McCoy Tyner y Thelonious Monk.
Juan Flores, estudioso de la cultura puertorriqueña, escribió en Salsa Rising: New York Latin Music of the Sixties Generation (2016) que Palmieri había sido “el pionero y principal innovador” que impulsó el “movimiento cultural” que fue la salsa.
Sin embargo, Palmieri siempre rechazó a la “salsa” como género musical. “Eso no existe”, señalaba en las entrevistas. Afirmación paradójica viniendo de quien fue considerado una piedra angular del género. “El problema de la salsa es el nombre. Tito Puente lo dijo mejor: eso le pongo al espagueti”.
“El término salsa – explicaba – vino a ser en realidad un recurso comercial que aglutinó una serie de ritmos afrocaribeños, desde cumbia, son y guaguancó, mambo o danzón, que en los años 70 se fusionaron fuera de Cuba, un fenómeno derivado del cierre de la isla en 1959”.
Y expresaba su desencanto: “Ya no hay pa´trás. Ahora en Cuba hacen hip hop y rap, los jóvenes ya no conocen la música. Esa es la tristeza mía”. En una conferencia de prensa, realizada el 24 de mayo de 2015 en el marco del Oasis Jazz U Latin Fusion en Cancún, expresó: “Antes en Nueva York tocaban la música de Tito Puente y otros. Ahora lo que se escucha es hip hop y rap, o el latin pop, que son controlados por las compañías disqueras, que tienen la plata”.
En 2023, Palmieri tuvo que ser hospitalizado por problemas respiratorios, y sus médicos le advirtieron que ya no podría hacer giras. En consecuencia, el maestro optó por realizar varios conciertos en el Blue Note, uno de los lugares emblemáticos del jazz en Nueva York.
No todo está perdido. En la inmensidad de ese té de calcetín con sabor a cualquier cosa, desde pop hasta reguetón, Palmieri consideraba que el jazz es el reducto salvador de la música afrocaribeña. El futuro … el latin jazz es la fusión del siglo XXI. RDM