En México, los accidentes viales representan una problemática crítica, cobrando 43 vidas diariamente, de acuerdo con el primer Monitor de Seguridad Vial dado a conocer hace algunas semanas por Fundación Aleatica.
Además de estas pérdidas, cada año se registran más de 33 mil personas con lesiones graves y 100 mil con lesiones leves a causa de accidentes en las carreteras y zonas urbanas.
Estas cifras ubican a México en el noveno lugar mundial en mortalidad vial y en el segundo lugar en América Latina, según el informe de la fundación, alineado con los preceptos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El país busca reducir en un 50% las muertes y lesiones causadas por accidentes viales para alcanzar las metas del Segundo Decenio de Acción para la Seguridad Vial (2021-2030).
Los motociclistas, los más afectados
El Monitor de Seguridad Vial destaca que los motociclistas son el grupo más vulnerable, con una alta tasa de mortalidad en estados como Colima, Tabasco, Campeche, Nayarit y Yucatán. Además, los estados de Nuevo León, Sonora, Chihuahua, Estado de México, Michoacán, Guanajuato y Tamaulipas encabezan la lista de incidentes viales. La mayoría de estos accidentes (95.5% en zonas urbanas y suburbanas, y 78.2% en carreteras federales) están asociados a conductas de riesgo, como el manejo imprudente e intencional, el exceso de velocidad, la invasión de carriles y no guardar distancia.
La infraestructura vial también es un factor
Otro de los factores clave detrás de estos incidentes es la infraestructura vial. De los accidentes relacionados con las condiciones de las carreteras, el 44.4% fue causado por pavimento mojado, el 11.8% por objetos en la vía, y un porcentaje menor se atribuye a la falta de señalización y desperfectos en las carreteras.
¿Cómo reducir las muertes viales en México?
Para cambiar este panorama y reducir la tasa de accidentes, es indispensable la colaboración entre gobierno, sociedad civil y empresas. Las soluciones propuestas se centran en el diseño de políticas públicas y mejoras tecnológicas que apunten a garantizar la seguridad vial. Entre las estrategias clave se destacan:
Respeto al reglamento de tránsito: Los usuarios de las vialidades deben cumplir con las normas de tráfico, especialmente en lo referente a la velocidad y uso correcto de carriles.
Mejoras en la infraestructura vial: Es esencial que el gobierno invierta en carreteras más seguras, optimizando aquellas existentes mediante la instalación de tecnología que regule el tránsito y reduzca los accidentes.
Uso de tecnologías como el tag vial: Uno de los métodos que se ha probado útil en la mejora de la seguridad vial es el uso de tags electrónicos. Estos dispositivos permiten identificar vehículos, agilizar el tránsito en cruces carreteros y reducir los riesgos asociados a frenados bruscos o accidentes en puntos de peaje. Además, el tag promueve una conducción más eficiente, evitando aglomeraciones que pueden generar incidentes viales.
Diseño de políticas integrales: Se requiere de políticas públicas que consideren las jerarquías de movilidad, protegiendo especialmente a los sectores más vulnerables como los peatones y motociclistas.
La combinación de infraestructura mejorada y tecnología, con la cooperación de actores sociales en respetar las normas de tráfico, podrá reducir significativamente la tasa de muertes y lesiones en carreteras en México, acercando al país a cumplir con las metas del Segundo Decenio de Acción para la Seguridad Vial de la ONU.