SILOGISMOS
* Félix, Monreal, Huerta ¿Cuántos más?
Por Antonio Ortigoza Vázquez/ @ortigoza2010
“¡Qué bonita familia”, diría Pompín Iglesias, pero los botones de muestra que nos ha proporcionado Morena en las últimas 48 horas rebasa cualesquier chistorete: no parece desafortunada casualidad que hayan surgido muy escandalosos casos de abuso sexual en dos candidatos muy cercanos a la cúpula del partido en el poder, al que se añadió el muy indignante de un oscuro diputado poblano detenido la mañana del miércoles 21 por abuso a un muchacho de 15 años.
¿Será un “efecto colateral” derivado del muy ingenioso sistema de tómbola para seleccionar candidatos, sea al Congreso de la Unión como para gobernadores de los estados? Peor aún: tanto Félix Salgado Macedonio como David Monreal Ávila desde hace tiempo han sido miembros prominentes de la cúpula pejista, no así el diputado por el distrito 11 de Puebla, Benjamín Huerta Corona, quien no pudo contener sus pulsiones y se hizo famoso de pronto, al ser remitido por la policía capitalina a la Fiscalía Especializada en Delitos Sexuales de CDMX, pese a sus alegatos de fuero constitucional.
Tan sólo para el Congreso federal, Morena necesitó escoger 500 candidatos (300 por mayoría relativa y 200 plurinominales); salvo casos muy notorios en el que personalidades de cierta fama tenían segura su postulación (Muñoz Ledo, Tatiana Clouthier, Fernández Noroña (por PT), Mario Delgado, etcétera), muchos otros distritos fueron decididos por “tómbola”. Un resultado evidente de tal sistema se pudo ver a pocas semanas de instalada la Legislatura, cuando una señora evidenció tremendas dificultades para dar lectura a un texto muy sencillo.
Y pues, este miércoles, cuando se encontraba en su cúspide el escandalazo de David Monreal Ávila con su depurada habilidad para sobar traseros femeninos, de pronto nos enteramos de las debilidades escasamente socráticas del diputado Huerta Corona, quien como miembro de la Comisión de Hacienda, tendrá problemas para asistir a las sesiones para la discusión de temas torales como el Presupuesto de Egresos.
El asunto, se ve obvio, traerá, una vez más a colación, el llevado y traído tema del “fuero constitucional”. El artículo 61 constitucional dice: “Los legisladores serán inviolables (sic) por sus opiniones. La presidencia de la Cámara de Diputados velará por el cumplimiento del fuero constitucional”.
No especifica en qué consiste el fuero ni sus alcances, y así, el asunto queda en manos de jueces de distrito que a lo largo de decenios han emitido sentencias en sentidos contrapuestos.
El presidente López Obrador, con su ya conocida sonrisita, eludió comentar sobre el asunto Monreal Ávila, pero en el caso de Salgado Macedonio, ha roto lanzas con furiosas catilinarias contra el INE.
El diputado Huerta Corona, de 63 años, estaba la mañana del miércoles en un hotel de la calle Roma, en la Zona Rosa, donde un jovencito de 15 años pidió ayuda a los empleados por el intento de abuso por parte del legislador. Los empleados avisaron a la policía, la que llevó al legislador ante una Fiscalía Especializada en Delitos Sexuales de CDMX.
El diputado, muy escandalizado, alegó inmunidad por el fuero, pero los agentes optaron por dejar la decisión a un fiscal o, en su caso, a un juez.
Pero eso sí: al tratarse de intento, por lo menos, de abuso a un menor de 15 años, todo augura que tendrá problemas para participar en la discusión y aprobación del presupuesto de egresos.
Eso, a menos que sea defendido en una “mañanera”, o que su asunto sea eludido con esa típica sonrisita, como si de un chistecito sin importancia se tratara.
Y queda la pregunta en el aire: ¿Cuántos casos más de estos saldrán a la luz en semanas y meses siguientes?
CASO MONREAL: ¿LA VÍCTIMA, ABOGADA DE SU OFENSOR?
Un caso particularmente curioso es el del candidato de Morena a gobernador de Zacatecas, David Monreal Ávila, hermano del líder de la mayoría morenista en el Senado, el influyente Ricardo Monreal Ávila.
Sucedió que hubo un acto proselitista en la ciudad de Juchipila y las redes sociales difundieron un video donde se observa un grupo de mujeres caminando por una calle, con la candidata a presidenta municipal de Morena, Rocío Moreno, en cierto momento es alcanzada por Monreal, quien en veloz acción la alcanzó el trasero, lo palmeó y retiró la mano. Todo, en quizá dos o tres segundos, pero perfectamente claro en la filmación.
En un primer momento, Monreal “pidió disculpas” en redes, pero pocos minutos después dio un giro de 180 grados y rechazó tajante lo mostrado en el video, como el viejo chiste del marido infiel pillado “in fraganti”: “No creas en lo que ves; cree en lo que te digo”.
Lo crudamente evidente: David Monreal mostró la conducta típica del poderoso que somete a la servidumbre sexual, de grado o por la fuerza que le permite su posición: “Si quieres ascender, ya sabes las condiciones…”
Claro que hay casos de mujeres que rechazan indignadas la propuesta, y no ascienden. Por eso llama poderosamente la atención la reacción de la ofendida, Rocío Moreno, candidata de Morena a la presidencia municipal de Juchipila.
A media mañana subió a redes un desconcertante video, donde dice: “Acabo de ver un video donde se daña mi integridad (¿?) y la del candidato a gobernador, David Monreal Ávila (¡!); no voy a permitir que me utilicen, que dañen al movimiento… basta de calumnias (¡Quéeee!), el licenciado Monreal es una persona respetuosa y nunca me ha faltado. Basta de utilizar los videos para arreglar (sic) las imágenes…. voy a ganar en Juchipila, donde PRI y PAN lo tienen abandonado…”
Es evidente que la candidata sopesó la situación. Los Monreal son gente poderosa en Morena, gozan de fuerte apoyo presidencial y -David al menos- se pueden dar el lujo de una conducta pública típica de caciquillos de pueblo aislado: desfachatados, brutales, abusivos, que pueden aplastar honras y encima, exigir su exoneración a las mismas víctimas, como Rocío Moreno.