Claudia Rodríguez
Estadísticas van y vienen, así como acotaciones de percepción de que en el Estado de México, Ecatepec como Naucalpan, son de los municipios más violentos.
Pero algo que está cimbrando a los naucalpenses es como un día sí y otro también, la policía municipal planta sus retenes en distintas avenidas para revisar al interior de sus automóviles, o al simple paso peatonal, de cuanta persona ellos quieran.
Hay quienes atinan a justificar la estrategia como una medida para inhibir el crimen o para sorprender infraganti a quien esté cometiendo una infracción o delito, o tenga intención de realizar cualquier conducta delictiva.
Sin embargo, esto está generando una ola de criminalización a la juventud, que difícilmente puede caminar por las calles de la demarcación que ahora intenta administrar el panista Edgar Olvera.
Pareciera que ser joven y a consideración de la policía municipal naucalpense, es asunto para sospechar y todos los días uno puede ver y escuchar la desesperación de jóvenes hombres y mujeres, que rodeados de policías son revisados en sus pertenencias, y claro, aquél que se resiste y muestra impotencia, es tratado de inmediato ya no como sospechoso, sino como criminal.
La tarde de ayer como otras veces, me tocó ver a lo lejos esta escena que describí líneas arriba y que remarco es cotidiana. Logré parar mi vehículo metros adelante, llegar hasta el lugar de la escena, y preguntar a los policías si pasaba algo con el chico quien ya no tenía consigo ni su mochila, ni su suéter, ni su chamarra.
La primera respuesta hacia a mí, fue que no me importaba y que siguiera mi camino por mi seguridad.
Contesté al policía que me corrió del lugar –molesta pero controlada–, que sí tenía interés y que si al chico no se le acusaba de nada, ellos estaban violentando su integridad con base al artículo 16 de la Constitución que señala que nadie puede ser molestado en su persona por una autoridad sino hay mandato judicial.
Al final, al chico que continúa siendo un extraño para mí; se le regresaron sus cosas y pudo continuar su camino, y claro que tal vez sin mi irrupción, lo hubiera hecho también; pero lo que sí sucedió fue que lo criminalizaron y lo vejaron.
Por supuesto que me interesa que hacen con nuestros chicos las autoridades de cualquier orden y nivel, porque no quiero que nadie de mi familia, ni mis amigos, formen parte de la estadística de desaparecidos o muertos de la que no responde de ningún modo la autoridad y de hacerlo, lo primero que señalan es que se fue con el novio(a).
Acta Divina… “Crimen en Naucalpan, responsabilidad del PRI”: Edil Edgar Olvera.
Para advertir… Artículo 16 constitucional. “Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento…”
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