Muelle 1
Carlos Alberto Duayhe
Claudia Sheinbaum Pardo fue clara y contundente en su discurso de ayer al tomar posesión como presidenta de la República ante el Congreso de la Unión y el Poder Judicial: sigue el proyecto de la cuarta transformación.
Su discurso ante Andrés Manuel López Obrador, legisladores, jueces, invitados extranjeros y especiales, cuerpo diplomático, funcionarios de su gabinete, estuvo exento de contratiempos en la sede de San Lázaro.
Por el contario, fue escuchada con toda atención por los opositores lo que demuestra que hubo acuerdos de civilidad y acaso interrumpida de vez en vez por las porras y respaldos en su favor.
Demostró civilidad al saludar a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña -presente y muy solitaria en el estrado principal- quien aplaudía algunos señalamientos de la nueva titular del ejecutivo y escuchaba con los ojos bien abiertos que la reforma judicial recién aprobada sigue en serio y pasa a ser parte de los ejercicios democráticos del país.
Otra muestra de sensibilidad en la ceremonia fue hacia la maestra y legisladora Ifigenia Navarrete, presidenta de la mesa, con sus 94 a cuestas, no obstante su afectada salud, a quien abrazó al final de la ceremonia, fue notoria.
De los puntos centrales de su discurso fue el respeto a las libertades, a la justicia impostergable, a la autodeterminación de los pueblos, cero impunidad, respeto a la diversidad y pluralidad, seguridad a inversionistas nacionales y extranjeros, infraestructura básica -que incluye puertos, aeropuertos, trenes-, alimentación, salud, educación, carreteras, caminos, equidad e igualdad de género, tareas que no se pueden interrumpir por nada y son, más que meros enunciados, objetivos impostergables hacia el desarrollo.
En fin, una apretada agenda de actividades por emprender o continuar y que de acuerdo o no con su proyecto de de la cuarta transformación, es evidente que Claudia Sheinbaum y su equipo de colaboradores, han de contribuir a la concordia, al entendimiento y responder a toda la sociedad mexicana que así lo espera.
Por lo pronto, todos: en sus marcas.
Atraques:
1. Uno de los aspectos relevantes del discurso de la nueva presidenta es sin duda al relativo a lo que denominó “proyectos estratégicos para el abastecimiento de agua, vamos a limpiar los ríos más contaminados del país. Haremos de México una potencia científica y de la innovación, apoyaremos las ciencias básicas, naturales y humanidades y las vinculamos con áreas prioritarias para el desarrollo nacional”.
2. De las palabras a los hechos es lo importante.
3. Como sea Claudia deja en claro que es mucho por avanzar en tantas materias, incluso en transparencia.
4. De los integrantes de su gabinete, atentos y hasta sonrientes a lo que decía la presidenta en San Lázaro, un Marceo Ebrard Casaubón serio, en serio. Si la política es un teatro, como dijo el gran escritor Federico Campbell, ni eso le funcionó al secretario de Economía.
5. Saludo especial de Claudia Sheinbaum a la doctora Jill Biden, esposa del mandatario de Estados Unidos, durante la ceremonia, quien estuvo más que contenta con la visita a México.
6. Tremendo lo que ocurre en Acapulco, planeación urbana ni la conocen. Este 2 de octubre – fecha presente- la presidenta estará por allá.