La Espinita
Andy S. K. Brown
- Enloquecido, AMLO sigue en Palacio
- Ahora, ¿qué carajos es “el pueblo”?
- Israel Félix levanta puente Hgo – Qro
Como la emperatriz Carlota –primera mujer gobernante de México–, quien perdió la razón encerrada en el castillo de Miramar, López Obrador está enfebrecido, desesperado, atrincherado en “su depa” de Palacio Nacional. Ahí sigue, a la espera de culminar su gran obra destructiva.
Cuenta para ello con sus fanatizados fieles.
Desde ahí les da órdenes. Usa a su principal alfil Adán López. Sí, al mismo que “el junior del Bienestar” Andy López insistía que fuese el sucesor porque desconfiaba de Sheinbaum.
Y este otro López, ahora senador, sigue fielmente las instrucciones. Así, junto con Ricardo Monreal presentó apenas un nuevo feo parche a la Carta Magna para blindar las reformas que, como venganzas y caprichos, de quien desde hace buen rato mandó al diablo a las instituciones… para ahora instaurar una dictadura en la que él siga siendo el caudillo.
Sabe que éstas corren riesgo, entre otras, la que deforma al Poder Judicial, igual que la que desaparece los órganos constitucionales autónomos que a él y sólo a él no le gustan y, por lo tanto, obligadamente tampoco deben ser gratos a sus seguidores.
¡Hasta ahora se dio cuenta de que la SCJN todavía las puede tumbar! Procedió, así, en consecuencia.
Y ahí enclaustrado, dando vueltas y vueltas por las reducidas habitaciones, exasperado, como Big Brother orwelliano está pendiente de todo.
Y si no es que la llama para que acuda a “audiencia”, toma “su” extensión de la red presidencial, el famoso teléfono rojo, y directamente le dice a la Presidente formal Sheinbaum qué decir, qué hacer, cómo… puras ocurrencias, berrinches, pendejadas y caprichos.
Lo mismo llama a los miembros del actual gabinete, la mayoría de los cuales fueron colocados en sus nuevos cargos por él. Y los instruye. Obedecen, porque saben que también los vigila.
Está como loco. Como Carlota al ver que el imperio de Maximiliano se estaba yendo a pique.
Y no. No ha viajado a Cuba ni a Bolivia. Ahí sigue. Enfebrecido, enloqueciendo, en su propio Miramar.
Ya nos urge que se vaya a “La Chingada”.
Antes de que acabe por completo con lo que era este país.
* * *
¡Se pasan! Dicen que todo lo hacen en nombre del pueblo. Que interpretan los anhelos y deseos del pueblo. Invocan al pueblo para justificar sus propias pendejadas. Bueno, ¡hasta asumen ser ellos mismos el pueblo!
¿Tiene alguien alguna definición? ¿Qué significa el pueblo?
Sí. Sí hay quien lo sabe. Y ese no es otro que el gran poeta chiapaneco Jaime Sabines, quien escribió un glorioso homenaje al pueblo en su poema “Diario Oficial”:
«Por decreto presidencial: el pueblo no existe / El pueblo es útil para hablar en banquetes: / ‘Brindo por el pueblo de México’ / ‘Brindo por el pueblo de Estados Unidos’.
«También sirve para el pueblo para otros menesteres literarios: /escribir el cuento de la democracia, /publicar la revista de la revolución, / hacer la crónica de los grandes ideales.
«El pueblo es una entidad pluscuamperfecta / generosamente abstracta e infinita
«Sirve para que los jóvenes idiotas / aumenten el área de los panteones / o embaracen las cárceles / o aprendan a ser ricos.
«Lo mejor de todo lo ha dicho un señor Ministro: / ‘Con el pueblo me limpio el culo’/
«He aquí lo máximo que puede llegar a ser el pueblo: / un rollo de papel higiénico / para escribir la historia contemporánea con las uñas».
Usted ¿qué dice?
¿Nos lo limpiamos con quienes hoy dicen ser el pueblo?
* * *
Se repite aquella vieja historia de quien fuera gobernador guanajuatense, Juan José Torres Landa, a quien motejaban que había sido “el mejor gobernador que ha tenido Querétaro” por las grandes inversiones inmobiliarias que desarrolló en esta entidad. Jurica, entre muchas otras.
El protagonista ahora es el hidalguense Israel Félix, muy cercano al exgobernador Omar Fayad, quien lo cobijó en puestos públicos muy cercanos a él, y quien ahora es alcalde de un municipio conurbado a Pachuca.
Hay queretanos que, incluso, ya promueven que le erijan una estatua porque se ha convertido en el mayor inversionista mexicano en esa entidad.
Y es que igual construye enormes plazas comerciales que fraccionamientos de lujo.
Mucho dinero exportado de Hidalgo a Querétaro.
¡Muchísimo!
Ahorrador, don Israel, pues con un sueldito de funcionario de medio pelo esta gran fortuna la amasó en solo seis años.
@AndySKBrown1