Resultan ser muy ilustrativas las palabras pronunciadas por el Bastonero Carpentier, mismas que quedarán grabadas para la historia, en las páginas escritas por Labori, en su obra “Discours de rentrée”, cuando expuso: “¿Independencia?. Ciertamente una palabra, pero una palabra inmensa que encierra un mundo intelectual y moral: todo el pensamiento y toda la virtud, todo lo que separa al individuo del rebaño humano para hacer de él un hombre”.
En ésta Cuarta Transformación de la República, cuando como abogados litigamos, o realizamos un acto vinculado con nuestras funciones de defensores, como resulta ser el brindar asistencia leal a un acusado en un despacho de instrucción, simbólicamente debemos vestir una Toga; que es el signo visible de nuestra dignidad y de nuestra independencia, a la par, debemos portar un birrete cuyo significado nos debe de recordar que los hombres de leyes contamos con el sagrado derecho de permanecer cubiertos para recordar a todos la independencia con la que cumplimos nuestra misión, “independencia sin la cuál no habría ni defensa, ni en consecuencia justicia”, nuestras tradiciones indican que se debe de litigar de pie y cubiertos, así reza la ordenanza contenida en un añejo decreto, mismo que agrega: “Pero se descubrirán, cuando formulen conclusiones o se lean documentos de la causa”, último vestigio de una añeja usanza ya desaparecida.
Defender no es tan sólo sostener ante esta Cuarta Transformación de la República los intereses de justicia que se nos han encomendado, es decir también en conciencia lo que se piensa y se tiene el deber de decir; es decirlo ante todos, sean éstos jueces, magistrados, fiscales o procuradores, sin timidez, sin debilidad, sin inclinarse ante la lisonja o el temor, con la altiva autonomía del verbo, sin tomar en cuenta ni el interés, ni la libertad, ni la vida.
En concepto de la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A.C., un abogado independiente es aquél que no doblega el rigor de su deber ante la corrupción. Independencia es nobleza y rectitud de carácter, la cuál se rebela ante la corrupción de los recintos de justicia, ante la narcopolítica, ante la injusticia, ante la inexacta aplicación de la ley, ante la ignorancia de muchos ministriles de justicia, ante a las ocurrencias de ciertos gobernantes y ante la ley cuando ésta es injusta. La independencia, según nos enseñó el Lic. Ricardo García Villalobos +, “es señal de una conciencia recta y se resume diciendo que es el sentimiento del deber que se tiene contraído con México”.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho
Penal del Colegio de Abogados de México, A.C..