La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El pusmoderno tirano sustituyó el aplauso de la plebe por retuits y likes
El homicidio del afroamericano George Floyd, en Minneapolis, quedó registrado en un video, imposible encontrar justificación al actuar del policía blanco Derek Chauvin y sus cómplices, tres oficiales que observaron impávidos la conducta asesina de su colega.
La rabia ciudadana ha incitado protestas en todo Estados Unidos, mismas que han sido acompañadas de disturbios que demuestran un, hasta ahora, soterrado malhumor social.
Las reacciones son obvias, es imposible que ante tamaña evidencia el abuso hubiese sido ignorado, sin embargo, las respuestas de los gobernantes, sobre todo de Donald Trump, se han caracterizado por su insensibilidad y por tratar de apagar el fuego con gasolina.
En este sentido, antes de pasar a la acción, el mandatario estadounidense tuitea y llama ‘matones’ a los indignados, además busca clasificar a una de las organizaciones promotoras como terrorista, lo que daría pie a una represión en el más amplio sentido del concepto.
Desde luego, los rabiosos seguidores de Trump, se dan vuelo fomentando la crispación y piden a gritos y retuits, mano dura contra los manifestantes. Así pues, no se trata de resolver de fondo el problema del racismo, la única opción para los nuevos autócratas, es aceptar el estado de cosas como es y acallar a los inconformes, para ello, buscan legitimarse con base en los likes, es lo que guía el posible sentido de su dedo pulgar.