Segunda parte.
“Derechx vs Izquierdx”.
-Victor Roccas.
Estableciendo que toda educación es doctrina y que debe legitimarse como un basamento del desarrollo académico y no como norma de la formación del individuo concedo que la educación es muy importante en los primeros años de crecimiento de la persona, sin embargo llegará aquel momento para liberar el razonamiento y convocar el aprendizaje propio en una ruta de consciencia individual.
La otra opción es a la que se sujetan la gran mayoría de los seres humanos en el mundo, un constante adoctrinamiento insalvable que se encadena siempre a la voluntad y pensamiento de un grupo dominante que exigen educación incesante y certificación regular bajo sus términos, criterios a conveniencia, es evidente que lo anterior impide el desarrollo del pensamiento más allá de lo establecido bajo los límites y utilidad de esa doctrina…
La academia moderna no es la excepción, un ambiente repleto de modernos sofistas que hermanados en lo que podría llamarse su propio credo dispensan su pensamiento como moneda invaluable de incontrovertible verdad, sujetando a todo aquel que ose cruzar su camino a una progresión arrogante de datos sólo limitados por su egolatría y fama entre discípulos que jamás permitirán se cuestione tal credo.
Habrá quien con justa razón identifique lo anterior con una religión o con el “comunismo” pero curiosamente se puede identificar también plenamente con el sistema capitalista, porque al final los tres son dogmáticos y discriminantes.
En México nos situamos enfrentados con una realidad que constantemente nos preocupa, la educación de nuestros hijos, y claro que en ello no minimizo importancia, de facto es una preocupación de orden inmediato.
Sin embargo llevo años, décadas observando como sexenio tras sexenio sin importar bandera partidista se siguen aplicando los mismos “errores” bajo la misma argumentación y peor sin tomar en cuenta a los que deberían de ser tomados en cuenta para corregir una situación de retroceso educativo que ya rebasó al menos a 3 generaciones pasadas, la generación actual está por tanto condenada a una educación académica impartida sin duda por los peores docentes de la historia institucional mexicana pues ellos mismos fueron enseñados por un profesorado deficiente.
Una cadena de “errores” preconcebidos que nos han traído a la debacle educativa que hoy parece nuevamente se intenta paliar con premura sexenal y ocurrencias presidenciales para salir al paso electoral.
Quizá el amable lector no recuerde los errores garrafales de libros gratuitos de la SEP al final del sexenio de Calderón, la “enciclomedia” de Fox, los intríngulis de la reforma educativa de Peña Nieto, los maestros que no querían ser evaluados y la real razón de tal reforma que fue administrativa con la finalidad de restarle derechos laborales al gremio de maestros, igualmente no recuerde la carencia de libros que no llegaron al alumnado y la cantidad de tiempo desperdiciado por no tener material didáctico al final del sexenio de Peña, la poderosísima Maestra Gordillo que pregonaba su poder para sentar candidatos en la silla presidencial tan sólo con su voluntad sobre el sindicato más grande de Latinoamérica para finalmente traicionar a cientos de miles de obsecuentes trabajadores de la educación, errores, engaños, devaneos, corrupción, etc, todos los cuales curiosamente fueron y son develados al finalizar cada sexenio como municiones de combate electoral, pero que al final evidencian una realidad inocultable; la educación institucional ha sido progresivamente infame en México.
Y es que más allá de la inclinación política que se ostente en cada sexenio, la utilidad de la educación se basa en la generación de individuos cada vez menos capaces, alumnos dóciles, pasivos, distraídos, casi sonámbulos que apuntalen una sociedad temerosa, olvidadiza, obediente, displicente, frívola pero sobre todo conforme con el sistema capitalista de libre mercado, meritocracia, competitividad, crecimiento sostenido que les margine para apenas sobrevivir en un mundo de supuestas oportunidades inexistentes. Una generación joven que confunda rebeldía con capricho y consciencia social con crisis existencial, si, esa crisis existencial que se induce en el pensamiento de una culpabilidad individual por no “dar el ancho”, una generación de fracasados auto recriminados.
Porque en este sistema la inmediatez es la base de todo, los adolescentes están vulnerados por la presencia de modelos de comportamiento totalmente materialistas, hedonistas y distorsionados, su rebeldía se convierte rápidamente en transgresión y algunos incluso en criminalidad, las motivaciones para un desarrollo académico no son ni al menos una opción, buscan su identidad en los absurdos de adultos corruptos, frívolos, fatuos, hiper-sexualizados promovidos y publicitados por medio de una supuesta “cultura” contemporánea vulgar y elemental casi primitiva y salvaje. Tan simple y vulgar como la adoración al dinero fácil y la fortuna inmediata de un narcotraficante o del hijo de un presidente.
Pues actualmente una adolescente sin estudios académicos, sexualizada y semidesnuda vive en el privilegio de la opulencia fugaz comerciando su cuerpo a través de las redes sociales, tanto como un joven puede vivir una momentánea fortuna, gozo y libertinaje al servicio del crimen organizado para terminar sepultado en una fosa clandestina, entretanto un profesionista compite en un mercado laboral totalmente desmotivante que le trata como mercancía, le esclaviza y condena a la mediocridad de un entorno indignante para sobrevivir en un ánimo de despropósito…
Al final todos esos extremos se prostituyen ante el mejor postor y el poder del capital que en conjunto resultan ser, como una mala jugada del destino, sus efímeros objetivos de vida…
Y es que sinceramente el lenguaje inclusivo, la diversidad sexual y de género, los modismos gramaticales del idioma y lengua así como las imágenes escandalosas, errores en datos históricos, geográficos y astronómicos, desprecio por las matemáticas, la filosofía y actividades fuera de contexto incluidas en los libros de texto gratuitos que tanta controversia han generado no revisten mayor importancia ante niños que con sólo asomarse a la calle, interactuar en una pantalla con desconocidos, escuchar una canción de corridos tumbados, reggaetón o mirar videos degradantes, enfrentaran violencia, discriminación, autoritarismo, miseria, pobreza, crimen, injusticia y sobre todo el panorama desolador de un futuro carente de derechos humanos, garantías constitucionales y que únicamente les dejará opción a la supervivencia bajo la ley de la selva.
Luego entonces para defenderse ese niño únicamente contará con herramientas como el uso de la x o la e para adaptarse a un lenguaje inclusivo que le aleje de una supuesta discriminación por identidad de género, y podrá definirse como una mujer, un hombre, un ser no “binarie” o una quimera en caso de sentirse amedrentado por una sociedad estúpidamente inclusiva y absurdamente permisiva, o podrá igualmente recurrir al uso y derecho sobre su cuerpo para ser comprado como un artículo y venderse, incluso será capaz de prescindir de cualquier criterio propio pues la opinión pública será su referente y las redes sociales su guía moral, su destino será por supuesto forjado por su popularidad o la popularidad de modelos de comportamiento tan desviados como la moral de un polítiquillo y por si hiciera falta bajo el resguardo de “compañeres” igualmente obnubilados, el acceso fácil a las drogas, corrupción, impunidad y crimen será su mayor derecho, la ausencia paterna será su garantía, la escuela será sólo un refugio para contaminar y ser contaminado por maleantes en ciernes a la vista de profesores a quienes les importará un carajo, ni la ciencia ni la historia ni la filosofía serán necesarias pues la fe, la esperanza, la virgen de Guadalupe, los tiktokeros y youtuberos rigen con la verdad absoluta, su inmadurez física y mental será el capricho que les librará de cualquier regaño o penalización, su aparente inocencia será la herramienta para generar beneficios inmediatos mediante la explotación infantil, porque ese niño es el objeto más valioso para un estado democrático de libre mercado. Y algún día, si sobrevive ileso, podrá será un desdichado trabajador que consumirá su sueldo en busca de la felicidad, un esclavo de la obsolescencia programada y las garantías con costo, un cliente más que usará toda clase de créditos para ser alguien e hipotecas, compromisos y deudas para no dejar de ser ese alguien, llegará tal vez a lograr una posición económica de cierto privilegio que será la justificación para seguir empeñando su tiempo, vida y familia en aras de mostrarse exitoso en un mundo muy competitivo generado por empresas capitalistas con administraciones y políticas totalitarias, dictatoriales y anti-democráticas.
Al llegar a la mayoría de edad todo niño será el bien más preciado de esa democracia; un votante “disfuncional”, un número de filiación recaudatoria, un valor en una encuesta o un punto porcentual en una estadística sin importar si carece de voluntad pues lo que importa es la voluntad ajena que le gobierna, pero claro el mayor riesgo será obviamente que ese niño, adolescente, joven o adulto sea enfrentado a lo que algunos llaman ¡El virus del comunismo! deslizado tímidamente en un pinche libro de texto para los más jodidos gracias a los buenos oficios de la derechx vs. izquierdx entretanto los niños privilegiados, que serán los futuros líderes de este país bananero abrevan de una educación conservadora con maestros de primer orden académico, incluso impartida en sitios como por ejemplo Londres…
-V.Roccas.