Desde Filomeno Mata 8
Mouris Salloum George*
Al menos desde diciembre de 2000, cuando Fox transustanciado en Kalimán se declaró presto a socorrer a comunidades habitantes en las faldas del Popo, los medios televisivos han conjurado a “Don Goyo”, anunciando su inminente erupción.
Desde entonces, se reporta un conteo incesante de las fumarolas del volcán. Es posible que ya se haya producido la erupción y las cámaras no han registrado que lo que vomitó la montaña sagrada fue una inmensa descarga de detritus (excremento) que han inundado el ex vaso del Lago de Texcoco.
En el Valle de México, y concretamente en la CDMX, moran los tres Poderes de la Unión, los órganos autónomos del Estado, las dirigencias de nueve partidos políticos nacionales, las matrices de los principales grupos bancario- financieros, la central del mercado bursátil, etcétera.
El Popo permanece con su actividad milenaria, pero hace 72 horas, Transparencia Internacional, al dar a conocer su reporte 2017 sobre percepción de la corrupción, bajó a México doce puntos de calificación en tan repugnante asignatura: lo trasladó del lugar 129 en el mundo, al 135.
El análisis de ese reporte indica que, en combate a la corrupción, México está en el último lugar de la lista de países miembros de la OCDE y del G-20.
A 2016, resultados de investigaciones no rebatidos, estimaron que la corrupción pública en México cuesta a los compatriotas un billón de pesos. Ese balance circuló en las primeras semanas de 2017.
Hace un año, sin embargo, todavía no se conocían los análisis de la revisión de la Cuenta Pública de 2016 que en estos días está desgranando la Auditoría Superior de la Federación, responsable de la compulsa contable de los gastos federal y federalizado: el desgarrado y manchado retrato de la moral y la ética republicana está en todos los medios.
Para ilustrar nuestro optimismo, tenemos la macabra extensión de esa abominable fotografía: 2017 cerró con más de 40 mil muertes violentas en México; el pasado enero, con dos mil 156. Los cabeceros de noticias ya no acuden al eufemismo de la tipificación penal: los llaman asesinatos a secas.
Frente a ese tétrico cuadro, desde lo alto se diagnostica como “irracional” el enojo social. Lo hemos dicho en otros espacios: en México no se hace una política de nobles propósitos: se practica la Escatología. El Popo ya hizo erupción. Pero de materias fecales.
El escenario de la sucesión presidencial no puede escapar a ese ominoso sino: ya se están poniendo al sol los trapos sucios de algunos aspirantes al inquilinato en Los Pinos. ¡Qué país!
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.