MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
¿Por qué tiene que ir al extranjero el presidente Enrique Peña Nieto para decir lo que pudo decir en tiempo y forma en México?
Dejar pasar el tiempo, soslayar soluciones a problemas que se complican y desmadran al tejido social, es consecuencia de inexperiencia en el arte de gobernar, por utilizar un eufemismo que se significa sello del gabinete presidencial, pero específicamente del responsable de esas áreas cuya tarea y razón de ser es a la pobreza y la miseria que suelen ser caldo de cultivo, pretexto de grupos contestatarios, ultra radicales que ambicionan un sistema de gobierno de sedicente corte de izquierda.
Las aguas andan agitadas y los vientos pronostican tormentas en el país, sin ánimo catastrofista, pero la mecha de Oaxaca, que se dejó ensebar durante largo tiempo, puede generar la explosión de un movimiento que, entonces sí, para ser apagado requerirá de los extremos de la fuerza pública que dejaría en caricatura esos enfrentamientos carreteros y callejeros. ¿Y?
En estricto sentido de un acto de gobierno, si quiere usted llamarle manotazo en el escritorio, decisión radical o eco del hartazgo que igual tienen millones de mexicanos por las recurrentes movilizaciones de la disidencia magisterial y sus aliados o infiltrados que vandalizan, roban, golpean, agreden y violentan las leyes, el Presidente ha retrasado la aplicación de la ley.
Bien por el diálogo, muy bien por el respeto a los derechos humanos y a la opinión de quien piensa diferente, excelente la inclusión. Pero no puede asumirse una postura que ofende y deja en la orfandad a una parte de los mexicanos que igual han sufrido severas, gravísimas consecuencias de estas movilizaciones contra la Reforma Educativa. ¿Quién llora a federales caídos? ¿Quién da crédito a comerciantes en bancarrota?
En Canadá, Peña Nieto ha planteado a la disidencia magisterial, a la CNTE: “Queremos llamarlos a atender lo que hoy está representando un cambio estructural en nuestro país, que es un nuevo marco legal en el ámbito educativo”.
Dice que a estos profesores “no estamos enfrentándolos. Estamos dialogando”. ¿Dialogando bajo qué condiciones?
Y, bueno, lamentar a estas altura que la lucha de los maestros disidentes “vaya más allá de la protesta o de manifestarse en favor de su causa, sino que está generando problemas a la comunidad de la que son parte”, es simplemente aceptar que el conflicto se salió de madre y alguien es responsable de ello.
En Canadá, Peña Nieto refirió que el Gobierno de la República ha puesto todos los elementos para el diálogo y el acercamiento, para distender la relación y poder construir no obstante las diferencias que se tienen, y llamó al magisterio disidente del sur del país a retomar la vía institucional y a no afectar a las comunidades de las que son parte.
En ese tenor, acotó: “La ruta para esto es, precisamente, en el marco del Estado de Derecho que tenemos, y hay rutas y hay vías para darle cauce precisamente a sus demandas”. E insistió en que se está dialogando. A cambio de qué abrió la puerta el secretario Osorio Chong si horas después de un supuesto acuerdo, los “maestros” desconocieron lo acordado por sus representantes.
Del caso del enfrentamiento en Nochixtlán, el Presidente recordó que “éste no es el primer evento en el que el Estado ha tenido que recurrir al uso de la fuerza pública para mantener el orden y la tranquilidad social.
“Que muy lamentablemente éste desencadenó el hecho ocurrido en Oaxaca, hace poco más de una semana, en la pérdida de vidas humanas, y ello debe llevar a definir responsables y a sancionar a los mismos.
“Pero, también, el Gobierno de la República ha estado, invariablemente, no sólo ahora, ni partir de este hecho, nunca, más bien, siempre ha estado en una actitud de dialogar y de buscar distender los ánimos que provocan violencia, desorden y caos en algunas partes de nuestra geografía nacional”.
Bien, la Reforma Educativa no es negociable; la ley no es negociable. ¿Por qué no aplicar la ley a secas, señor Presidente?
Porque, mire usted, desde el licenciado Andrés Manuel López Obrador y hasta los dirigentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), por supuesto sin soslayar a la pléyade legislativa de Morena en la Cámara de Diputados y los morenistas que hay en el Senado, ninguno ha hecho una propuesta formal, sustentada y documentada de Contrarreforma Educativa.
Todo se va en mentarle la madre al gobierno, demandar la renuncia de Aurelio Nuño y de Miguel Ángel Osorio Chong, incluso de los gobernadores de Oaxaca y de Chiapas, Gabino Cué y Manuel Velasco, acusar que son infiltrados los que aprovechan sus movilizaciones para vandalizar y saquear impunemente comercios.
¡Ah! Y hasta presumen que, el domingo último, miles y miles de morenos marcharon con el licenciado López a la cabeza, en apoyo de la CNTE y en demanda de la liberación de los dirigentes acusados de lavado de dinero. Pero…
En el largo tiempo que llevan en movilizaciones, plantones, actos de vandalismo, ataques a las vías generales de comunicación y, en fin, en esa tarea de aparecer víctimas del malvado gobierno, cuya fuerza pública sólo responde cuando los plomazos les pegan o las bombas molotov se estrellan en sus escudos, no han hecho una sola propuesta que enmiende o supla a la Reforma Educativa que tanto prurito les provoca.
¿Llevaron una Contrarreforma Educativa a las pláticas dizque negociadoras con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong?
¿Entregaron en la oficina de Aurelio Nuño, secretario de Educación Pública una iniciativa de Reforma Educativa? ¿Llevaron algún documento con una propuesta de Contrarreforma a la oficina del presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano? No.
No porque no les interesa, o de plano carecen de conocimientos para ello, e incluso no se atreven a pedir la asesoría de los diputados federales de Morena, porque éstos igualmente no saben o no quieren abonar a la civilidad legislativa.
Pero, vaya, bien harían en buscar al joven diputado federal perredista Victoriano Wences Real, secretario de la Comisión de Asuntos Indígenas de la Cámara baja, quien ya fue presidente municipal de Tlapa de Comonfort, Guerrero, y ex diputado local en el Congreso guerrerense, y sin protagonismos trabaja junto con colegas suyos en el Palacio legislativo de San Lázaro, en una iniciativa para generar, por ley, el Sistema Nacional de Becas para Estudiantes Indígenas.
El objetivo de dicho Sistema, es apoyar a estos estudiantes indígenas sector para que concluyan sus estudios desde el nivel básico hasta el universitario, amén generar un banco de datos del total de los estudiantes indígenas.
Guerrerense, ex alcalde, ex diputado local y actualmente legislador federal, sin gritos ni sombrerazos, marchas o plantones, el joven diputado aporta su grano de arena, mientras las fuerzas vivas lopezobradoristas demandan renuncias de funcionarios y prohíjan una espiral de inestabilidad montados en la penuria educativa que ellos han creado. Más allá de la CNTE sí se puede. Conste.
MIÉRCOLES. ¿Se avecina un golpe de timón? Los vientos lo anuncian. Digo.
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