Moisés Sánchez Limón
Los ahora ex candidatos a presidentes municipales, síndicos y regidores de las localidades de Hidalgo, Mainero y Villagrán, en el estado de Tamaulipas, nominados por la alianza PRI-PVEM-PANAL ¿son narcotraficantes o hay elementos indubitables que fundamentan la sospecha de que fueron cooptados, amenazados o tienen vínculos con el crimen organizado?
Sí, de acuerdo con la decisión del dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y que acataron a pie juntillas el presidente y la secretaria general del Comité Directivo Estatal del tricolor tamaulipeco, Rafael González Benavides y Aida Zulema Flores, cuando solicitaron al consejero presidente del Instituto Electoral Estatal, Jesús Eduardo Hernández, cancelar el registro de las planillas que nominaron a estos hoy ex candidatos.
Manlio declaró la inhabilitación de los candidatos a presidente municipal, síndicos y regidores postulados por el PRI en esas localidades, al suspenderles sus derechos partidistas con lo que procedió anularles el derecho a seguir participando como candidatos.
Cada partido tiene ordenamientos propios, mas el procedimiento legal allana el derecho a cada ciudadano –militante en este caso– presunto responsable de una irregularidad, sobre todo cuando se trata de presunciones de suyo graves.
Mire usted, no conozco a ninguno de esos políticos tamaulipecos echados por Manlio a la plaza pública con inocultable ánimo de linchamiento mediático. No se dio la relación de todos los inhabilitados y expulsados del tricolor, pero sobresalen por elementales razones de peso electoral, los candidatos a presidentes municipales de Hidalgo, Reyes Zúñiga Vázquez; de Mainero, Luis Cesario Aldape Lerma, y de Villagrán, Gustavo Estrella Cabrera. Allá deben ser harto conocidos, tanto que lograron la nominación.
¿Nadie sabía de las relaciones peligrosas de aquellos otrora prohombres del priismo tamaulipexo, o solo fue porque se pronunciaron a favor de la candidatura del panista Francisco Javier Cabeza de Vaca? Fue un burdo ajuste de cuentas político.
Fue un golpe para sacudir conciencias. En temporada de caza, es decir, cuando las campañas corren en la ruta crítica por la cacería de votos, es elemental invocar honestidad política y aplicar un supuesto ejemplo de que la limpieza por casa empieza.
Indudable juego de los más honestos contra los más honestos, valga el juego de palabras, mientras procede aprobar el Sistema Nacional Anticorrupción en el Senado de la República, donde Emilio Gamboa Patrón intercambió acusaciones con sus contrapartes del PAN y del PRD por no haber sacado esa reforma. Pero no es raro que de tiempo en tiempo Gamboa sea incapaz de sacar a un perro de la milpa.
Así, el sábado último, incluso con una alerta emitida por su oficina de prensa de que anunciaría la expulsión e inhabilitación de candidatos a alcaldes en Tamaulipas, Manlio procedió a dar la buena nueva de que el PRI se quitaba de encima a candidatos incómodos y hasta los denunciaría ante la Procuraduría General de la República, porque en especial tres de sus candidatos “que fueron amenazados o comprados por el crimen en Tamaulipas y que además apoyan abiertamente al candidato del PAN al gobierno de esa entidad, Francisco Javier García Cabeza de Vaca”.
Y los acusó de traicionar al PRI al asistir a actos masivos y participar en un acto de Cabeza de Vaca, “donde acudieron grupos armados vinculados a la delincuencia organizada”. ¿Hay pruebas? Y lo refiero no por, reitero, asumir una defensa del candidato del PAN ni de sus priistas simpatizantes., porque es elemental proceder con ese fundamento documental.
¿No habría procedido primero la denuncia y el requerimiento de una investigación? Bueno, bueno.
Cuestión de campañas. En la paráfrasis elemental no hay duda de que en éstas como en el amor…todo se vale. Todo es todo, desde difamar sobre supuestos, insultar porque está de moda, acabar con famas públicas y tirar por el drenaje dignidades impolutas.
Sí, todo se vale. Incluso erigirse en juez y parte, asumir el papel de agente del Ministerio Público cuando no el de juez. “Difama, después virigüas”, es otra paráfrasis en esto de señalar con índice de hermana de la caridad al horrendo candidato del que se presume miembro de amistades que no se presumen pero sí se temen.
Y, mire usted, cualquier ciudadana o ciudadano vinculado con el crimen organizado lo que merece es la prisión, no un cargo de elección popular. Pero, bueno, palo dado ni Dios lo quita y, si esos hasta el viernes último priistas distinguidos no son criminales ni responsables de las amistades que se les acercan, sus carreras políticas terminaron.
Manlio tuvo sus motivos y, sin duda, uno de ellos fue el mediático y pilló a su contraparte panista, Ricardo Anaya, quien andaba convertido en el justiciero combativo de la corrupción que observa en los vecinos de enfrente mas no hurga entre los suyos. En fin, así es esto de las campañas. ¿Caerán candidatos de otros partidos? En esto no hay hermanas de la caridad; quedar bien con el elector es asunto terrenal… Digo.
MIÉRCOLES. Y, bueno, ahí viene la embestida de Acción Nacional que ya logró la renuncia del delegado federal de PROSPERA en Veracruz, Alejandro Boquedano Sánchez, por planear con el delegado del CEN del PRI en aquella entidad, casualmente el ex gobernador de Tamaulipas y actual senador priista Manuel Cavazos Lerma, una estrategia para lucrar con la pobreza de veracruzanos en tiempos electorales.
Empero, paralelamente, el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya Cortés, exige se investigue el caso de las 10 toneladas de volantes de guerra sucia contra el candidato al gobierno poblano, Antonio Gali Fayad, “encontradas” y decomisadas en un domicilio de Hueyotlipan, Puebla. Los panistas catearon el inmueble. Ilegalidad en busca de ilegalidades. Diría el filósofo Memo Ortega: ¡Qué bonito, qué bonito! Conste.
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