La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El fatal accidente de la Línea 12 del Metro de la CDMX, exhibe en toda su mezquindad a los integrantes de la 4T, comenzando por su líder.
En efecto, el presidente López Obrador no tuvo el decoro de presentarse en la zona del desastre, ni de enviar un oportuno tuit de condolencias. En ‘la mañanera’ del día siguiente, dedicó pocos minutos a tocar el tema y lo que dijo fueron lugares comunes.
Por su parte, Marcelo Ebrard recurrió a las frases ‘marca registrada’: me pongo a la disposición de las autoridades correspondientes y el que nada debe nada teme.
En lo que toca a la señora Sheibaum, su desconcierto es total. Falta de templanza, regaña a reporteros que le hacen preguntas incómodas y, además, no dispuso separar del cargo a Florencia Serranía, directora del referido transporte, lo que muestra su insensibilidad.
Mientras tanto, los diputados morenos impidieron que se formara una comisión investigadora en San Lázaro, lo que expone que más importante que aclarar el siniestro, es proteger a los delfines de AMLO.
En paralelo, ya empezó el tour mediático tratando de enderezar la bronca a Miguel Ángel Mancera: el sucesor del canciller recibió la obra y después de una serie de revisiones, autorizó su funcionamiento, luego no le dio mantenimiento y, por lo tanto, es el culpable.
Pero al final del día (según ellos), tenemos que celebrar que no son iguales.