Cuando el Nobel Octavio Paz incursionaba en política era filoso. Su renuncia a la embajada en la India fue un golpe certero al gorilato de Díaz Ordaz, en respuesta a la masacre de Tlatelolco. La aparición de uno de sus últimos libros, El Ogro Filantrópico, resultó letal. Tocó fibras sensibles de un sistema dispuesto a llegar a cualquier exceso patrimonialista para subsistir. Pero puso en guardia a todos. Había que detener al Ogro.
Si ya en El laberinto de la soledad había revelado los abusos del sistema sobre el carácter inextricable del mexicano, en El Ogro… Paz se sumó a los estudios prevalecientes sobre el patrimonialismo de los modelos autoritarios de gobierno en todas latitudes, y le añadió otra forma: el patrimonialismo político mexicano.
Para él no era ajeno el saber el objetivo trascendental del capitalismo financiero internacional de crear un sistema de control mundial en manos privadas, capaz de llegar a dominar los aparatos políticos de cada país y después la economía planetaria como un todo. Un sistema global coordinado de modo feudal por los bancos centrales del mundo.
Actuando concertadamente y por acuerdos secretos, a los que se llegaban en reuniones privadas y conferencias, cada Banco Central buscaba dominar a su gobierno mediante la habilidad para controlar préstamos, manipular el mercado de cambios, determinar las dichosas variables económicas e influir sobre políticos colaboracionistas.
Recompensas posteriores en el mundo de los negocios, en todas latitudes. La cúspide de ese sistema patrimonialista llegó a ser el Bank of International Settlements, mejor conocido como el Banco de Pagos Internacionales, con sede en Basilea, Suiza, un banco de propiedad privada, pero alimentado por los Bancos Centrales del mundo, que también son corporaciones de tipo privado.
El elemento para transformar a los Estados en gobiernos privados
El anterior engranaje de simulación y dominio se complementa a la perfección en el área latinoamericana por el funcionamiento, casi impecable del sistema político patrimonialista imperante en nuestra región durante los últimos dos siglos, que contribuyó a la conformación de democracias deficitarias, profundizadas en las regiones más pobres.
En su versión moderna, el régimen patrimonialista se rodea de instituciones formales de la democracia, pero posee el monopolio de las decisiones de todas las áreas de la esfera estatal. La designación de los fruncionarios – súbditos es el elemento clave para transformar a los estados en el gobierno privado…
… de quienes poseen el poder necesario para el ejercicio de la dominación, desdibujándose los límites entre lo público y lo privado.
Aún peor, en los regímenes patrimonialistas políticos el ejercicio de la violencia opera en dirección a diluir la representación de los hombres como titulares de derechos sociales… los convierte en clientes del sistema.
Las organizaciones sociales y los partidos políticos son cooptados como patrimonio propio. El desdibujado límite entre lo público y lo privado legitima la apropiación de bienes simbólicos y materiales, distribuyendo discrecionalmente los beneficios de estos últimos.
La conducción de las agrupaciones se perpetúa en la mayoría de los casos, reforzando al nivel del imaginario colectivo la noción de propiedad del dirigente. Los modos, la particularidad de conducción presuponen inexistencia de control, tanto vertical como horizontal, pues éste supondría bases sociales movilizadas, que por lo general no existen.
Organizaciones y partidos políticos, ignorados por los centros de poder
La agudización de la crisis actual de representación es producto de la pérdida de sentido de la relación representado- representantes. El quiebre se produce porque la representación termina ejerciéndose en función de intereses particulares, sobre los intereses generales de la agrupación, y desde luego de la población.
La sobredimensión que asume la concentración de poder de los líderes y finalmente de los dueños de las maletas del dinero, vacía el espacio de cualquier organización o partido como escenario de debate, disenso o consenso. Esta lógica de funcionamiento interno se reproduce en la arena de las políticas públicas…
… pues en ellas, las organizaciones y partidos políticos son ignoradas en los centros de decisión y diagramación de políticas dirigidas hacia cualquier sector, reduciendo obviamente su participación en la ejecución de programas y proyectos sociales diseñados por cualquier actor estatal, previamente complicitado con el modelo.
Chantajes del Partido Verde a lo poco que quedaba del partido de EPN
El nocivo patrimonialismo político ha sido la puntilla para generar una ciudadanía de baja intensidad. Ningún reclamo de transparencia o rendición de cuentas, ninguna posición en favor de la sociedad es posible en un escenario donde los dados están cargados de antemano en favor de supuestos líderes paternales atentos a los asuntos de su gente.
Si lo que pasa en el área latinoamericana está suficientemente comprobado, no es menor lo que pasa en México. Aquí en este rancho grande, los niveles y abusos del patrimonialismo político de un sistema caduco y agotado han llegado a extremos peligrosos y ofensivos en grado sumo para cualquier individuo que se respete.
Los partidos políticos mexicanos y franquicias adyacentes cada vez dependen más de la maleta. La lucha por el contenido monetario de las mismas es francamente a muerte. No hay tregua, ni pausa. Las negociaciones en lo oscurito y a plena luz del día son grotescas y absolutamente ofensivas para una sociedad angustiada y empobrecida.
En la anterior campaña electoral, las “negociaciones” entre el PRI y su proverbial aliado el Partido Verde Ecologista fueron de escándalo y de pedir perdón. Ante la inminencia del fracaso electoral del tricolor en el 2018, los bravos ecologistas del llamado Niño Verde subieron escandalosamente sus cotizaciones como franquicia al servicio de Los Pinos.
Sabedores de que el PRI apostaba su permanencia a su lealtad incondicional, los verdes de González Martínez Manautou exigieron en Los Pinos una maleta con la escandalosa suma de cinco mil millones de pesos a cambio de su permanencia en la fórmula con el PRI, fuese quien fuese el candidato tricolor, al cabo ellos apoyarían a quien Peña les ordenara.
Y no sólo el dinero. También les cumplieron su pretensión de vía libre para seguir coordinando las actividades rufianescas en los estados de Chiapas y Quintana Roo, donde dicen que se han vuelto insustituibles. Ahí está la petición o el chantaje, según se quiera ver. Lo toman o lo dejan. No aceptaronn la negativa por respuesta. Es palabra de gangsters.
PES y Panal negociaban con Osorio Chong. A cambio, le daban cuerda
Al alimón, los partidos o franquicias Encuentro Social y Panal –ya desaparecidos, por fortuna– cotizaron también sus lealtades, sólo que éstos al nivel de la Secretaría de Gobernación, haciendo creer al que se creía “presidenciable”, el pachuquita Osorio Chong, que eran indispensables para llevarlo a La Silla del Águila. Francamente de carcajada.
El bufón Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, consorte de la dama del rebozo mordido, saca dinero también de Los Pinos para promover las firmas de falsos dirigentes, comprometidos con senadores hechizos de reciente factura panista que ni son ni parecen. Ellos jugaron para la misma dupla y grupo de Meade – Videgaray. Pero en el PAN esta actitud molestó, pues los blanquiazules de cepa no toleran barbajanadas.
Toda la política mexicana del lado oficial está monetizada. Nada de lo que ha salido de ahí es mínimamente confiable. Trae el sello del mandado, el mensaje de la perfidia.
¿Usted qué haría?, pregunta desde Los Pinos el que nunca ha conocido otra manera de ejercer el poder que no sea la maleta… llena de billetes. Uno para ti, tres para mí.
Índice Flamígero: La Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo siempre tuvo la razón. La decisión de los legisladores locales de imponer a la máxima casa de estudios hidalguense un órgano de control, violaba flagrantemente la autonomía universitaria. La Suprema Corte de Justicia de la Nación lo ratificó, hace un par de días, en una sentencia definitiva que el rector Adolfo Pontigo Loyola calificó de histórica, pues “vacuna” a todas las instituciones de educación superior. + + + En lo que califica como “Último éxito de Peña”, don Rubén Mújica Vélez comenta: “Ahora sí la Reformona Energética ha dado su óptimo resultado: ¡importar petróleo crudo de EUA! ¡Peña podrá acomodarse en su ataúd y presumir su gran éxito final!
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