Germán Martínez Aceves
Eran otras épocas. Las negociaciones entre el SETSUV y la Rectoría eran de estira y afloja. La lideresa Eloína Vargas era férrea en sus demandas y las autoridades universitarias tampoco cedían en su posición. Todos sabíamos que el aumento al salario no iba a ser mayor a lo aprobado, pero lo central estaba en lo que se consideraban violaciones al contrato colectivo. Las negociaciones, muchas veces en tono álgido, transcurrían en las horas de la madrugada invernal del 2 de febrero.
El límite para evitar estallar la huelga era las 7 de la mañana. Algunas ocasiones llegaban a ponerse las banderas rojinegras, otras más, se firmaba el acuerdo antes de la hora fijada. Y ahí estábamos, como equipo de Prensa UV, esperando la información para elaborar el boletín oficial y enviarlo ¡por fax o en fotocopias que se repartían en sobres para las redacciones de los periódicos locales! Las horas de la madrugada transcurrían, no existían las ahora llamadas redes sociales, ni teléfonos móviles, así es que la diversión era platicar entre nosotros pero llegaba el momento en el que “el chisme” se acababa.
En esta foto tomada en las oficinas de la Junta de Conciliación y Arbitraje en 1997 estamos Antonio Hernández (reportero), el eterno Bismark (TeleUV), Javier Casco, artista de la lente (quien hizo la selfie cuando aún no era bautizada así esa forma de tomar una fotografía) y un servidor quien deshacía el Departamento de Prensa como Jefe de Información. Nuestros jefes eran Alberto Arizmendi (Prensa) y Luis Domínguez, director de Comunicación Social.
El rector era Emilio Gidi Villarreal, un caballero. Ese día, minutos antes de la 7:00 de la mañana, se firmó el acuerdo, no hubo huelga, pero para nosotros significaba armar la noticia, enviarla a los medios (prensa, radio y televisión) y pues quedarnos porque ya eran las 8:00, hora de entrada a trabajar, y pues a darle, porque la información no descansaba, jeje.
PD: No sé porqué no se nos ocurrió hacer un grupo de rock, El Cuarteto de UVerpool, por ejemplo. Nos hubiéramos divertido más.