En la marcha de “Los 43 por 43 ni un desaparecido más” que inició desde el lunes de esta semana saliendo de Iguala, Guerrero y que tuvo como punto final de la caminata –nada más–, la plancha de El Zócalo capitalino ayer miércoles, se puede ver lo que tanto nos ha faltado a los mexicanos: Cohesión, unidad.
No es el detalle la cantidad, sino la cualidad y la indignación.
Unos hablan que ayer marcharon por calles de la Ciudad de México, miles de personas. Que si 14 mil, no; que más de 20 mil. Qué importa.
Lo realmente relevante de esta congregación y manifestación llena de dolor, de impotencia y de rabia, fue la cualidad de cada uno de los seres humanos que se unieron. No importan el número, sino las características del quehacer de cada uno de ellos y su dolor directo o por solidaridad innata.
No sólo se trató de manifestantes de Iguala, entre quienes se advertían claro, los padres y demás familiares de los normalistas muertos y desaparecidos en Ayotzinapa, hace más de un mes; también venían estudiantes de la propia normal “Raúl Isidro Burgos”, más gente de la comunidad, de otros pueblos y de otros puntos más del territorio mexicano.
Durante el trayecto se fueron uniendo otras organizaciones civiles, sindicales, del magisterio, pero también en solitario o en grupo, intelectuales, artistas, escritores y muchos, muchos jóvenes.
El dolor que se expidió de esa congregación puede ser motor de muchas cosas más y se espera que el gobierno sea capaz de dar lectura a las mismas y prever escenarios.
La situación no es fácil. Ahora como nunca, hay algo que nos da cohesión a todos. La vergüenza de que maten y desaparezcan a seres humanos y luego de más de un mes de los hechos, pareciera que un Estado con instituciones es incapaz de descorrer el hilo de la trama.
Ya nadie cree que se haya tenido que detener al ex edil de Iguala y a su esposa para encontrar el móvil del ataque a los normalistas de Ayotzinapa. El suceso tiene que ver con el crimen organizado y para eso hacen falta más que dos.
Lo que ha quedado claro es que ni toda la fuerza del Estado mexicano puede contra la impunidad y la violencia que nos carcome.
Pero ya no se trata de fuerza en número, es un asunto de cualidad, calidad moral e indignación.
Acta Divina… La Procuraduría General de la República (PGR), advierte que los esposos Abarca Pineda, eran operadores en Iguala del grupo delictivo Guerreros Unidos, y el ex edil ordenó a su policía municipal contener a los estudiantes de la normal “Raúl Isidro Burgos”, para evitar que protestaran en un evento de la señora Pineda.
Para advertir… El tiempo se acaba y el malestar aumenta.
actapublica@gmail.com
Claudia creo que si es importante ver la cantidad pero, la cantidad de rabia que da tener autoridades y politicos tan ineptos para dar con los desparecidos, pero mas que nada darse cuenta que son autoridades corruptas y no son politicos, son narcopoliticos.
saludos