La detención de ex gobernantes, ex funcionarios y hasta empresarios mexicanos dentro o fuera del país, acusados de saquear nuestros recursos, en el fondo no tiene nada de plausible, más bien es reprochable, porque los habitantes de este país, no deberíamos permitir más esos abusos que después son valorados por una justicia politizada y empoderada con la misma delincuencia organizada.
La detención de la semana anterior en Italia de Tomás Yarrington ex gobernador de Tamaulipas, acusado de tráfico de drogas y lavado de dinero en México y Estados Unidos, tuvo efecto más por las acciones de la justicia estadounidense, porque por lo que se sabe, las autoridades mexicanas no hicieron tanto por buscarlo y ahora por crímenes cometidos sobre todo contra los mexicanos, Yarrington será juzgado de manera muy posible, en otro país.
Lo de Javier Duarte es una desvergüenza porque electorera o no su detención el pasado sábado 15 de abril, de cara a las elecciones del Estado de México y las presidenciales en el 2018, el hecho es que el reclamo es no sólo que devuelva lo que se robó, sino también que hay de las vidas que se perdieron durante su administración como gobernante de Veracruz.
Se puede seguir sumando a la corrupción mexicana, que es el verdadero cáncer nacional, no por cuestión cultural como afirmara el presidente Enrique Peña Nieto, sino por ambición, más y más nombres de los integrantes del llamado “Nuevo PRI –Partido Revolucionario Institucional–”, que igual y sin duda, pueden ostentarse con membrete político diferente.
Qué tal entre prófugos, encarcelados y señalados como Andrés Granier, César Duarte, Guillermo Padrés, Humberto Moreira, Cuauhtémoc Blanco, Humberto Moreira, Karime Macías, Emilio Lozoya, el ex fiscal de Nayarit Edgar Veitia y más…
La corrupción es mal de los que tienen una pequeña o gran parcela de poder y no de la sociedad y menos de la mexicana que en casi 70 millones de habitantes se debate en la pobreza y hasta en la ignorancia estampada por los mismos que los sojuzgan.
No hay que aplaudir nada. Empezando con Enrique Peña Nieto que aún tiene que mucho que aclarar no sólo con la famosa Casa blanca de las Lomas de Chapultepec, sino de más negocios y despilfarros familiares.
Acta Divina… “La corrupción es un asunto cultural”: Enrique Peña Nieto presidente de la República Mexicana.
Para advertir… ¿Para cuándo el capo mayor?
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