DE FRENTE Y DE PERFIL
RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
No son nuevas las discrepancias entre gobierno y prensa, siempre han existido, algunas veces más radicalizadas que otras. La razón es simple, unos quieren aplaudidores y no críticos y los otros respeto a su trabajo.
Las diferencias parten del modo de hacer política y de administrar la estructura gubernamental, los abusos del poder, la inacción, apatía, simulación y hasta la impunidad que caracterizan algunos sistemas de gobierno y que son el punto más frágil que roza la piel de quienes ostentan el poder.
Hacer esos señalamientos causa escozor entre los gobernantes, lo que provoca reacciones airadas y separa la ancha franja entre quienes ejercen el periodismo y los que se sienten dueños del poder público.
Siempre se han dado esas confrontaciones entre unos y otros, pero nada parecido a lo que sucede en la actualidad, con un Presidente encolerizado con algunos periodistas, con los que mantiene diferencias, con las que machaca a la menor provocación en las mañaneras.
Tiene razón el Ejecutivo federal cuando señala que desde los tiempos de Francisco I. Madero, ningún otro Presidente de la República había sido criticado tan fuertemente, pero a diferencia de Madero, la mayoría de los señalamientos de la prensa tiene una razón de ser y se presentan pruebas de los equívocos, sin que se acepten las fallas o se intente reparar el daño.
También es cierto que Madero no respondía con esas furiosas reacciones que él tiene hacia los medios de comunicación y, a diferencia de Madero nadie piensa en derrocarlo.
Los periodistas requieren de información sobre todo el acontecer en la esfera de gobierno y ningún sexenio tan reacio a hacerlo como el actual.
Mucha de la información que debe ser pública queda reservada por cinco, diez o más años, lo que parece ser una condicionante del presente gobierno.
A eso se le añade que a los organismos autónomos se les quiere restringir y otros más quedan sin operar por largo tiempo. El caso más reciente es el del INAI que desde el 31 de marzo pasado no puede sesionar por la falta de tres de los siete comisionados.
El Presidente insiste en que los periodistas que lo critican son los que añoran el pasado, donde recibían un trato preferencial y que extrañan esos halagos. La realidad muestra que la mayor parte de esos periodistas también ejercían críticas contra gobierno pasados.
Desde finales del siglo XX, la prensa ha jugado un papel trascendental en la vida pública del país, mostrando gran parte de las irregularidades que se suceden en el ejercicio del gobierno.
Los hechos están a la vista y han dado la razón a quienes ejercen la crítica y la autocrítica y ha puesto en su lugar a esos gobernantes que olvidan que están al servicio del pueblo y no el pueblo al servicio de ellos, como consideran algunos que solamente recuerdan al pueblo cuando requiere de sus votos.
Un año y poco más de cinco meses quedan del ejercicio gubernamental actual y veremos si en ese tiempo, cambia la actitud del gobierno hacia la prensa en general.
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Qué pasa con las aerolíneas mexicanas que todos acaban extinguiéndose en detrimento de los usuarios y de los trabajadores. Interjet se declaró en quiebra, Aeromar pasa por una situación similar, Mexicana desapareció, Aerocalifornia, Taesa y muchas más son un simple recuerdo.
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