Claudia Rodríguez
Por todo lo reseñado día a día, en cada una de las entregas del Acta Pública, sería iluso creer que sólo los votos de los ciudadanos contarán para definir a los ganadores de la elección federal, entre ellos el puesto de presidente de la República.
El escuchar una y otra vez, desde distintos escenarios un ataque voraz sobre todo lo que declara el puntero en las preferencias ciudadanas a la Presidencia, el candidato de Morena y de la coalición Todos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, tiene sin duda el origen de atajarlo a como dé lugar, incluso adjetivarlo como populista de manera despectiva.
Andrés Manuel no sólo es el puntero al que los adversarios tienen como recurso atacar para restarle puntos, y no precisamente para que se sumen a los tiradores.
En el 2000, Vicente Fox candidato de Acción Nacional, tomó ventaja en las preferencias de los votantes, y al final llegó a gobernar el país con su idea de colocar en su equipo a los mejores hombres elegidos por head hunters, un crucifijo, una novia jefa de campaña que pronto ya como su esposa, no sólo gobernaba al mismo Fox, sino fue más allá con sus excesos en temas de Estado, sus brujos y sus aspiraciones presidenciales. Pero caray, nos querían hacer creer que no era de mayor importancia, para algunos sólo anecdótico pues se trataba de la derecha aliada del Revolucionario Institucional, siempre en contra de cualquier idea propuesta por la izquierda, por más que esta hubiera surgido como disidencia de los priistas.
En el 2006, cuando por primera vez participó López Obrador en la carrera presidencial; panistas y priistas dieron juntos la batalla para atajarlo con una campaña voraz con la intención de ubicarlo ante el electorado como un peligro para el país.
Fue tan copiosa la votación en favor de López Obrador en aquella ocasión, que nadie puede olvidar como se reclamó “el voto por voto, casilla por casilla”, ya que se acusó de una maniobra de algoritmos desde el Instituto Federal Electoral (IFE) en favor de Felipe Calderón, quien fue declarado ganador con el 35.91% de los sufragios, mientras que Andrés Manuel computó a su favor el 35.29%. Menos de un punto porcentual.
En el 2012, se reeditó la campaña del miedo en contra de López Obrador; pero esta vez el Revolucionario Institucional con su candidato Enrique Peña Nieto, a quien le construyeron la candidatura desde dentro de su gobierno local en el Estado de México y con recursos públicos para la compra de votos y conciencias que el mismo TEPJF avaló como legales; ganó la Presidencia por 7 puntos porcentuales sobre López Obrador, quedando de nuevo el tercer aspirante con posibilidades, lejos del mismo candidato de izquierda, por si nadie la recuerda, fue la panista Josefina Vázquez Mota.
Todo esto puede llevar a la conclusión de que la reedición de la guerra del miedo-peligro-odio contra López Obrador, no será suficiente para dejarlo en un segundo lugar. Se necesita más.
No hay duda, que el voto de los mexicanos en favor de Andrés Manuel y de otros candidatos de Morena y de la coalición Todos Haremos Historia, será copioso, tanto como para con muy alta probabilidad, ganar la elección.
Esperemos después, los ases bajo la manga que sacaran quienes impugnen la elección y de los mismos órganos calificadores de misma, que tendrán un fuerte olor a derecha, disfrazada de un manto de centro.
Acta Divina… “Andrés vas a volver a perder”: José Antonio Meade, candidato presidencial de la coalición Todos por México.
Para advertir… Lo dice el candidato presidencial que entre tres, tiene menos intención del voto, pero más recursos del Estado.
actapublica@gmail.com