Cuando se escuchan los discursos y arengas del Sr. Presidente de la República Don Andrés Manuel López Obrador, sobre la justicia, impunidad y corrupción puede cundir una cierta esperanza en la rectificación de su conducta política.
Es de deplorar que sus Asesores Presidenciales y los funcionarios propuestos y designados por el Primer Magistrado de la Nación en los ámbitos de justicia y seguridad hayan sido y sigan siendo omisos en el cumplimiento de su deber constitucional. Tales comportamientos merecen repudio y condena de parte de nosotros los gobernados, omisiones que revelan una total falta de respeto a nuestra Suprema Ley y a la política marcada por el señor Licenciado Andrés Manuel López Obrador, lo cual lesiona no sólo sus palabras, sino también los principios más elementales sobre los que se basa una sana convivencia civil y crea además un enfrentamiento innecesario entre chairos y fifís.
A falta de cumplimiento de esa política marcada por Andrés Manuel, se extingue el respeto y la tolerancia de millones de mexicanos. Acto seguido el neoliberalismo, la injusticia, inseguridad y narcopolítica vuelven a retomar sus fueros de inmunidad
Hay y cabe resaltar sin embargo, porque es de Justicia, la posición sensible, inteligente de millones de mexicanos que se oponen y nos oponemos frontalmente al neoliberalismo creador de la narcopolítica, creador de la inseguridad y padre de la corrupción.
El neoliberalismo no sólo no respetó a nuestras leyes, las infringió, pisoteó a nuestra Constitución Política, por tanto es un problema que debe ser resuelto en justicia y no en política.
Entiendan esos asesores y servidores públicos designados por López Obrador que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, obliga a los poderes públicos y políticos tanto de ayer y hoy, a cumplir con el Pacto Federal, a Contrario Sensu se les reprochará. México reprocha ese indeseable actuar.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A.C.