(Primera parte)
Por María Manuela de la Rosa Aguilar.
4 de agosto del 2022.
A más de seis meses de la guerra en Ucrania, el mundo aún no ha planteado una economía de guerra y la crisis se extiende a nivel global. El frente se amplía entre Oriente y Occidente, porque Ucrania y Rusia no están solos, pero se olvidan que en la actual configuración geoestratégica, no hay hegemonía sin interdependencia. Así como Estados Unidos y México son socios, se necesitan mutuamente para desarrollarse. La Unión Europea compra la energía rusa, Ucrania tiene que exportar su grano al mundo y éste lo requiere para sobrevivir.
Pero Rusia ya ha buscado abiertamente a sus aliados. Irán es una pieza clave y se decanta a su favor, alertando nuevamente al mundo con sus centrales nucleares, lo que tanto se ha temido parece que podría suceder, una nueva potencia que produzca bombas atómicas. Ucrania se encuentra en riesgo de perderlo todo, hasta su identidad.
Aunque China y la India, con los ejércitos más poderosos del mundo, no se habían pronunciado abiertamente. China, que es afín a Rusia, se ha mantenido silene, no porque oculte sus intenciones, sino porque la diplomacia así lo ha requerido; no hay razón para poner en riesgo sus exportaciones al mundo entero. La India, igualmente cercana a Rusia, mantiene tratados con Estados Unidos y tiene una cierta dependencia militar con occidente. Pero también se perfila como gran potencia económica y cualquier declaración a favor de quien sea tendrá un gran peso para inclinar la balanza hacia uno u otro meridiano.
Pero ahora Estados Unidos se autoimpone un nuevo reto con la visita de la presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi a Asia y sobre todo a Taiwán. La figura más importante del gobierno norteamericano, después de la vicepresidente Kamala Harris. China sólo esperaba una insinuación de controversia y ya la tiene. Y lo que debería plantearse también es qué tanto le conviene una confrontación cuando tiene intereses tan grandes en todo Occidente.
Disuasión o juego político del más alto nivel.
La presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, acompañada por varios miembros del Congreso realizan una gira por Asia, para visitar Singapur, Malasia, Corea del Sur y Japón. Aunque el motivo de la gira se anunció como parte de las relaciones que mantiene Estados Unidos con los países asiáticos, se tratarán aspectos relacionados con la seguridad de la región, el comercio, la pandemia del Covid-19, el cambio climático y democracia. No hay que olvidar que en esta región se concentra gran parte de la producción industrial y tecnológica del planeta, no por nada se les denomina los Tigres Asiáticos, además de que el fortalecer las alianzas estratégicas en tiempos de guerra es fundamental.
Singapur y Malasia.
El lunes se entrevistó con la Presidente de Singapur, Halimah Yacob y el Primer Ministro Lee Hsien Loong. Esta isla es la ciudad-Estado más próspera de Asia y del mundo y el que más millonarios produce, que más talento global atrae, aunque es el lugar más caro del planeta, llamado la perla de Asia.
El martes estuvo en Malasia, donde se entrevistó con Azhar Azizan Harun, presidente de la Dewan Rakyat, la Cámara de Representantes de Malasia y con el Primer Ministro, Ismail Sabri Yaakob. Este país tiene a más del 40% de sus trabajadores dedicados a la exportación, con un crecimiento por encima del 5%. Aunque mantiene disputas territoriales en el Mar de China, que es un espacio vital para las exportaciones chinas, por donde circula un 39% del comercio del gigante asiático. Malasia asimismo enfrenta problemas de inmigración y terrorismo. Y no es raro, puesto que por sus aguas circula un 60% del comercio asiático, con alrededor de 154 buques diarios y es la principal ruta de suministro de petróleo a China y Japón. Por lo que su importancia estratégica es de primer orden.
Taiwán.
Y la visita más controversial fue la que este miércoles realizó a Taiwán, que puede considerarse histórica, puesto que desde hace 25 años ningún funcionario de tan alto nivel había estado en la isla. Y aunque Estados Unidos oficialmente no la reconoce como un Estado independiente, sí mantiene relaciones amistosas con esta república democrática, no de juris, aunque sí de facto, ya que China la considera uno de sus territorios. Una situación política, diplomática y jurídica muy peculiar.
Taiwán tiene una gran importancia económica y estratégica, pero además, la visita de la congresista es un claro mensaje para China, de disuasión, político y estratégico: la isla cuenta con el apoyo de los Estados Unidos, pese a que el presidente Biden se pronunció en contra de esta visita, ya que China había advertido que no lo permitiría; pero los juegos de la diplomacia y la política siguen sus propios derroteros. Nancy Pelosi, aunque pertenece al mismo partido del ejecutivo norteamericano, es la representante del Poder Legislativo y en Norteamérica la bandera democrática ha sido su máxima en la política internacional, donde la división de poderes es una realidad. La legisladora llegó, como es debido, rodeada de un gran aparato militar de seguridad, por su investidura, pero también como una muestra del poderío militar de la gran potencia.
Taiwán está frente a la China continental, al igual que Corea del Sur y Japón, por lo que su importancia geoestratégica no puede ser soslayada; y no lejos de ahí está Guam, donde hay bases militares norteamericanas. Además de que Taiwán es una de las principales economías del mundo, dominando la producción mundial de chips para computadoras, con el 65% de la producción mundial, Corea del Sur representa el 18% y China sólo el 5%.
Pese a su tamaño, Taiwán cuenta con un poderoso ejército, salvando las proporciones, ya que tiene más de 169,000 efectivos y 1´650,000 reservistas, 650 tanques, 504 aviones, 4 submarinos, 26 buques y 2,093piezas de artillería.
No obstante, el ejército chino realizó maniobras en torno a Taiwán lanzando misiles por tierra y aire, e incluso a unos 20 kilómetros de sus costas. Mucho ruido y pocas nueces, pero la tensión está ahí.
Nancy Pelosi fue recibida en Taiwán por el ministro de relaciones exteriores Joseph Wu. Para esa democracia apoyada por los Estados Unidos, la visita es de la máxima relevancia, porque un respaldo como el americano fortalece su posición ante China, que por otra parte no le conviene acabar con la gallina de los huevos de oro sujetando a la isla a una autocracia.
En tanto el ministro de relaciones exteriores de China, Wang Yi consideró que Estados Unidos viola la soberanía de su país y debe asumir su responsabilidad, pagado sus errores y rectificándolos. Y el martes por la noche la cancillería china convocó al embajador norteamericano Nicholas Burns, para expresarle una firme protesta por la visita.
Pese a las advertencias y las maniobras, que alertaron a toda la región, incluyendo a Japón, la segunda en la línea sucesoria de la Casa Blanca cumplió imperturbable su agenda.
Corea del Sur.
Al finalizar ese mismo día, Nancy Pelosi estuvo en Corea del Sur, siendo recibida por un asesor del presidente surcoreano Yoon Suk Yeol , quien se encuentra de vacaciones. El asesor manifestó la necesidad de garantizar la paz de la región y la estabilidad a través del diálogo y la cooperación. Por su parte la congresista norteamericana se comprometió a apoyar los esfuerzos para mantener una fuerte disuasión contra Corea del Norte y lograr su desnuclearización.
Pelosi y su comitiva se reunieron con responsables de la embajada estadounidense en Seúl y legisladores sudcoreanos. Luego visitó la zona de seguridad conjunta, que se encuentra cerca de la frontera norte, la cual es patrullada por el Comando de la ONU.
Este jueves se reunió con su homólogo en ese país, Jin Pyo, para tratar temas sobre la seguridad regional la cooperación económica y la crisis climática.
Se espera que asimismo visite Japón. Visita que nos muestra el interés estratégico de los Estados Unidos y que el Congreso ha tomado como una prioridad de la política exterior.
Las acciones de la líder del Congreso norteamericano seguramente fortalecerán la posición de los Estados Unidos, que tiene una importante presencia militar en la región.