CUENTO
Cuenta el cuento que un Culo Todo Pudoroso se encontraba muy aburrido. Acostado en su hamaca, el hastío no lo dejaba tranquilo. Su mente era todo un caos. Pensamientos de todo tipo lo aquejaban a cada instante.
El Culo Todo Pudoroso se sentía ¡muy solo y aburrido! Horas son las que llevaba así, acostado, cuando de repente se le ocurrió la grandiosa idea de levantarse para luego entonces inventar algo a lo que él llamó “Vida”.
“¡Te llamarás Hu-Eva!”, anunció cuando terminó su primer muñeco. Y luego: “¡Te llamarás N-Adá-n!” A continuación el Culo Todo Pudoroso se puso a jugar con sus creaciones. Pero pasado un rato, se aburrió de ellos. Sentado ahora sobre una roca, se preguntó qué era lo que podía hacer para ponerle más drama a su juego.
Después de unos segundos, contento de su idea, se levantó y se acercó a sus dos muñecos, a los que entonces les dijo: “Pueden comer y tragar de aquí todo lo que ven, pero cuidado y vayan a comer de ese árbol que está ahí en medio”. Los muñecos al instante volvieron la vista a donde el Culo su creador había apuntado con el dedo. Y entonces vieron un árbol enorme del que brotaban unos frutos rojos llamados “manzanas”.
Si llegan a comer de esos, ¡se volverán idiotas! “Seréis como yo mismo, o más brutos todavía. Y entonces me habrán desobedecido”. Confundidos por estas palabras, los dos muñecos continuaron habitando en aquel lugar, hasta que entonces sucedió lo que el Culo Todo Pudoroso siempre supo desde un principio que sucedería: Sus dos muñecos fueron y se comieron las manzanas, hasta que vomitaron. Y gracias a este acto por parte de ellos es que surgió “el pecado”.
Disfrutando en secreto de su malévolo juego, el Culo Todo Pudoroso ahora ya no se sentía tan aburrido. Este juego con sus muñecos le gustaba sobremanera. Manipular a su antojo a estos dos muñecos era algo que le proveía un disfrute enorme. El Culo Todo Pudoroso jugó con ellos…, hasta que nuevamente se hartó.
De regreso a su hastío, otra vez se deprimió. Así se la pasó un buen tiempo, hasta que nuevamente se le ocurrió “inventar” una cosa a la que le puso el nombre de “Terra”. Esta cosa era un globito redondo, en donde el Culo Todo Pudoroso fue poniendo muchas cosas que iba sacando de su mente de-mente. Y fue así que surgió algo llamado “Mundo”. Después, él, para divertirse aún más, con un solo soplo de su aliento creó el primer país: “Estamos Culos Unidos”.
El juego del Culo Todo Pudoroso se tornó súper divertido. Desde su hamaca, con la cabeza hacia abajo, miraba su globito, el cual estaba sobre el piso. “Estamos Culos Unidos” le divertía muchísimo, ya que él había inventado aquí todo tipo de conflictos. Y crear conflictos siempre había sido su diversión favorita.
Una de las cosas que más disfrutaba el Culo Todo Poderoso de este país, era que aquí solamente habían dos tipos de culos, o más bien dos colores: “Los Blancos y Los Negros”. Algo a lo que él después llamaría “racismo” sería la cosa que más ocuparía su tiempo de observación.
Crear aquel conflicto de colores, divertía en exceso al Culo Todo Pudoroso. Se sentía más que a sus anchas, manipulando “la vida” de miles de millones de culos negros y blancos.
Luego, para asegurarse de no aburrirse muy pronto, decidió llevar su juego todavía un poco más lejos. Sonriendo con malicia, les susurró a los culos blancos para que fuesen y humillasen a los culos negros. Malvado, como solamente él podía y sabía serlo, el Culo Todo Poderoso comenzó a ver cómo los culos blancos, además de discriminar a los otros culos, no conformes con esto, decidieron que también debían de hacerlos sus esclavos y sirvientes. Y entonces fue así que surgió la esclavitud y demás cosas feas.
Más tarde, mientras el Culo Todo Pudoroso tomaba una siesta, soñó algo que después él hizo realidad. Creó junto a “Estamos Culos Unidos” otro país al que nombró “Estamos Culos Unidos Mexic-anos”. Pero de esta creación les contaré más adelante, tal vez otro día.
Y volviendo a los Estamos Culos Unidos, les contaré que un día, después de muchos años de lucha ardua de los culos negros contra los culos blancos, sucedió algo increíble, algo que después pasaría a formar parte de una cosa llamada “Historia”.
Un culito viejo y arrugado, de nombre Rosy Spanks, se encontraba sentada en un asiento que solamente un culo blanco podía ocupar. Al verla de esta manera, varios culos blancos quisieron matarla, acuchillarla. Pero no pudieron hacerlo, porque entonces Rosy Spanks les mostró mucha bravura. “De aquí ¡ningún culo blanco me levanta!”, protestó. Y este fue un gran logro para todos los culitos negros.
A decir verdad, lo anterior había propiciado por el Culo Todo Poderoso, quien de cuando en cuando había comenzado a sentir piedad por los pobres culitos negros. Gracias a él, y solamente a él, algunos culos blancos habían comenzado a dejar de odiar a sus demás hermanos de distinto color. “Todos somos Culos, después de todo”, se les escuchaba decir algunas veces.
Pasaron los tiempo y los años, más no el aburrimiento del Culo Todo Pudoroso, quien, para seguirse divirtiendo a costa de sus culos blancos y negros, decidió inventar a un nuevo personaje al que llamó “Martir Lutho Ki-lli-ing Sex-to”
Susurrándole al oído a este nuevo culo negro, el Culo Todo Pudoroso hizo que este personaje comenzara una lucha a favor de sus hermanos los culos negros, quienes hasta entonces ya llevaban sufriendo abusos y maltratos y un sinfín de cosa, más de cinco mil años. Pero para el Culo Todo Pudoroso este tiempo solamente equivalía a cinco minutos.
Después, para despertar de su aburrimiento momentáneo, el Culo Todo Pudoroso hizo que “Martir Lutho Ki-lli-ng” comenzara a decir y a repetir una frase, que desde luego era invento suyo, es decir de él mismo. Y la frase en cuestión decía: “¡Yo tengo un sueño!” “¡Y mi sueño es que algún día los culos negros puedan sentarse, comer y cagar sin miedo ni odio junto a los culos blancos!”.
En menos de lo que canta un gallo, Martir Lutho Ki-lli-ng se volvió muy famoso. Ahora los culitos blancos al fin tenían a alguien que luchaba por ellos, por ellos, y nada más que por ellos.
Los culos blancos, para este entonces, ya llevaban siglos maltratándolos sin piedad.
El Culo Todo Pudoroso, viendo después toda esta diversión dentro de su globo, luego de reírse como un loco, al fin se calmó, y luego ¡se durmió!
Pasaron los años, más no su aburrimiento. El Culo Todo Pudoroso continuó disfrutando, como el ser malvado que era, la manipulación de todos sus culos negros y blancos, quienes un día hasta comenzaron a rezarle. Mirando hacia arriba, los culos se decían: “Un Culo Todo Pudoroso está allí arriba”. Y efecto esto era verdad. El muy malvado se encontraba todo el tiempo acostado en su hamaca. Y desde esta altura, se la pasaba bomba, mirando cómo todos sus culos negros y blancos hacían de su mundo un drama que a él le ayudaba mucho para no caerse de aburrimiento en su estúpida hamaca.
FIN
Anthony Smart
Agosto/10/2021