HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN
Tal fue planeado desde la mente maquiavélica de Marcelo Ebrard, tal vez salió sin pensarlo, pero el inmediato ofrecimiento y posterior otorgamiento de asilo político a Evo Morales, findamentado en principios de la política exterior mexicana, ha servido muy bien de tapadera al gobierno de le Cuarta T, que pasa por momentos difíciles en materia económica y de inseguridad, renglones en donde todavía no le hayan la cuadratura al circulo, para hablar en términos matemáticos.
Desde hace más de una semana que el depuesto presidente de Bolivia llegó a la Ciudad México, en los medios y las redes sociales, partidarios y adversarios del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, han dedicado buena parte de su tiempo a rechazar o a defender la decisión de darle asilo político y se han dejado a un lado los problemas surgidos en las últimas semanas, como el caso Culiacán y el caso LeBarón, hablando de violencia. Ya nadie habla tampoco de la reunincia de Alfonso Durazo.
Desde el día que el ex -líder cocaolero boliviano pisó tierras maexicanas el debate entre los más radicales de derecha es el porqué darle asilo a un comunista, un dictador que quiso perpetuarse en el poder por la vía del fraude electoral.
También entraron a debate entre los adversarios de la Cuarta T el asunto sobre quien iba a solventar los gastos de Morales durante su estancia en México, ¿en dónde iba a vivir? Ignorando que el asilo comprende una ayuda integral a quien se le otorga para lo que la cancillería tiene una partida especial en su presupuesto. Por parte de los partidarios de López Obrador hasta se propuso una colecta.
Más tarde vino lo de los escoltas que cuidan a Evo en su traginar por la Ciudad de México y no faltó quienes lo consideraran como la reaparición del Estado Mayor Presidencial desaparecido desde el primer día de este gobierno como parte del cumplimiento de una promesa de campaña del entonces candidato de Morena a la Presidencia de la República. Y hasta le fabricaron una cuenta de 300 millones de euros en el Banco Vaticano, que la Santa Sede desmintió.
Mientras que la defensa de los partidarios de la Cuarta T y del propio gobierno siempre fue en el sentido de que Evo estaba en nuestro país por razones humanitarias, porque su vida corría peligro estando en territorio boliviano.
En en fin, el debate está centrado en el ex -presidente de Bolivia y, no en lo que debe preocuparnos que son los problemas del país, sobre todo en los dos que menciono en la parte posterior de esta columna, la economía y la inseguridad, para los que Evo ha servido, cuando menos hasta el momento, de tapadera. ¿no cree usted?
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Según doña Claudia Sheinbaum la especialista en regímenes políticos, van a dignificar a la policía capitalina, ¿sabrá la jefa de gobierno que los muchachitos de Omar García ahora actúan como miembros de un cártel, en bola para atemorizar a sus víctimas? Sobre todo los llamados agentes de tránsito que para regular éste no hacen nada, pero qué tal para morder. Me a tocado verlos en varios puntos de la ciudad en pleno atraco. A otro perro con ese hueso, doctora.
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