CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco denunció uno de los dramas humanitarios más desgarradores del siglo XXI y desapercibido en los medios de comunicación y en las mesas donde se toman grandes decisiones: El grito desesperado y de dolor de familias enteras dentro de campos de concentración en Libia.
De acuerdo con el portal ALETEIA, el Papa, una vez más, alzó la voz también por aquellas voces enmudecidas para siempre y que yacen en el fondo del cementeriomás grande y al abierto de Europa: el Mar Mediterráneo.
Después de rezar el Ángelus del mediodía el 24 de octubre, y momentos antes de pedir a los fieles de “abrir los ojos” pidiendo piedad a Jesús como lo hizo el ciego Bartimeo en el Evangelio, pues solicita misericordia a Aquel que es Misericordioso, el Papa sostuvo: «expreso mi cercanía a los miles de migrantes, refugiados y demás necesitados de protección en Libia: jamás los olvido; siento sus gritos y rezo por ustedes«. Lo dijo en tono conmovido, solemne y sin resignación.
El Papa denunció que «muchos de estos hombres, mujeres y niños son sometidos a una violencia inhumana.”.
Asimismo indicó: «¡Cómo sufren aquellos que son rechazados! Allí hay verdaderos campos de concentración«, dijo el Papa. En especial, se ha referido a la situación de los migrantes y refugiados que están tratando de huir de la violencia, el hambre o la desesperación de países en conflicto en África y buscan llegar a Europa.
Por ejemplo, en Libia, entre otros problemas, ellos enfrentan enormes abusos. Unas 5.000 personas fueron detenidas a principios de este mes en una importante represión. A principios de este mes, los investigadores comisionados de la ONU dijeron que tenían pruebas de posibles crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra en Libia.
Por ello, el Papa insistió con dolor en su llamamiento: «Una vez más, pido a la comunidad internacional que cumpla sus promesas de buscar soluciones comunes, concretas y duraderas para la gestión de los flujos migratorios en Libia y en todo el Mediterráneo».
“Es necesario terminar con el hacer regresar de los migrantes a Países inseguros y dar prioridad al socorro de vidas humanas en altamar con dispositivos de salvataje y de desembarco previsible, garantizarles condiciones de vida dignas, alternativas a la detención, vías regulares de migración y acceso a los procedimientos de asilo”, continuó el Papa.
«Sintámonos todos responsables de estos nuestros hermanos y hermanas, que hace demasiados años son víctimas de esta situación gravísima. Recemos juntos en silencio por ellos”, ha insistido.
Sin embargo, existen más campos de concentración como los llamó el Papa en el Mediterráneo y no solo, senderos mortales de tránsito para los migrantes que enfrentan rutas de muerte entre desiertos, traficantes y abusos de todo tipo contra niños y mujeres, en especial.
¿Está exagerando el Papa?
La televisión pública italiana, RAI ha investigado sobre los abusos y malas condiciones que sufren los migrantes en Libia, donde hay más de ocho centros de reclusión, financiados con fondos de la UE.
Diversos testimonios describen las duras condiciones de las personas recluidas en dichas estructuras. Por días nadie se ocupa de ellos para garantizarles comida, bebida o mínimas condiciones de higiene.
Un joven de Eritrea contó a la transmisión italiana PressaDiretta que las personas a su alrededor morían de tuberculosis, infecciones y no habían medicamentos. Además, usando un móvil documentó torturas, golpizas y apiñamiento.
Lo hizo a través de varios videos y fotos, incluso antes de la pandemia de coronavirus. Entretanto, se observa basura a los alrededores, desesperación y personas que bebían de un mismo vaso, mientras un migrante repartía agua con un balde. La policía hace lo que consideran con los reclusos.
Como señalan diversas organizaciones humanitarias, en esos centros además de hambre, tampoco se respetan las mínimas garantías sanitarias en particular, para evitar el coronavirus. Esto sin contar la violencia: la situación de los migrantes en Libia es cada vez más difícil.
En Libia hay 22 campos de refugiados administrados por el gobierno de Trípoli. En los centros de Tripolitania hay unos cinco mil prisioneros. Fuentes de la Iglesia narran a la agencia Fides que son eritreos, etíopes, somalíes, sudaneses.
Otros campos se encuentran en Cirenaica. También hay muchos centros ilegales administrados directamente por las milicias.
Miles de migrantes se han visto atrapados en Libia, donde la guerra civil no se detiene. Las organizaciones humanitarias deben poder intervenir lo antes posible a favor de sus derechos.
Viajes del Papa
En efecto, el Papa Francisco ha asegurado en una entrevista reciente que sigue poniendo su atención en las periferias y por eso su agenda futura de viajes, empezando por el de Grecia y Chipre en diciembre.
“Por el momento tengo en la cabeza dos viajes que todavía no los puse en marcha, que son el Congo y Hungría”, mientras que «aún tengo que pagar la cuenta atrasada del viaje a Papúa Nueva Guinea y Timor del Este», aplazado por la pandemia.
«Siempre he pensado que se ve el mundo más claramente desde la periferia, y en estos últimos siete años como Papa lo he visto con mis propios ojos», dijo a la agencia Telam.
AM.MX/fm
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