Alianza, sí
• Expertos incluso de la 4T consideran peligro para México votar por Delfina
*Miguel A. Rocha Valencia*
Votar por Delfina Gómez, quien no tiene estatura política ni capacidad para gobernar un municipio, será sufragar por el ganso y su proyecto transexenal de miseria y violencia de acuerdo con quienes dicen, que el caudillo de Macuspana es un peligro para México.
Es tan peligroso que intentará a toda costa, incluyendo recursos ilegales, que gane la candidata por la Alianza Alejandra del Moral Vela quien pesa fuerte desde Toluca hasta los municipios centrales mexiquenses.
Gente cercana al gran tlatoani deja claro que en el Estado de México no se juega una gubernatura sino el futuro del país pues daría una gigantesca plataforma electoral y presupuestal para tomar por asalto la presidencia de la República, el Congreso federal con 30 estatales, así como nueve gubernaturas, incluyendo la Ciudad de México en 2024.
Por eso a pesar de las censuras atrasadas por cierto del Tribunal Electoral y del INE para que el ganso no lance mensajes desde la mañanera en favor de candidatos de su partido, el machuchón insiste lo mismo que sus lacayos, no le importa violar como siempre la legislación porque la Ley es él.
Lo mismo exsecretarios de estado del gobierno de la 4T como Carlos Urzúa o analistas como Macario Schettino consideran que un voto por Morena será un sufragio contra el futuro no sólo de los 92 millones 525 mil electores sino de los casi 130 millones de mexicanos que poblamos el territorio nacional.
Peligro tan evidente como el que en el Estado de México estén no sólo “invirtiendo” miles de millones de pesos en propaganda sino en la compra de votos incluso foráneos de personas que están llegando a la entidad con la consigna de “operar” en la oferta de billetes o tratar de incidir en casillas electorales en favor de la aspirante morenista aprovechando incluso el gran vacío que dejó el gobernador de extracción priista, Alfredo del Mazo a cambio de no ser perseguido por sus pecados y si premiado por la 4T.
Habrá lugares como ocurrió en las pasadas elecciones locales donde el crimen organizado tome participación abierta especialmente en la zona sur mexiquense en la franja de Valle de Bravo-Luvianos, donde el secuestro y ejecuciones son parte del panorama urbano incluyendo a políticos.
La presión es muy fuerte por el temor a perder posiciones o no ganarlas, tanto que desde Palacio Nacional “reventaron” la candidatura a Coahuila de Lenin Pérez del Verde para que se sumara a la del morenista Armando Guadiana a quien ni así le alcanza para derrotar al aspirante de la Alianza Manuel Jiménez Salinas.
Es más, en Coahuila ni aunque se le adhiriera el defenestrado aspirante del partido del Trabajo Ricardo Mejía tendría para ganar el empresario minero que no se quita el sombrero ni para ir al baño.
El caudillo de Tepetitán no ve muy claro el 2024, por eso, si perdiera el Estado de México pondría en marcha su plan para aplastar al INE, gravitar por las “buenas” en las elecciones 2024 mediante chicanadas legaloides o de plano hacer que sus corcholatas en el Instituto, con Guadalupe Taddei Zavala a la cabeza enseñen el cobre morenista y operen para entregar los comicios a su patrón, especialmente en lo referente a Congreso federal.
Si eso no se le diera al mesías, entonces por las malas las intentará “reventar” aun ganando la presidencia, ya que de ello dependen las reformas donde todo esté sometido a su arbitrio y puede heredar la transexenalidad con la amenaza a cualquiera de sus corcholatas de removerlas del poder mediante una consulta popular si acaso no cumplen las instrucciones que les lleguen desde La Chingada.
Ese es el as bajo la manga, su estilo es la amenaza y no dejará que quien logre la presidencia de la República la pueda ejercer libremente; lo tendrá sometido desde su falso retiro. Quiere el poder, es su obsesión y no lo va a soltar.
Ese es el gran peligro para México.
Por eso, ni un voto para Morena, de ello depende si tendremos un país libre y en crecimiento o no. Si podemos aspirar a algo mejor o nos resignamos al ignominioso futuro que daremos a nuestros hijos y nietos.