En el primer Congreso Multiperfil “Reducción de daños por tabaquismo y la importancia de la nicotina como estrategia para la cesación tabáquica”, el cirujano José Manuel Mier Odriozola, director del Instituto de Cirugía Torácica Mínimamente Invasiva en el Hospital Ángeles de las Lomas, aseguró que 50 por ciento de fumadores morirán a consecuencia del consumo del cigarro.
En su intervención, el médico puntualizó que ninguna adicción mata a la mitad de sus consumidores, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) pone el tabaco como la causa número uno de muerte evitable en el planeta y que mundialmente fallecen alrededor de 8 mil personas anualmente relacionadas al tabaco.
“Si los ritmos del tabaquismo a nivel mundial siguen como hasta el día de hoy, se calcula que en el siglo XXl morirán mil millones de personas en el planeta a consecuencia del tabaco”, aseveró.
A su vez, expuso que el cáncer de pulmón es el principal cáncer con más muertes a nivel mundial, pues de 100 fallecimientos por tabaquismo, una de cada cinco es debido a esta enfermedad.
Contrario al cigarro, aseguró que no se tiene registros documentados en el mundo de muertes por el uso de vapeadores y que los casos ocurridos en 2019, en Estados Unidos, fueron resueltos por la Food and Drug Administration (FDA), que concluyó que los fallecimientos no fueron por vapear productos regulados, sino que se adulteraron con líquidos no permitidos que se mezclaron con marihuana, con THC, entre otras sustancias.
“¿Cuántos muertos van por vapear en Reino Unido? Ninguno, ¿en Nueva Zelanda? Ninguno. Alrededor del mundo que se haya documentado, así 100 por 100 que murieron por vapear, cero. Entonces creo que debemos empezar a hacer una reflexión importante”, dijo.
Puntualizó que desde hace más de una década diferentes países han implementado políticas de reducción de daño por el tabaco con el objetivo de mitigar los efectos adversos que genera su consumo y que uno de los pioneros en incluir, con éxito, los productos sin humo a estas medidas, fue Reino Unido tras realizar diferentes estudios científicos.
“Reino Unido desde hace más de una década fue el pionero en instituir el dispositivo electrónico liberador de nicotina o cigarrillo electrónico como una herramienta más en la batería terapéutica contra los que quieren dejar de fumar. ¿Por qué? Porque la evidencia científica era aplastante”, indicó.
Señaló que el Colegio Real de Médicos de Reino Unido y el Public Health England concluyeron que los productos libres de humo tienen 95 por ciento menos de sustancias tóxicas y que la nicotina, pese a ser adictiva, no es la responsable ni de las enfermedades ni de los cánceres vinculados al tabaquismo.
Detalló que en México ya hay 1.7 millones de consumidores regulares de tabaco electrónico y 4 millones los usuarios ocasionales, pero al cuestionar cómo consiguen estos productos si están prohibidos, contestó que lo hacen a través del mercado negro o máquinas expendedoras, mismas que venden entre 18 y 25 mil dólares mensuales.
“Si no hay regulación, no sabemos qué está consumiendo el sujeto que lo compra, los líquidos son de dudosa procedencia, no sabemos si son o no de grado médico y se impulsa la venta a menores de edad. Estos productos no son recomendados para menores de edad, son productos para adultos fumadores que quieren dejar de fumar”, puntualizó.
En ese sentido, Laura Elena Rajón, presidenta del Movimiento Pro-Vecino coincidió en que las prohibiciones solo alientan el interés por consumirlo, como es el caso de los menores de edad, lo que aumenta la ilegalidad y pone en peligro a los usuarios.
“¿Qué pasa cuando se prohíbe algo? Pues la gente le despiertas hasta el interés que antes no tenía, crece el mercado negro, y está más en riesgo la salud de la gente”, señaló.
Por su parte, Romina Vázquez, Coordinadora del Área de Comunicación para la Incidencia en el Instituto RIA, mostró los resultados de un estudio realizado por su organización sobre los cigarros electrónicos y vapeadores en México, con el fin de desmentir a la Cofepris y al Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, los cuales argumentan que son más peligrosos que el cigarro común.
Explicó que tras realizar 405 encuestas digitales a usuarios de estos dispositivos en la Ciudad de México y sus alrededores, se reveló que la edad de mayor prevalencia es de 30 a 59 años, con el 68 por ciento de los encuestados y que más de 97 por ciento reportó haber fumado cigarro común con anterioridad y 80 por ciento dejó de consumirlo.
El 99 por ciento de los entrevistados tiene una postura a favor de la regulación, el 95 por ciento no identifica problemas de salud derivados del uso de nicotina, mientras que el 99 por ciento reconoce que la prohibición los afecta de manera directa, pues señalan que si no tienen certeza de lo que están consumiendo o si no pueden adquirirlos con facilidad, les obliga a regresar a cigarro convencional.
“Esto igual desmiente que (los vapeadores) no fungen como puerta de entrada a los menores de edad, jóvenes que sí vapean y no han fumado en su vida y que a la mejor, en términos de publicidad, por eso se debe regular pues es un producto atractivo para los jóvenes, pero eso no determina que haya más jóvenes fumando que adultos”, señaló.
Aseguró que desde 2019, la Cofepris empezó con más fuerza una campaña de desprestigio contra los productos sin humo a través de información “a medias”, datos imprecisos y falsedades, lo que consideró muy lamentable, porque al ser un organismo gubernamental dedicado a proteger a los consumidores no les está dando las herramientas suficientes.
“Como sostenemos, ninguna sustancia psicoactiva es inocua, ni siquiera la azúcar, la cafeína, sin embargo, no por eso vamos a prohibirla, (…) sino que vamos a dotar a la población de herramientas para que puedan decidir sobre su consumo responsablemente desde el libre desarrollo a la personalidad”, indicó.