HOMO POLÍTICUS
PAVE SOBERANES
- De un Asesino en Palacio de Gobierno a…
La primavera de hace seis años, agentes policiacos resguardaron en palacio de gobierno de Cuernavaca a un homicida. La semana pasada, mujeres y hombres que, señalados vecinalmente de caber en algún artículo del Código Penal, conversaron ahí mismo con dos funcionarios gubernamentales. La lectura política tiene una carga simbólica: pasar de refugio de un delincuente capturado in fraganti a sentarse con defensores de detenidos por probablemente delinquir.
El primero —el tirador del Zócalo, aquí motejado entonces—, que mató en la calle a dos hombres a 40 metros lineales de la oficina más importante de palacio de gobierno, se mantiene confinado en la penitenciaría central. Los segundos, que formaron una comisión para reprobar la detención de cuatro personas que sábado y domingo libertó un juez, expusieron que la policía de disuasión violentó protocolos y normas de actuación.
Así el sistema de justicia del estado de Morelos: la jefatura de Policía es señalada de realizar detenciones ilegales, en tanto la vieja procuraduría de Justicia fabrica los delitos. La balanza de Temis encuentra equilibrio cuando a los culpables los convierte a inocentes, regresándolos a las calles. Si no es corrupción estructural, entonces es, peor, déficit de capacidad.
Un juez no encontró motivaciones jurídicas para encarcelar a esas personas. Las pruebas aportadas no fueron suficientes para ingresarlos al área de población abierta o al área de alta peligrosidad. En lo que va del año, al menos una veintena de capturados por agentes uniformados y civiles por diversos delitos y enviados a reclusión por el ministerio público, han recobrado su libertad. Parece que castigo y absolución es sistémico a conveniencia política, o peor, por deterioro institucional.
El encargado de la presidencia del Tribunal Superior de Justicia ha recomendado, para evitar la existencia de las fábricas de culpables e inocentes, que las policías preventiva y judicial se coordinen jurídica y sapiencialmente para evitar que sus detenidos-señalados sean puestos en libertad por errores procedimentales de las mesas de ministerio público, lo que cabría bien ahora que se intenta regenerar la institución gubernativa en su conjunto.
La inteligencia política sirve para dejar vestidos los yerros. ¿Es tan difícil sentarse, dialogar, construir acuerdos, mejorar las cosas? No se trata de desaparecer una de las dos fábricas, sino procurar y administrar justicia con un ingrediente que no puede faltar en cualquier platillo: la ética, antes del colapso moral y funcional que normaliza la impunidad.
Había una vez —bueno, muchas veces—, un jefe policial que fabricaba delincuentes para hacer pasar que trabajaba, con numerales falaces. Los Montielazos —detenciones ilegales, robos, tortura, encarcelamientos—, llenaron las cárceles de inocentes. Y, horror al crimen, como titulaba las portadas el Coyote Lizardi, las calles llenas de delincuentes. Morelos ya no quiere sufrir de pesadillas nocturnas ni diurnas, ni más ilusiones ópticas de justicia de boletines falaces acomodados en páginas de chismes sociales, lo que desvelaría que la justicia en Morelos está torcida por sobra de corrupción o por falta de capacidad. ¿Van a jugar hoy lunes a las vencidas de recreo de primaria, echándose la culpa entre poderes? El que escupa primero gana…
letraschiquitas
Tras dos días de hacerlo vía zoom —lo que mereció críticas en redes sociales—, la presidenta Claudia Sheinbaum recorrió parte de los lugares dañados por las históricas precipitaciones meteorológicas de los últimos días***. La gobernadora Margarita González-Saravia quebró la voz y con ello conmovió a sus oyentes, al lamentar la muerte de una familia joven, cuya casa fue destruida por una roca de gran tamaño***. Detrás de la mandataria en plena demostración de perturbación, la rectora de la Universidad Autónoma del Estado de MORENA [UAEM], Viridiana León, volteaba divertida para todos lados y se arreglaba el cabello sin dejar de sonreír repetidamente.