Por María Manuela de la Rosa Aguilar.
15 de septiembre del 2022.
En los últimos lustros el tema de la seguridad ha ido tomando cada vez mayor relevancia, puesto que se ha insertado en el imaginario colectivo como un problema irresoluble, sobre todo en México, en donde las políticas públicas de por lo menos las tres últimas administraciones no han dado los resultados esperados. Son muchos factores a considerar en este asunto de primer orden, no sólo para un país como México sino para el mundo entero, pues los fenómenos que se suceden día con día y que ponen en alto riesgo a la población no son privativos de un solo lugar. Vemos como los índices delictivos no se reducen, el problema de las drogas aumenta, la impunidad que pareciera un verdadero cáncer, la pobreza, el analfabetismo, pero también la carencia de valores y de una educación cívica que parece olvidada; incluso la influencia climática y la geografía constituyen factores, como bien lo apuntó hace siglos el Barón de la Brêde, Carlos Luis de Seçondant.
Criminalidad.
De acuerdo a la base de datos de NUMBEO, los países con mayor inseguridad, que va de la mano con el índice de criminalidad son de muy diverso nivel de desarrollo, geográficamente dispersos y tal vez una de las claves para entender este fenómeno sea el orden impuesto por el Estado por medio del respeto a las leyes de seguridad pública y el cumplimiento de las sanciones.
Así vemos que el país que encabeza la mayor problemática es Venezuela con un índice de seguridad de 16.84 %; pero están sobresalen Honduras, El Salvador Perú, Brasil y Argentina, entre el 25 y el 36 %; por otro lado destacan países en guerra como Afganistán y Siria entre el 20 y el 32.5%; Sudáfrica y otros países africanos como Somalia, Angola, Nigeria, etc., con un índice de seguridad de entre 24 y 36%; o países como Corea del Norte con un índice de seguridad de 41%; pero incluso están países europeos como Francia con el 45.6 y Suecia con 51%, por encima de los Estados Unidos con 51.6%; Grecia, Bélgica, Reino Unido e Italia entre el 52 y 53.7%; siendo los países más seguros Qatar con 86%, los Emiratos Árabes Unidos con 85% y Omán con 80%, países más seguros incluso que Suiza, que tiene un índice de 77.8% y es el país más seguro de Europa.
En la lista de los más seguros también están países europeos como Mónaco con 75%; Dinamarca con 73.6%; Austria y Finlandia con 73%; Países Bajos con 72.4%; y Portugal con 68.4%.
Figuran asimismo como más seguros países asiáticos como Hong Kong con 78%; Corea del Sur con 73.8%; Singapur con 73%; y China con 71%.
La Impunidad.
Vemos que la impunidad es un problema endémico y global, que también tiene mucho que ver con la inseguridad, pues sólo basta con ver los estudios sobre este fenómeno, las cifras son reveladoras, pero sobre todo, la lista coincidente con la de inseguridad y criminalidad.
De acuerdo al Índice Global de Impunidad, publicado en el 2020 por la Universidad de las Américas, los países con el más alto índice de impunidad son Tailandia, con 62.8%; Honduras con 59.6%; Marruecos, con 58%; Argelia, con 57.6%; Azerbaiyán con 54.5%; Paraguay con 53%; Guyana con 52%; Nepal y Kirguistán con 52%; Guatemala y México con 49.6%.
Los países con menor impunidad en el mundo son: Eslovenia y Croacia con 20%; Grecia con 24%; Bosnia y Herzegovina 25%; Suecia 26%; Noruega 27%; Hungría y Rumania 28%; Países Bajos 29%; Serbia 30%; Islandia, Estonia, Bulgaria y Montenegro 31%; Albania, Alemania, Inglaterra y Gales 32%; Eslovaquia, Finlandia y Bélgica 33%.
Incluso con poco más de 33% están Portugal, Letonia, Italia y Ucrania; España y Mongolia con 35%; Lituania, Francia, escocia, Irlanda del Norte con 36%; Polonia, Austria, Japón, la República de Corea y Suiza con alrededor del 38%.
Corrupción.
La corrupción es otro de los factores incidentes en la inseguridad, ya que se trata del abuso del poder para obtener beneficios propios y esto debilita a cualquier democracia, impide el desarrollo económico y aumenta la desigualdad y la división social, un problema que genera polarización y encono entre la población.
De acuerdo a la Organización alemana de Transparencia Internacional, los países más corruptos del mundo están principalmente en la África Subsahariana, entre los que se cuentan Yemen, Sudán del Sur y Somalia.
Pero en América también se encuentran los países con mayor corrupción, encabezando la lista Venezuela, le sigue Panamá, Perú, México, Honduras, Guatemala, El Salvador, República Dominicana, Colombia, Chile, Brasil y Argentina.
En Medio Oriente destaca Siria, Afganistán, Corea del Norte y Tailandia.
Por lo que respecta a Europa, están los países menos corruptos, que son Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda, así como Noruega, Suecia, Suiza, Países Bajos, Luxemburgo y Alemania.
Inmigración.
Si bien las políticas derivadas de los preceptos constitucionales, de prácticamente todos los países, tienen una visión de gran responsabilidad humana, las regulaciones han sido rebasadas por una realidad cada vez más avasallante, no sólo por la creciente pobreza de muchas naciones subdesarrolladas, sino por el incremento de los regímenes autoritarios y las dictaduras, las guerras, los desastres naturales, las crisis económicas y humanitarias, etc.; alterando la vida interna de muchas naciones, que han sido insuficientes para atender esta problemática por la migración a gran escala de poblaciones enteras, ya que las necesidades de ofrecer servicios como salud, vivienda, empleos, educación y todos los satisfactores que normalmente ofrece y/o regula el Estado, se hacen exiguas, generando problemas internos que han alterado de manera muy evidente a naciones antes estables y prósperas. Y aquí la seguridad indudablemente ha sido alterada, pues los migrantes no necesariamente son personas que huyen por su vida o buscando mejores oportunidades de vida, también hay delincuentes, integrantes de organizaciones criminales, agentes encargados de adoctrinar y terroristas. Es una realidad que normalmente no se menciona por no ser políticamente correcto y por no evidenciar a los servicios de inteligencia.
Y vemos como los problemas de seguridad han incidido debido a estos nuevos desafíos, principalmente por la incapacidad de los gobiernos de proporcionar los servicios necesarios que aseguren a las personas que han ingresado al territorio para satisfacer sus requerimientos básicos, que además son mandamientos jurídicos y obligaciones humanitarias.
Y si la inseguridad ha aumentado, veamos qué países tienen la mayor cantidad de inmigrantes, de acuerdo con un reporte del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas:
- Estados Unidos, con 46.6 millones de personas.
- Alemania, con 16 millones.
- Arabia Saudita 13 millones. La diferencia es que la gran mayoría es una migración regulada.
- Federación Rusa con 12 millones.
- Reino Unido con 9 millones.
- Emiratos Árabes Unidos con 8 millones.
- Canadá y Francia con 7.8 millones.
- Australia con 6.8 millones.
- Italia con 6.2 millones.
- España con 5.9 millones.
Y si bien México tiene un millón de inmigrantes, por su territorio transitan miles de migrantes que desean establecerse en los Estados Unidos, sólo en los primeros tres meses de este año ingresaron 70,000 personas y hay miles y miles de ellos en la frontera norte esperando ingresar. En un reporte del New York Times de junio del 2021, en sólo cinco meses las autoridades norteamericanas detectaron unos 710,000 migrantes en su frontera sur. El problema es mayúsculo, ya que no sólo es de logística, sino de salubridad, no sólo física, sino psicológica, de alimentación, enfrentar las consecuencias del hacinamiento, los problemas derivados de la trata de personas, de la violación de los derechos humanos, la inseguridad y las afectaciones para las poblaciones locales, etc.
Aunado a que México desde hace décadas enfrenta un grave problema de inseguridad por la violencia extrema que ha generado la delincuencia organizada, propiciada en gran medida por la gran impunidad, la corrupción y la falta de voluntad política para resolver el problema, el país puede colapsar, no obstante su gran riqueza, su capacidad productiva y de ser una de las más grandes economías del mundo. La inseguridad con sus muy diversas aristas es un problema que debe tener prioridad, aunque en los hechos no haya sido así.
Por otra parte, podemos ver que tanto Estados Unidos como en Europa, los problemas han ido creciendo debido en gran medida a la inmigración descontrolada, donde las autoridades encargadas de la seguridad interior se han visto rebasadas por la gran cantidad de personas que desean ingresar de manera irregular a dichos países. Esto ha mermado la capacidad del Estado para albergar a tal cantidad de personas no previstas en la programación hacendaria de la administración gubernamental. Sumado a las repercusiones en la seguridad, está el hecho de que, sobre todo respecto a la población que ha huido de las guerras en Medio Oriente, llevan sus usos y costumbres, su propia manera de pensar, su religión y sus tradiciones, que tiene tal arraigo que difícilmente serán asimilados a la cultura occidental y no porque ésta represente el paradigma, sino porque se producen choques culturales e ideológicos que a la postre derivan en una polarización social, violencia y representan un riesgo latente para la comunidad.
Intangibles como la solidez de una buena educación cívica, de la estructura familiar, las normas de comportamiento, el reconocimiento de figuras de autoridad, la moral, los valores, la formación espiritual, la preparación académica, la cultura, las tradiciones, el sentido de pertenencia y otros intangibles que hacen a una sociedad prosperar, desarrollarse o colapsar. La Historia nos lo enseña, grandes imperios, ciudades prósperas, sociedades opulentas se derrumbaron.