DIARIO DE ANTHONY
3… p.m. Dream. Dream a man, a tall handsome man. Como en una película de cine clásico gringo. Un hombre de ensueño, un hombre irradiando “seguridad” en toda su figura. Y un rostro suave, de mirada bondadosa… ¡El padre perfecto!
Cuando ese labios de olmeca lo hizo, yo, seguía siendo un niño por dentro… Desde que te escribí lo último, al cerrar mi libreta, me fui a acostar un rato. Ahora me siento un poquito mejor. Y aunque todavía me duele aquí detrás de la cabeza… It´s alright!
Puedo moverme un poco más con libertad… ¡Y te estoy escribiendo! Ahora es que puedo entender un poco más mi parálisis. Y es que siento miedo, miedo de que al moverme el dolor me golpee como siempre lo hizo.
Y trato de mantenerme sobre la hoja… porque entonces sólo yo sé la miseria que ha sido mi vida. “Sin vida, sin empleo, sin existir… sin nada”. Entonces me consuela un poquito “refugiarme” en aquella fantasía. Porque después de todo yo soy tan alto como cualquier hombre “guapo” en mi imaginación lo es.
Alguien así creé un poquito… cuando ese sapo con labios de olmeca lo hacía. Creo que lo más difícil es ver cuándo lo hizo… y ni aun matando a su maldito hijo podría cobrármelo todo. ¡Porque no lo entendía! Y yo venía, cielos… ¿Ves? No te lo puedo decir. Y es que… ¡cómo podría explicarlo! ¡Todo el dolor en mis hombros, en mi frente… en mi pecho! (Ahora mismo es el hombro izquierdo que siento cómo se desinflama).
Entonces… Debo de haber tenido un aspecto de lo más horrendo. Y decir horrendo es poco. Yo tenía un aspecto de un espectro… Así que ese maldito sapo se aprovechó de esto y entonces comenzó a hacerlo. Y él es el único hijo de puta que lo hizo, a pesar de ser una persona adulta y padre de un imbécil (llamarle así a su maldito hijo es lo menos que puedo hacer).
No puedo decírtelo. Lo único que sí puedo es fantasear que un hombre alto y guapísimo siempre estuvo allí para mí, ¡para defenderme! Para secar mis lágrimas, para decirme: “Hermoso niño. Ya, ¡ya pasó! Llora todo lo que puedas… aquí estoy contigo…”.
Algún día quiero plasmar esto en una película… al estilo clásico del cine gringo. Esa escena entre un niño desfavorecido y un hombre con un alma hermosamente bondadosa y piadosa…
Anthony Smart
Octubre/12/2017