Cicuta
Jaime Flores Martínez
Lunes 25 de julio de 2022.- Desesperado porque ha sido incapaz de contener los crecientes índices delictivos, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Baja California Gilberto Landeros Briseño no tiene más recurso que encomendarse a Dios.
Landeros conoció —la semana pasada— que en Colima hay alarma, pues a mediados de mes la cifra de ejecuciones llego a 502 este año.
¡Y en Baja California ya se rebasaron los Mil homicidios dolosos este año!
¡Don Gilberto se la lleva limándose los talones!
Hace meses Cicuta reveló que el nombramiento del general Landeros fue una decisión que tomó el presidente Andrés Manuel López Obrador por encima de lo que quería la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda.
Resulta que ya iniciado el gobierno de Marina del Pilar, el presidente López Obrador visitó la entidad y se enteró que la gobernadora decidió crear de nuevo la Secretaría de Seguridad, pues su antecesor la había desaparecido.
AMLO conoció que la intención de Marina era establecer el modelo espejo de la secretaría que —en su momento—encabezó a nivel nacional Genaro García Luna.
Además del fracasado modelo panista que buscaba implementar la señora gobernadora, el presidente conoció que además propondría como titular a Juan Manuel Hernández Niebla, un tipo con cara de niño y corazón panista cuya virtud mayúscula es su manifiesta egolatría.
Al escuchar a la gobernadora presumirle la creación de la nueva secretaría, el colmilludo presidente le sonrió, la felicitó, aunque le aclaró que él mismo mandaría a la persona que ocuparía la titularidad.
Mientras que Marina del Pilar le notificaba a Juan Manuel Hernández que había “reversa” en su nombramiento, allá en la Ciudad de México el general secretario de la Defensa Nacional Luis Crescencio Sandoval proponía a López Obrador al general Gilberto Landeros Briseño, un militar que acababa de terminar su gestión como comisario de seguridad en el estado de Sonora.
En otras palabras, Landeros era un militar de alto rango, pero además contaba con la experiencia en el servicio público.
Sin embargo, en su recomendación, el titular de la SEDENA no podía prometer que el propuesto general Landeros tenía la capacidad para contener los crecientes índices de violencia.
Landeros ocupa la Secretaría de Seguridad Ciudadana del Estado de Baja California (SSPC) desde el primer día de este año con resultados más vergonzosos que orgullosos.
Mientras el secretario Landeros se resguarda en una fresca cafetería de Mexicali, la cifra de homicidios dolosos rebasaba el pasado 17 de julio la fatídica frontera de los mil.
Personas cercanas a Landeros, aseguran que el general hace gesto de fastidio al saber que estará en el estrado en algún evento encabezado por la gobernadora.
¡No lo dejan evitar la fatiga!
En algunas notas periodísticas que divulgaron su arribo a la SSPC, se destaca que por primera vez se contaría con un personaje que reunía experiencia y capacidad.
Y puede que sea capaz, pero los números son de color rojo y seguramente los delincuentes están felices porque Landeros hace lo que puede y el dicho popular señala: “el que hace lo que puede, hace más de lo que debe”.
Eso sí, todos los días se encomienda a Dios para pedirle que sean menos los muertitos o bien que le amplíe el plazo para ofrecer abrazos, no balazos.
Descobijo
“Mucha casualidad” parece la detención de Rafael Caro Quintero justo después de la visita que realizó a Washington el presidente de México Andrés Manuel López Obrador.
Resultado de la actual revoltura, algunas versiones señalan que el presidente de Estados Unidos Joe Biden emplazó a AMLO para que su gobierno le “permitiera” a la DEA capturar a Caro Quintero.
Así pues, López Obrador debió levantarse de hombros y al llegar a México le pidió al secretario de marina, Almirante Rafael Ojeda apoyar a los agentes extranjeros en el arresto de Caro.
Está claro que la autoridad mexicana siempre supo la ubicación de Caro Quintero, pero no quería detenerlo.
Cómo entender que la DEA sabía perfectamente que este personaje se movía a placer por el Estado de Sinaloa y los militares chiflaban y se volteaban para otro lado.
En el entorno de las acciones de la DEA resalta el desplome de un helicóptero de la Marina con 15 elementos a bordo que coadyuvaron a la detención de Caro.
Resulta obvio suponer que este helicóptero fue derribado como una señal de disgusto hacia los uniformados, porque “no avisaron” que se realizaría un operativo de captura.
Lo arriba señalado deja ver que el presidente López Obrador siente que el agua está a punto de llegarle al cuello.
Y es que Caro Quintero recibía el cobijo del Cartel de Si-na-lo-a.
No hay que echarle mucho coco.
Positivo
Qué bueno que el Valle de Guadalupe en Baja California resurgió con intensidad luego de la Pandemia.
La belleza natural se complementa con prestadores de servicio altamente comprometidos.
El Valle de Guadalupe es indiscutiblemente la joya de la corona.
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