Día Hábil
La elección de ministros, magistrados y jueces es una farsa y un enredo que ni el Instituto Nacional Electoral (INE) ni los candidatos ni, mucho menos, los votantes entienden.
Es una elección de Estado que Andrés Manuel López Obrador ideó para adueñarse del Poder Judicial, el único que le falta, porque tiene el Ejecutivo con su heredera Claudia Sheinbaum Pardo y el Legislativo, con la mayoría calificada que consiguió ilegal, artificial y fraudulentamente, principalmente en el Senado.
Votaciones que inventó el resentido sujeto porque su candidata Yasmín Esquivel Mossa, esposa de su contratista y asesor favorito, José María Rioboó, quedó fuera de la carrera por la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) cuando se conoció el plagio de la tesis para titularse en la licenciatura en Derecho por la UNAM que siempre ha negado y porque Norma Lucía Piña Hernández se la ganó con el respaldo de la mayoría.
Y luego se destapó que copió la tesis para doctorado en la Anáhuac y ¿qué cree?
Volvió a negarlo.
Hoy es candidata, anda en campaña desde hace meses impunemente pese a estar prohibido y su asesora de tesis, Martha Rodríguez, hasta ganó un juicio al ex rector de la UNAM, Enrique Graue, y Fernando Maceda Chagolla, exdirector de la FES Aragón, con chicanadas por daño al honor y reputación y deberán pagarle 15 millones de pesos cada uno.
El berrinche del tabasqueño que no aparece, menos después de que Donald Trump acusó que en México gobierna el narcotráfico, derivó en esta presunta elección, en la que el Estado, el gobierno, dará todo su apoyo a sus candidatos y dejará sólo una minoría de cargos para triunfos reales en las urnas, pero con porcentajes mínimos porque expertos prevén una abstención crcana al 80 por ciento, con todo y acarreados.
Loretta Ortiz Ahlf, propuesta también por López Obrador y fundadora de Morena, viuda de José Agustín Ortiz Pinchetti, quien era amigo del que se fue a La Chingada -su rancho en Chiapas- es otra de las tres candidatas que se quedará con la beca y al asiento en la Corte.
¡Ah, por supuesto, la señora de los lavaderos!
Y Lenia Batres Guadarrama, quien se hace llamar La Ministra del Pueblo, exhibida en un video mentando madres y en el que llama a su vecina “hija de su putísima madre” por un chisme de lavaderos en el que participa su hijo, Emiliano Batres Guadarrama, cuyo padre es el también becado ex fiscal interino de la ciudad de México, Ulises Lara López.
La señora de los lavaderos tendrá la renta asegurada hasta 2038 y de sobra, porque ahora ya utiliza las camionetas -dos- que antes criticaba.
El 1 de junio próximo se renovarán 386 cargos de jueces y 464 magistraturas, además de la SCJN, que se reducirá de 11 a 9 integrantes.
Dos meses de busca del voto.
Ayer, las ministras -los otros ocho renunciaron, porque, de cualquier forma López Obrador los iba a acabar y hasta sin millonaria pensión (sin que esto signifique una defensa de ellos) se iban a quedar- comenzaron su campaña oficialmente, aunque lo han hecho desde el año pasado, aprovechando las lagunas y los enredos.
Todos los candidatos deben utiilizar recursos propios y el tope de gasto de campaña va de los 220 mil al millón 400 mil pesos, según el cargo que se busca.
Y desde ayer se vio cómo el gobierno y Morena están detrás del trío de candidatas y de los que le son a modo.
Reuniones con el SNTE, con el SME y con acarreados.
Y como dice su amo:
-¿Quién pompó campañita, quién pompó?
¿Y la mayoría de los candidatos?
A pedir prestado para intentar ganar una elección… que está arreglada y perdida.
Vámonos: Será una semana muy complicada para Sheinbaum y su gobierno. Donald Trump anunciará los aranceles a México y el discurso será: “Nos fue mejor que al resto”.
alberto.montoya@diahabil.com.mx @albermontmex