NO PASA NADA
Por:Jesús Solano Lira
Se acuerda del caso de Fátima, la adolescente que se arrojó del segundo piso de uno de los edificios de la Secundaria 236, ubicada en la alcaldía Iztapalapa, motivada por las amenazas y bulling del que era víctima por un grupo de alumnas que la acosaban constantemente por sus gustos musicales y afición al K-Pop.
De los hechos han pasado tres meses, y aunque no se ha cerrado la investigación, sus padres lamentan que no se haya fincado responsabilidad alguna a las autoridades educativas del plantel por negligencia y por el acoso escolar del que era víctima la adolescente de 13 años, vecina de la colonia Metropolitana de Nezahualcóyotl, Estado de México.
También es de llamar la atención que México ocupe el primer lugar a nivel mundial en casos de bulling escolar, y más alarmante es que la violencia escolar se haya incrementado significativamente hasta en un 205 por ciento en 2024, en comparación con otros años.
Hay estudios que indican que un alto porcentaje de estudiantes ha sido víctima de acoso, con cifras que superan el 30% en algunos casos, como fue el de Fátima, quien a tres meses de sufrir su caída por bulling, continúa postrada por las múltiples fracturas que sufrió.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, México tiene uno de los índices más altos de acoso escolar a nivel mundial, con 7 de cada 10 niños siendo víctimas.
Fátima, ha sido una de las miles de estudiantes que han tenido graves consecuencias en su salud mental por el acoso escolar, que se refleja en depresión, ansiedad, baja autoestima y problemas en el rendimiento escolar.
A tes meses, su padre Juan Zavala, insiste que en los peritajes se comprueba que su hija era víctima de bulling, y que en la carpeta de investigación iniciada en la Fiscalía capitalina, se establece que en particular una alumna identificada como Nahomi, la amenazaba y acosaba constantemente, e incluso la incitaba para que se quitara la vida.
En el caso de Fátima hay mucha tela de donde cortar, ya que su padre ha denunciado que cuando fueron citadas las autoridades educativas, tanto el director del plantel, Servando Morán, como la tutora de su hija, la maestra Miroslava Ramírez, se deslindaron de las investigaciones, al asegurar que ignoraban que Fátima era víctima de acoso escolar.
Lamentó que, a los tres días del accidente de su hija, la fiscal general de Justicia de la CDMX, Bertha Alcalde Luján se apresuró a declarar en conferencia de prensa, que la niña Fátima se había arrojado al vacío, cuando todavía no había peritajes de lo ocurrido.
El padre de Fátima nos confirmó que la fiscal “no se esperó a las conclusiones del psicólogo, del perito forense, ni tampoco del ministerio público, que concluyeron que Fátima era víctima de bulling, pero lo más grave, es que inventó la declaración de mi hija al decir que ella había dicho que decidió atentar contra su vida, cuando ni siquiera podía hablar por las lesiones de la caída”, ufff vaya que son fuertes las acusaciones del padre de Fátima .
Y en una historia de rompe y rasga, de miles que ocurren en el Valle de México, el padre de Fátima, herrero de oficio, perdió un ojo recientemente, en un accidente de trabajo. Sin embargo, se mantiene firme y ha denunciado que la fiscalía de la Ciudad de México ya judicializó el caso.
Por la caída, Fátima sufrió fracturas en pelvis, cadera y vertebras, además de contusiones en la cabeza y la pérdida parcial de la vista. Su cuerpo está lleno de clavos para sellar las fracturas.
En el hospital de Legaria donde es atendida con terapias de rehabilitación, para el próximo año será sometida a una cirugía de alto riesgo, y tanto Juan como Verónica, madre de la menor, mantienen la esperanza de que vuelva a caminar.
En este lamentable caso, desde este espacio, nos sumamos a las muestras de solidaridad y apoyamos la justa demanda de los padres de Fátima que solo exigen justicia a las autoridades capitalinas y se castigue a quien se tenga que castigar, para que no continúen ocurriendo este tipo de casos. Ojalá que no quede en el olvido, y en el No Pasa Nada.
