DIARIO DE ANTHONY
6:00 p.m. Querido Anthony… este año está a punto de terminarse. Le quedan solamente, 28, 29 30 y 31, tres días, contando a partir del día de mañana.
Jo. ¿Cómo has estado, bud? Mal, muy mal, ya sabes. Ahora mismo escucho canciones de “soft rock” de los 70´s, canciones que sí eran música de verdad, y no las basuras de ahora.
Amigo… no he hecho más que pensar en colgarme. Y es que me he sentido mal, demasiado. De todas maneras tengo un gran consuelo; nuevamente he logrado escribir un cuento “hermoso”. Y me ha llevado solamente dos días terminarlo. He corrido con mucha suerte en el proceso de creación. El cuento lo había concebido con otra línea de la trama. Había pensado que iba a ser un cuento de venganza, pero luego decidí darle la vuelta… y sé que me ha quedado muy bien.
Jo. Estas canciones me remiten a un pasado, a una parte de mi vida que jamás pude vivir, no de manera real y física. El año va a terminarse… y yo desearía terminar también, de una vez por todas.
Pienso… en mi ÁNGEL DE LA GUARDA. Siempre le voy a estar agradecido por toda su ayuda… aunque casi nunca me haya hablado; ya sabes: los ángeles no hablan. ¡FELIZ AÑO NUEVO 2018!
Y espero, solo espero que a Comála no se la terminen de vender a los putos hombres poderosos del mundo (santos inocentes, marica). ¡Pero es que en qué puto mundo vives, pedazo de cabeza de chorlito…!
Jo. Hacía ya mucho tiempo que… no te escribía. Cuando escucho estas canciones, yo, tan solo quisiera llorar por toda mi vida perdida. Cada momento, cada instante que.. el dolor me robó.
Mi consuelo, pienso, es que de irme no me iría sin haber hecho NADA, porque el cuento que hoy he terminado lo es todo para mí. Y se lo dedico a mi madre… Oh, madre, perdóname por todo… perdóname por mi paso tan estúpido a través de esta vida, este mundo… ¡Este cuento te lo dedico a ti! Es todo y lo único con lo que te puedo HONRAR. Y el cuento se llama: EL AMOR DE UNA MADRE…
¡Feliz año nuevo 2018! Deseo que este país imbécil pueda ver y encontrar su camino…, pero lo dudo. ¡Santos inocentes, tonto! Comála nunca ha de ir a cambiar, porque de haberlo hecho, hacía ya mucho tiempo que el cambio se habría dado, pero no. Este pobre país está secuestrado por unos cuantos cientos de imbéciles, de cuerpos pequeños y carentes de alma y de espíritu.
Pienso en lo fácil que es acabarlo… y el consuelo quedará, por siempre y para siempre; forever and ever, always… los malos recuerdos ya no me seguirán… el recuerdo de todo lo padecido, tampoco.
Y nadie sabrá nunca con cuánto dolor escribí y corregí mis cuentos. Muchas veces me había dicho que equivalían a que un mongol los escribió, un retrasado mental, alguien con mucha incapacidad para la concentración.
Si esos estúpidos jurados del concurso lo hubieran sabido… tal vez y, ya sabes, habrían votado a mi favor. “Ah, un cuento escrito por un mongolito, ¡maravilloso!” “Hay que darle el fallo a su cuento, hay que darle el premio, y cómo no, para que así demostremos que este puto concurso ES INCLUYENTE”. ¿Incluyente? ¡Un puto carajo con esta estúpida moda de la sociedad hipócrita y ciega…! Quisiera meterles su “inclusión” por allí, y que lo disfruten mucho.
Mi cuento trata precisamente de una mujer que tiene a un hijo con problemas en su físico. No pude especificar exactamente qué problema era, y solamente me limité a decir que era algo en su cerebro. Y pienso, no puedo evitarlo, que nadie sabrá nunca en lo putamente lisiado que he estado.
El pasado pesa… He pensado que nunca podré escribir con un puto lenguaje poético, porque la vida no me ha tratado nada poético. ¡A la basura con la puta poesía! “Y se lo metió en la boca, y ésta tenía la suavidad del algodón, del algodón que los pobres negros cosechaban en aquellas condiciones de miseria pura. Su cabello le cubría la cara, así que no podía ver si era hombre o mujer… ¡daba lo mismo! Por la manera en cómo lo succionaba, se notaba que lo disfrutaba…” (Anthony Smart, improvisando su puta poesía en tiempo real, es decir ahora mismito). “La velocidad de su boca se parecía mucho a los caballos de un porsche, o de un mustang; una y otra vez. ¡Para ya!, le decía, o he de…”
¿Lenguaje poético? ¡Un puto bledo! Los imbéciles que alguna vez han escrito así, es porque el dolor no los ha torturado como a mí…, y seguramente no han conocido lo que yo, las humillaciones, el rechazo… (Hola, maricón…).
Creo que nunca podré relatártelo, la manera en cómo todo sucedió. Cada pensamiento que entonces creí mío. ¡Pero cómo pude hacerlo, pensar semejantes estupideces…! Es solo que… estaba lejos de este instante.
¡Feliz año nuevo 2018!
Siempre he sido un utopista…, y siempre lo seré. Ahora mismo, por ejemplo, imagino que Comála se cura y que entonces todo reverdece para luego rendir hermosos frutos. Veo a toda su gente -sobre todo a los indígenas y marginados- alcanzar una vida DIGNA, una vida en la que ya no sufren más ninguna cosa mala… Creo que soy el único “loco” que imagina este tipo de cosas… ¡Qué tristeza! Todo esto jamás sucederá, porque son muchísimos los IMBÉCILES que jamás lo permitirán; ya sabes de quiénes te estoy hablando, por supuesto que de esos todavía mucho más pobres, pero no de dinero, sino de cerebro, esas putas cosas llamadas “políticos”. Ah, qué pena me dan. Pero en fin. Aquí y en todo el mundo… ¡FELIZ AÑO NUEVO 2018! Felicidades, Anthony…
Tuyo, tu mongolito:
A.Smart
Muna, Yucatán, ComálÁ-rido y Seco, México.
Diciembre/28/2017