La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Para triunfar en política se puede ser huevo, pero, nunca tibio
Fernando Arteaga Aponte, diputado local por el distrito Veracruz I, es un político de la vieja escuela, es decir, todoterreno, gasta la suela de los zapatos recorriendo su demarcación, para escuchar de viva voz las necesidades del electorado.
Cabe señalar, que Arteaga no llegó a la Legislatura por ‘tómbola’, sino, resultado de un trabajo de años, por lo tanto, cuida el bono democrático otorgado por el voto ciudadano.
Justamente, una de sus ofertas de campaña, fue revisar el estatus del Grupo MAS, que tiene concesionado el servicio de agua potable, en los municipios de Veracruz y Medellín.
El jugoso negocio, fue impulsado en el sexenio de Javier Duarte y en principio, se entregó por 30 años a la brasileña Odebrecht, sin embargo, actualmente está en manos de inversionistas españoles, aunque los mal pensados (que siempre atinan), señalan que hay connotados políticos jarochos atrás del usufructo del agua, que es propiedad de la nación.
Así pues, el objetivo es crear las condiciones legales para revocar la leonina concesión, situación en la que está ocupado Arteaga como presidente de la Comisión de Agua y Saneamiento, por lo que, desde esa posición, logró que el ORFIS auditara al consorcio.
El cerco avanza y es muy probable, que la distribución del agua potable retorne a control público, lo cual acabará con el lucro que está haciendo el mencionado grupo.
Por cierto, el segundo carril, consiste en la intensa operación política que don Fernando despliega por toda la entidad en favor de Marcelo Ebrard, si los astros se alinean, podría ser catapultado a posiciones más interesantes que, incluso, la candidatura a la alcaldía de la Cuatro Veces Heroica, ya se sabe, el que porfía mata venado.