FIDEL CASTRO EN MÉXICO: Enlace Judío ha publicado que fue un hombre de origen judío llamado Jorge Besquin quien ayudó a Fidel Castro a comprar el Granma. La fuente de esta información era Jacobo Zabludowsky. (http://www.enlacejudio.com/2016/11/29/judio-mexicano-dio-a-fidel-castro-barco-ayudo-a-lanzar-una-revolucion/#comment-20476) Pero este no fue el único judío mexicano que participó de forma decisiva en la revolución cubana, a continuación presentamos algunas pistas que no son la historia, pero que pueden ayudar a que esta se arme.
Besquin no habría sido el único judío mexicano que ayudó a Fidel Castro, hay otra historia que aquí comparto por si alguien pudiera aportar más información. Morris Meschoulam, heredero de una familia judía de Grecia, manejaba los tips en el Hipódromo de Ciudad Juárez y era dueño de la vida nocturna en la segunda mitad del Siglo XX en esa ciudad. El hospedó a Fidel Castro y al mismo Che Guevara, según narran los cronistas locales.
Meschoulam tenía la promesa de Castro de que al triunfo de la revolución le otorgaría el ministerio de Turismo en Cuba, constituído principalmente por los casinos y burdeles que manejaba la mafia italiana. Castro tenía muy buenos amigos judíos y confiaba más en ellos para manejar los giros negros.
Em Juárez existe la leyenda de que una noche, reunido con los empresarios judíos dueños de los Cabarets de Juárez, Castro alzo su copa y brindó: Viva Mauricio Meschoulam y viva la Revolución Cubana
La otra parte de la historia hay que imaginarla. Se cuenta que Meschoulam conocía muy de cerca a Ava Gardner, quien era el amor platónico de Howard Hughes, que a su vez era amigo de la familia Kennedy, que tenía un grave problema con la mafia italiana, que se enriquecía con los casinos de La Habana.
Fidel Castro y su sueño revolucionario, no comunista en ese momento, representaban para los Kennedy una oportunidad de debilitar a la mafia, que con la complicidad del FBI del homosexual de ultraderecha Edgar J. Hoover, asesinaron a John y a su hermano, quien a su vez fue procurador de justicia de Estados Unidos.
Los Kennedy o Howard Hughes, a través de Ava Gardner habrían entregado diamantes a Fidel para hacer la revolución. Los recogió en Estados Unidos, en un caballo blanco atravesó la frontera de Ciudad Juárez y los entregó a Meshoulam para que los blanqueara en el hipódromo y los convirtiera en dinero en efectivo, que luego fue entregado a Jorge Besquin para comprar el Granma.
El gobierno de Estados Unidos habría pedido al de México facilitarle las cosas a Castro y para ello tuvo como enlace al capitán Fernando Gutiérrez Barrios. Hay que insistir en que la Revolución Cubana no era comunista. Luego Gutiérrez Barrios utilizaría a su favor a la inteligencia cubana. Mario Renato Menendes, entonces director de la revista Por Qué estuvo exiliado en la isla, y probablemente reveló años más tarde el paradero de Genaro Vázquez Rojas, quien fue asesinado de un culatazo tras capturarlo herido por un accidente de carretera.
Alguna pista que puede dar luz al respecto es que Carlos Salinas de Gortari fue muy amigo de la familia Bush, ligada a la CIA. Hay que recordar que el hombre más protegido de México debió ser Gutiérrez Barrios, quien sin embargo fue víctima de un misterioso secuestro, igual que Alfredo Harp Helú, dueño de Banamex.
¿A dónde conducen estas pistas? Es demasiado complejo para que un solo periodista pueda armarlas, pero si compartimos la información es posible que cada quien pueda colocar una pieza del rompecabezas.