La verdad aunque duela
El PRI tenía miedo de perder porque a pesar de la compra del voto “Mentir es parte del Comportamiento Antisistémico”
Ciudad de México.- A pesar de la victoria del PRI en las pasadas elecciones del Estado de México, al partido tricolor le faltó lograr casi un millón de votos en el Estado de México, de acuerdo al objetivo que se fijó en su estrategia y que revela un documento de ese partido, debido principalmente a que la “secrecía de la urna” permite “mentir” como “parte del Comportamiento Antisistémico”.
Esta parte del comportamiento antisistémico consiste en aceptar los beneficios y prebendas a cambio del voto, pero al momento de emitir el sufragio, hacerlo por un candidato distinto, sin que nadie se entere.
El documento titulado “Estrategia PRI” está fechado en mayo, un mes antes de las elecciones y detalla toda la operación ilícita del activismo priísta, para ganar la elección incluyendo el uso de los programas sociales.
Para “comprar” el voto del Estado de México el documento revela que el PRI basó su estrategia en el reparto de incentivos:
• 300,000 playeras
• 600,000 gorras
• 400,000 bolsas
• 159,000 mandiles
• 360,000 tortilleros
• 250,000 toallas
• 177,000 sombrillas
• 3 millones de pulseras
• 4 millones de volantes
• 5 millones de tarjetas “Salario Rosa”
• 5 millones de tarjetas “Con Todo”
• 500,000 tarjetas “La Fuerte ”
Sin embargo estos incentivos no fueron suficientes para comprar el voto de un los ciudadanos del Estado de México pues se enfrentaron un electorado que se da cuenta que el Estado de México se encuentra en situación crítica y a las siguientes fallas en la ejecución de su campaña:
• Mal gobierno (percepción social de falta de interés para gobernar)
• Estructuras improvisadas (operación descuidada y expuesta a medios)
• Simulación (prometer votar por el PRI, pero hacerlo por otros candidatos)
• Programas no probado y no operativo
• Activismo tradicional
• Campañas caóticas
Es por eso que el PRI no cumple con su meta de votación.
Se estima que la campaña del PRI costó 2 mil millones de pesos, aunque otros han dado cifras de hasta 11 mil millones e incluso de 32 mil millones de pesos. Los expertos electorales dicen que la campaña presidencial le costará al PRI entre 50 y 60 mil millones de pesos, además de los 15 mil millones oficiales que repartirá el Instituto Nacional Electoral. “Por eso si pierden se van a poner a llorar y si ganan también se van a poner a llorar, por el estado de desastre en que van a dejar al país, por gastarse esa suma”.
De hecho una de las conclusiones es que al Presidente Peña le hubiera salido mejor “robarse esos 11 mil millones que invertirlos en imponer a su primo como candidato y obtener un triunfo miserable, de menos del 34% de la votación y cuestionado a nivel nacional e incluso a nivel mundial, como una regresión autoritaria”.
En el documento confidencial de más de 300 páginas se detalla toda la estrategia del PRI, centrada en tres líneas de acción: activismo, acción electoral y organización.
Para ello dice que movilizaron a 1.4 millones de “promovidos” hasta el mes de abril, lo que advierte que si la votación reconocida por el Instituto Estatal Electoral fue de alrededor de 1.9 millones, que el PRI apenas obtuvo medio millón de votos “blandos” es decir de gente que vota libremente por el candidato, el partido o las propuestas.
El documento señala lo que el PRI se gastó casilla por casilla para obtener los votos y su estrategia de levantar a las 6 am a sus militantes para instalar las casillas antes de que llegaran los representantes de la oposición, algo que fue denunciado por consejeros electorales ciudadanos.
También instaló casas “D” desde las que se hacía toda la operación. En ellas se gastó 22 millones de pesos.
A pesar de esto el PRI tenía miedo de que le pasara lo mismo que en las 7 de 12 elecciones de gobernador que perdió en 2016 ya que “mentir es parte del Comportamiento Antisistémico”.
Gerardo Rivadeneira – @ElPeriodista_