Joel Hernández Santiago
Una prácticamente inexistente para la opinión pública, Senadora de la República, irrumpe en el ámbito político nacional; trae en su folder una propuesta que antemano sabía que es provocadora como también antipopular, pero que, como mensajera que es, la pone en la mesa de las discusiones para calcular cuál es la opinión nacional.
Es representante por el estado de Zacatecas, es Contadora pública; fue priista y funcionaria priista, como también secretaria de Finanzas del Partido del Trabajo y ahora legisladora por el Movimiento de Renovación Nacional: Morena. Se llama Soledad Luévano Cantú.
Así que de pronto dijo que quiere que se cambie el primer artículo de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público para eliminar la separación del Estado e Iglesias. La propuesta:
Se elimina la frase “Principio histórico de la separación del Estado y las Iglesias” para pasar a decir: Que ‘la ley esté fundada en el derecho humano a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión’. Además:
‘Modificar la ley en materia de acceso a medios de comunicación, para dar acceso a representantes de culto religioso; justificar la objeción de conciencia para abstenerse de actuar en aquello que contravenga las convicciones éticas de todo político y funcionario público en funciones;
‘Colaboración Estado Iglesias en materia de desarrollo social; las autoridades municipales, estatales y federales podrán asistir en su carácter a actos de culto público, “así como a las actividades que tengan motivos o propósitos similares”;
‘Que las organizaciones de culto puedan “usar de forma exclusiva, para fines religiosos, bienes propiedad de la nación y ofrecer asistencia espiritual en los centros de salud o de reinserción social, instituciones de asistencia social, estancias o estaciones migratorias, incluso en instalaciones de las Fuerzas Armadas”… (Hasta aquí un resumen)
Todo esto tiene que ver con la situación actual –dice la Senadora que se declara Guadalupana, lo que no la hace excepción pues en México millones lo son y prefieren, así, un Estado laico–…
Sin embargo es evidente que la señora Luévano acude con esta propuesta para ponerle el cascabel al gato y medir hasta qué punto los mexicanos están dispuestos a dejar atrás la idea de ese Estado Laico, tan arraigado en la vida política y pública de la República…
… Y en la que la separación del Estado y las religiones está marcada con toda precisión, aunque esto no significa que ser ciudadano mexicano o político o funcionario público reniegue de sus creencias íntimas y particulares, siempre y cuando éstas no intervengan o influyan en la decisión política y la función pública.
Uno podría suponer que una propuesta de esta naturaleza surgiría de un partido conservador mexicano, como el PAN, digamos; pero no.
Resulta que la hace una legisladora de Morena, un partido que se clasifica como de izquierda y cuyo gobierno se define como Juarista y el que exalta, a la menor provocación, la idea del Juarismo, como parte de la Segunda Transformación histórica mexicana…
… Pero ahí está el mensaje. Ahí está la propuesta que pone el altavoz en medio de la ya de por sí alborotada clase política mexicana, la del análisis y de quienes piensan que debe mantenerse el Estado laico como un triunfo de la República…
Porque eso es. El Presidente, una vez que palpó la reacción adversa en la opinión pública, se deslindó de la iniciativa de la señora Luévano; dijo que ésto no lo impulsaba la Presidencia de la República y que era una propuesta que surge de una Legisladora en razón a su propia actividad.
Ministros de la iglesia dijeron que preferían mantener el Estado laico, como fue el arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes quien dijo que apoyaba las palabras del Presidente en lo que se refiere al Estado laico…
Pero lo sorprendente es que el presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas, Arturo Farela, dijo enseguida que “aquellos que se oponen a la iniciativa presentada por la senadora Soledad Luévano no la han leído o actúan de mala fe (que) la laicidad debe ser garante de las libertades e incluir las creencias religiosas, eso propone la iniciativa y quien opina que tiene tintes políticos no le han leído o dice las cosas de mala fe”, dijo.
Las suspicacias surgen ahí. El ministro del culto Cristiano dice apoyar la idea del Presidente de mantener el Estado laico tal y como está ahora, al mismo tiempo quiere que se conozca la propuesta de la señora Luévano como una expresión de libertad religiosa y de libertades políticas y éticas… Ambigüedad, pues. ¿Están ellos detrás de esta propuesta?
En todo caso el mensaje está enviado y se acusa recibo por parte de un país que está agobiado por la crisis económica, la crisis de seguridad y de inestabilidad social. Agregar a esto mensajes que procuran un estado confesional es además de malvado, también ‘políticamente incorrecto’.
En todo caso el tema está en el Senado de la República. Ya veremos por dónde salta la liebre en los días-semanas o meses siguientes. Ya veremos.