Joel Hernández Santiago
Ahora resulta que el ex presidente Vicente Fox aparece como punta de lanza del Partido Acción Nacional (PAN), para iniciar un gran ‘Frente Opositor’ con el fin de “Darle en la madre a la Cuarta Transformación”, según dijo él mismo…
… Vaya consigna. Piensa Fox que sigue en aquella campaña cargada de ocurrencias, dichos, y de ‘tepocatas’ y de ‘hoy-hoy-hoy’, como fue la suya en 2000.
¿De cuándo acá este ex presidente tiene piernas de jinete para encabezar un movimiento que no pretende ser oposición política, sino una confrontación cuerpo a cuerpo entre su propia persona y el gobierno federal de México? ¿De veras se puede tomar en serio una oposición encabezada por este personaje que lo mismo ha sido ‘chicha como limonada’ y que lo mismo llegó a la presidencia por la vía del PAN y luego apoyó enfáticamente la campaña priista de Enrique Peña Nieto?…
Y quien luego se ha desgastado y perdido la poquísima credibilidad que le quedaba al descalificar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador durante la campaña y luego de forma oportunista enviar señales cordiales aunque más tarde indignado reacciona al retiro de privilegios que tenía como ex presidente, salariales y de logística…
Y ahora sale a la palestra envalentonado “Para darle en la madre a la Cuarta Transformación” como si no se diera cuenta del repudio generalizado en el país a lo que ha hecho de su vida política: un carrusel de luces de colores que nunca sale del mismo lugar y que da vueltas interminables en sí mismo, sin más futuro que ese, el de ser ‘un carrusel’.
El presidente López Obrador reaccionó a esta broma macabra ‘oposicionista’, descalificando al ex presidente al que acusó de que, durante su gobierno, ‘lo único que sacó Vicente Fox fue su enriquecimiento’. Tatiana Clouthier –que llevó la campaña de AMLO- dice lo cierto: “no se puede tomar en serio una oposición que es encabezada por Vicente Fox”…. y así.
Y volvemos a la vieja historia del principio. En toda democracia existe la oposición. El partido ganador y los partidos perdedores. Es así la naturaleza de este modelo de participación política. Y los ganadores hacen lo suyo: gobiernan e imponen sus reglas y modelos de gobierno. El ganador con su propia ideología, doctrina y proyecto de Nación. Los partidos de oposición con las suyas propias, que los diferencian y que forman el abanico de opciones que tiene el elector.
Se da el caso de que en México es muy acentuada la vocación de poder en la que está ausente la convicción ideológica y política: es el poder por el poder mismo, sin compromisos sociales y públicos; sin responsabilidades de gobierno en base a una línea de pensamiento y en base a un programa estructurado… No. Políticos van y vienen de distintos partidos de forma cínica y desvergonzada.
En México la debilidad de la oposición, que por lo mismo no es oposición cierta y certera, fuerte, veraz y confiable, es la descomposición de cada uno de los partidos. Véase a algunos de los que participaron en 2018 y cuya vida depende de otros, como el Partido del Trabajo (PT) o el extinto Partido Encuentro Social (PES) que viven de las sobras que le aporta su gran coaligado: Morena.
¿Usted votaría por el Partido del Trabajo o por el Partido Encuentro Social? ¿Los toma en serio? ¿Los ve como alternativa de gobierno por sí mismos?… Y así esos otros partidos menores que reciben año con año recursos públicos además de posiciones gratuitas en la función públicas. Pululan por ahí pero no representan nada ni a nadie: ¿Son oposición?
Está ahí el PAN que por estos días ha dado una batalla que no va más lejos del ser contestatarios de gobierno, pero que no llega a más porque no tiene aliento suficiente para colocar sus propuestas o ni siquiera discutir con fortaleza y con solidez los actos del gobierno al que critican y que sí merece a una oposición de a de veras: propositiva, dialogante y con representatividad social…
O el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que se debate en su propia subsistencia, abandonado ya por su ‘mayoría’ interna y que no acierta a desarrollar una actividad de partido político y sí de mucha grilla política; entregado al ‘sí’ de Morena en el Congreso –los Congresos-, y sin recursos creíbles que atraigan a multitudes en su favor: apenas un discurso de sobrevivencia y una actividad de nostalgia por lo que fue, pero que ya no es. ¿Oposición? O ¿apenas Sobreviviente?
Y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que en su momento dijo aglutinar a la izquierda mexicana y que por sus propias derrotas internas por el poder, sus tribus, sus desajustes ideológicos, sus ambiciones y ya sin fuerza ninguna, insiste en estar ahí, pero ciertamente, ya no está ahí.
Urge una oposición política fuerte. No ‘para darle en la madre a la 4-T’, sino para brindar opciones de gobierno en democracia; sí para discutir medidas de legales o no, con solidez y opciones; sí para decirle al gobierno que no está sólo y que si ganó con 30 millones de votos, el país es de 127 millones de mexicanos que necesitan gobierno también sólido-veraz-en ley y sin caprichos ni mentiras…Para todos.
Hace falta una oposición de izquierda real, auténtica y que sea eso, de izquierda en donde lo social se soluciona con políticas de desarrollo y crecimiento y cuyos resultados sean de todos y para todos.
… Una izquierda con justicia social. Con igualdad. Con la ley en la mano. Con instituciones muy mejoradas y a salvo. Con luchas en contra de la corrupción sin corrupciones y con luchas anti impunidad sin brindar impunidad a los asociados….
Sí, urge oposición, de todos colores, pero sobre todo una oposición de izquierda.
Con esa oposición todo gobierno puede mejorar o ser cambiado por la vía democrática por opciones que traigan la novedad de mejores tiempos, en donde el gobierno incluya a todos los habitantes del país para su beneficio y trascendencia y que, con políticas de desarrollo estructuradas y de distribución justa, espere todo, de todos. En fin. ¿Fox opositor? ¡Vaya broma macabra!
libertaddeexpresion@infinitummail.com